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Alberto Casero

Perfil del diputado

Quién es Alberto Casero, el exalcalde «genialoide» pero «despistado» que votó mal la reforma laboral

Exalcalde con dos mayorías absolutas en su haber, ahora es secretario del área de organización del PP

En Trujillo, ciudad de 8.821 habitantes situada en la provincia de Cáceres, Extremadura, nació en 1978 Alberto Casero Ávila en el seno de una familia de clase trabajadora. Soltero y con una única hermana, cursó y finalizó la licenciatura de Derecho en la Universidad de Extremadura.

Su interés por la política brota pronto. Con 18 años se afilia a Nuevas Generaciones, las juventudes del PP, y va ascendiendo hasta convertirse en 2001 en el presidente cacereño de ‘Nuevas’; también llega a formar parte de su Ejecutiva Nacional, donde entabla relación con varias personas que hoy en día desempeñan cargos de relevancia en la actual dirección del PP.

Desde el partido pasa a desempeñar cargos de representación. Entra en 2003 en el Parlamento de Extremadura, convirtiéndose en el diputado más joven en la historia de la Comunidad. En la provincia de Cáceres ocupa el cargo de vicesecretario general y, a nivel autonómico, entra en la Junta Directiva del Partido Popular extremeño. Arrastra fama de campechano, de persona querida y apreciada entre sus compañeros; sin embargo, en aquella época es destituido de su cargo como vicesecretario por ser, según fuentes del PP, «a nivel personal, muy desorganizado».

Dos mayorías absolutas

En 2011 obtiene su primer cargo de representación pública: alcalde de su ciudad natal, Trujillo, logrando una rotunda mayoría absoluta. Ese mismo año, en 2011, es elegido senador. En las elecciones de 2015 revalida el cargo de alcalde con una segunda mayoría absoluta, mientras también mantiene el cargo de senador.

«Fue un alcalde respetado y admirado, que en sus dos legislaturas puso a Trujillo en el mapa. Redujo la deuda pública y levantó el nombre de la ciudad», señalan interlocutores cercanos al ayuntamiento, que recuerdan su paso por la alcaldía durante aquella época. También señalan sus rasgos más singulares: «No era de despachos, sino de estar en la calle, hablando con la gente, con las asociaciones, o incluso en los despachos de otros concejales. Tampoco tenía coche. Tiene su punto bohemio. De hecho, no tiene carné de conducir, sino que siempre se las apañaba para que alguien le lleve de un sitio a otro».

La fama de persona cercana hace que con cierta frecuencia se formen ante él colas de personas en situación de dificultad económica, «que acuden a solicitar ayuda a Alberto, y la obtienen de su propio sueldo, cuando lo cobra, porque también estuvo años sin cobrarlo, porque no quería». Así es como llega a ser conocido en la ciudad como «el alcalde de los pobres».

«Pero poco a poco, por los mil líos que tiene la alcaldía de un sitio pequeño, donde todos se conocen y critican, se fue desencantando», señalan para El Debate fuentes del Congreso conocedoras de su trayectoria. «En 2019 se presenta como diputado nacional. Da el salto y obtiene el cargo que actualmente ostenta. La pena es que perdimos la alcaldía de Trujillo por apenas 400 votos y allí gobierna el PSOE», añaden.

Ahora vive en Madrid, en un céntrico ático próximo a la dirección nacional del PP y, por tanto, no lejano del Congreso. Cobra el correspondiente sueldo de 70.100 euros anuales y entre sus gustos destacan la lectura, los museos, los viajes, el arte, los restaurantes, etc.

Una presunta prevaricación

De su época de alcalde le quedan algunos frentes abiertos. En noviembre de 2021, el Juzgado número 2 de Trujillo inicia una investigación a Casero por un presunto delito de prevaricación. Al parecer, el procedimiento está abierto por pasar una factura como contrato menor, cuyo límite es el importe de 19.000 euros, cuando la factura que presentó en su época de alcalde tenía un importe de 25.000 euros. «Es un tema sin recorrido, una venganza de José Antonio Redondo, actual alcalde de Trujillo, del PSOE, que magnifica el asunto para desprestigiarle», señalan fuentes populares. Al estar aforado, el juzgado, que aún está recabando información, tendría que acudir al Tribunal Supremo.

Alberto es así: genialoide, eficaz, entregado y despistado. Y ayer me parece que destacó más este último rasgo

En la actualidad es miembro del Comité Ejecutivo Nacional del PP y desempeña el cargo de secretario general de Organización, «hecho que no deja de resultar irónico», reflexionan los interlocutores de este medio. «Para entendernos, es un apparátchik de alto nivel. De hecho, es el sucesor de Juan Carlos Vera. Su compromiso con el partido es total y está donde está por los méritos que atestigua su trayectoria; alcalde con dos mayorías absolutas donde antes gobernaba el PSOE. Conoce a la perfección al partido por dentro; se sabe al dedillo el 'quien es quien' del PP en cada comunidad, ciudad y pueblo de España; y sabe, por tanto, a quien poner y a quien quitar. También es persona leal, de confianza en el núcleo duro. Alberto es así: genialoide, eficaz, entregado y despistado. Y me parece que ayer destacó más este último rasgo».

«Tras producirse el error en la votación telemática, o el fallo informático, como prefieras, Alberto trató de entrar en el Congreso. Y sí, estaba realmente enfermo. Gastroenteritis aguda, que no es una broma. Aun así, sacó fuerzas y quiso anular el voto para votar en persona y no le dejaron pasar. Luego, tras la votación, ya le dejaron ir al hemiciclo. Por eso luego se le ve en algunas fotos, en la bancada del PP, consternado, agotado, mientras el resto de sus compañeros protestan. Ya sea un fallo humano o un fallo informático, aquí lo tremendo es que quieran agarrarse a un error perfectamente subsanable para hacer un trágala bolivariano que hunde la democracia. Meritxell Batet, ella sola, queda retratada».

Falló en dos votaciones más

Las actas publicadas en la página web del Congreso reflejan que Alberto Casero ha votado de forma contraria al Grupo Parlamentario Popular en otras dos ocasiones.

Una de ellas ha sido en el punto relacionado con la tramitación como Proyecto de Ley por el procedimiento de urgencia del Real Decreto sobre la reforma laboral, en el que Casero ha votado 'no' mientras que el resto de sus compañeros de partido han emitido un voto favorable.

Además, Casero ha votado en contra de uno de los puntos de la moción del PP sobre la observancia constitucional del programa legislativo del Gobierno, votación que ha contado con el respaldo del resto de parlamentarios de su grupo.
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