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Otegi en dependencias socialistas

Otegi, en dependencias socialistasEFE

PSOE

El plan del PSOE para blanquear a Bildu

Desde 2015, los socialistas desarrollan una «hoja de ruta» para un acercamiento progresivo a los proetarras

«Con Bildu no vamos a pactar. Si quiere se lo digo 20 veces». Estas palabras, pronunciadas por Pedro Sánchez en el 2015, han perseguido al líder socialista durante los últimos años. La razón: el acercamiento progresivo del PSOE al partido heredero de la banda terrorista ETA.

La llegada a la Moncloa de la mano de Podemos y la imposibilidad de formar mayorías terminó de empujar al Gobierno de Sánchez a tender puentes con los nacionalistas vascos radicales. El 11 de noviembre del año 2020, Arnaldo Otegi comunicaba en rueda de prensa que apoyaría los presupuestos del Ejecutivo socialista. La decisión se llevaba cuajando desde hacía, mínimo, un par de meses, cuando Otegi y el por aquel entonces vicepresidente, Pablo Iglesias, entablaron conversaciones sobre cómo podían contar con su voto en sede parlamentaria.

«La disponibilidad de EH Bildu para votar sí a los PGE es una buena noticia. Demuestra responsabilidad y compromiso para avanzar con políticas de izquierdas. El bloque de la investidura se refuerza y será de legislatura y de dirección de Estado», publicaba el propio Iglesias en su cuenta de Twitter.

Las promesas sobre la imposibilidad de pactar con formaciones como Bildu emitidas por el líder socialista, y otros de los miembros del partido, quedaron en agua de borrajas. El giro del PSOE ha generado el blanqueamiento sistemático de los partidos simpatizantes de ETA.

Tanto es así que los homenajes a etarras se han celebrado con total impunidad, a pesar de las quejas de los partidos de la oposición e incluso de una petición del Parlamento Europeo para que esto no volviese a ocurrir.

El comunicado emitido este lunes por EH Bildu y la posterior reacción del PSOE refuerzan la teoría del blanqueamiento de Sánchez a la formación de Otegi. El líder del partido vasco se dirigió a las víctimas de ETA para decirles que sentía «enormemente el sufrimiento» y se comprometió a «tratar de mitigarlo». Sus estudiadas palabras evitaban condenar a la banda terrorista de la que formó parte. El tibio comunicado se celebró como un logro en el partido socialista, que aprovechó una rueda de prensa en Ferraz para expresar su satisfacción.

El PSOE valoró positivamente el gesto a través de las palabras de su secretario de memoria democrática, Patxi López. «Por primera vez existe un reconocimiento público de las víctimas de ETA», alegó. «Reconocen que la violencia fue un error y hay una especie de enmienda al que fue su propio papel. Valoramos que reconozcan ese sufrimiento después de tantos años de terrorismo y que se comprometan a mitigarlo». Sobre los próximos pasos que podrían dar los nacionalistas, López ha asegurado que su partido quiere que cesen los homenajes a etarras a su salida de prisión. Palabras que se contradicen con la pasividad del Gobierno ante estas celebraciones. Tras la pregunta sobre si su partido exigirá a Bildu otras cuestiones, la formación socialista aseguró que estas peticiones se llevaban produciendo durante años pero no concretó de cuáles se trataba.

La ministra portavoz, Isabel Rodríguez, ha pedido este martes que Bildu rechace públicamente los homenajes a etarras. A pesar de sus palabras, la socialista ha evitado ligar el pacto con dicho partido a su condena rotunda de la banda terrorista.

El portavoz del PSOE en el Congreso, Héctor Gómez, ha defendido el diálogo con «todas las formaciones que han sido elegidas en las urnas». En este sentido, los culpables para el PSOE en estos momentos son los partidos de la oposición por seguir instalados en «la política del odio y confrontación».

Etarras homenajeados

EL PSOE tuvo la oportunidad de demostrar su rechazo a los homenajes a etarras en varias ocasiones en los últimos meses. Los socialistas votaron en contra de una iniciativa de UPN en la que se instaba al Gobierno a tramitar las medidas necesarias para impedir la realización de «convocatorias de apoyo, enaltecimiento y exaltación de presos de bandas terroristas». El equipo de Pedro Sánchez en el Senado se negó a votar a favor de la petición porque «no es lo mismo castigar la justificación de la violencia o la humillación a las víctimas del terrorismo cuando este se da efectivamente en la sociedad que cuando este no se da». «No se puede blanquear para conseguir sus votos y mantenerse en el poder con estas formaciones políticas», les afeó el senador de UPN encargado de su defensa.

Apenas una semana después, el PSOE pudo enmendar su error en el Congreso de los Diputados, donde Ciudadanos pidió que el Gobierno asegurase que no se volverían a producir los llamados ongi etorri. Los socialistas, una vez más, blanquearon estos homenajes y aseguraron que no se pueden «violar los derechos fundamentales que marca la Constitución» y, por lo tanto, ir en contra de la libertad de expresión.

Futuros Pactos

El comunicado de Otegi supone un paso más en el refuerzo de las relaciones entre PSOE y Bildu. El discurso elaborado por el nacionalista facilita las cosas a Sánchez para contar con el partido radical en las próximas negociaciones.

El pasado mes de septiembre, Bildu tendía la mano al Gobierno para ofrecerle su apoyo para los próximos Presupuestos Generales del Estado. Los propios líderes de Bildu aseguraron tras el encuentro que el diálogo se llevó a cabo en un «tono cordial y respetuoso».

Hace apenas unos días, la portavoz Mertxe Aizpurua aseguraba en una entrevista para RNE que su partido no presentaría una enmienda a la totalidad de las cuentas, por lo que avalarán su tramitación. Tras la primera votación, Bildu presentará sus enmiendas parciales.

Las líneas rojas que los socialistas un día prometieron no cruzar han quedado difuminadas por la debilidad numérica en la que sostienen su Gobierno, hecho del que los partidos como Bildu han sabido sacar partido.

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