Exclusiva de El Debate
El departamento que dejó que hackearan el móvil de Sánchez coordinará la seguridad de la Cumbre de la OTAN
El presidente ha puesto el éxito de este cónclave de relevancia mundial en manos de la Secretaría General de la Presidencia, a través de una Unidad de Coordinación. El precedente no es bueno
La misma Secretaría General de la Presidencia del Gobierno bajo cuya responsabilidad fue hackeado el móvil de Pedro Sánchez será la que se encargue de coordinar todo lo que respecta a la organización de la Cumbre de la OTAN, incluida la seguridad. Ésta se celebrará en Madrid los días 29 y 30 de junio con la asistencia de los jefes de Estado y de Gobierno de los 30 países miembro y de otros países aliados e invitados.
El secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez Ruiz, ha remitido una instrucción interna de «difusión limitada» a los mandos de la Policía y de la Guardia Civil, así como a la Delegación del Gobierno, el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado y otros organismos involucrados. En ella, a la que ha tenido acceso El Debate, Pérez Ruiz explica que es la Unidad de Coordinación para la Cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, dependiente de la Secretaría General de la Presidencia del Gobierno, la que se está ocupando de «coordinar los trabajos logísticos y operativos de los distintos departamentos para la organización y celebración de la Cumbre».
Ha habido varias reuniones entre la Secretaría General de la Presidencia y la Secretaría de Estado de Seguridad
E informa el número dos de Fernando Grande-Marlaska en ese documento de que diferentes órganos de la Secretaría de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior «vienen cooperando con dicha Unidad de Coordinación», en especial, en lo que se refiere a la «seguridad del evento».
La Unidad de Coordinación para la Cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte fue creada mediante un real decreto que aprobó el Consejo de Ministros el pasado 10 de noviembre, por el que fue reestructurada la Presidencia del Gobierno.
Pedro Sánchez no quería que la coordinación de un cónclave de tal trascendencia escapara del control directo de la Moncloa. Al fin y al cabo, los ojos del mundo van a estar puestos en Madrid esos días. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha señalado que la cita será «histórica», puesto que en ella los países miembro debatirán la adhesión de Finlandia y Suecia, en medio de la guerra de Ucrania.
El real decreto estipula, textualmente: «Dependerá de la Secretaría General de la Presidencia del Gobierno una Unidad de Coordinación para la Cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, que tendrá nivel orgánico de Subdirección General, y se encargará de coordinar los trabajos logísticos y operativos precisos para la organización y celebración de la Cumbre. El Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación proveerá de los servicios y suministros que resulten precisos para la organización y celebración de la Cumbre».
Desde julio de 2021, el secretario general de la Presidencia es Francisco Martín Aguirre, un hombre de la confianza del director del Gabinete de la Presidencia, Óscar López. Heredó el puesto de Félix Bolaños cuando éste fue ascendido a ministro de la Presidencia y, de facto, a vicepresidente político del Gobierno.
La Secretaría General de la Presidencia era –y lo sigue siendo– la encargada de velar por la seguridad del presidente, tanto física como de sus comunicaciones. Ya se ocupó de recordarlo la ministra de Defensa, Margarita Robles, en los días previos a la destitución de la directora del CNI, Paz Esteban. Fue cuando ella y Bolaños aireaban sus diferencias en público.
Bajo la responsabilidad de la Secretaría General, el teléfono de Sánchez fue infectado con Pegasus los días 19 y 31 de mayo de 2021. Quien fuera el que estuvo detrás –todos los caminos conducen a Marruecos– extrajo del móvil 2,6 gigas de información en el primer ataque y 130 megas en el segundo. Se desconoce exactamente el qué.
Ahora, el éxito de la cumbre de la OTAN está puesto en las mismas manos, aunque Bolaños ya no esté. Desde que el propio Ejecutivo destapara semejante fallo de seguridad en sus comunicaciones al más alto nivel, tanto el presidente como sus ministros se han esforzado por tranquilizar a los países que participarán en la cumbre. La ministra Robles visita este jueves el Pentágono para reunirse con su homólogo estadounidense, Lloyd Austin, y hablar de los preparativos.
Cuatro fases del Plan Especial
Según detalla el secretario de Estado de Seguridad en su instrucción interna, el Plan Especial de Seguridad para la Cumbre de la OTAN se desarrolla en cuatro fases, establecidas cronológicamente: previa, preventiva, de alerta y crítica. Actualmente, y hasta el 24 de junio, está activa la fase preventiva. Ello quiere decir que los organismos implicados están encargándose actualmente de:
- Adoptar las medidas de carácter preventivo necesarias para garantizar el normal desarrollo de los actos previos y organizativos de la Cumbre.
- Diseñar y planificar los dispositivos a establecer por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
- Obtener y analizar la información sobre cualquier hecho o circunstancia que pudiese alterar o poner en riego o peligro el normal desarrollo de la Cumbre.
- Establecer los mecanismos de coordinación y actuación adecuados entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, Fuerzas Armadas, Comunidad Autónoma de Madrid y Ayuntamiento de Madrid, así como otros organismos implicados.
- Desarrollar cuantas medidas de actuación y coordinación sean precisas en materia de protección civil, ciberseguridad y protección de infraestructuras críticas.
- Coordinar los dispositivos planificados con los que se derivan del actual nivel de activación del Plan de Prevención, Protección y Respuesta Antiterrorista, para que no choquen.