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El presidente del gobierno Pedro Sánchez, y el líder del PP Alberto Nuñez Feijóo, durante la sesión de control este martes en la Cámara Alta en Madrid

Pedro Sánchez y Alberto Nuñez Feijóo durante su único cara a cara hasta la fecha en el SenadoEFE

El próximo martes

Sánchez acepta un debate con Feijóo en el Senado porque cree que lo va a arrollar

En La Moncloa aseguran que el presidente pondrá en evidencia al líder de la oposición y su falta de un plan energético alternativo. Será el primer gran duelo parlamentario entre ambos

El presidente del Gobierno ha recogido el guante lanzado por Alberto Núñez Feijóo el fin de semana. Pedro Sánchez comparecerá en el Senado, previsiblemente el próximo martes, para «informar sobre el Plan de ahorro y gestión energética y su perspectiva territorial, así como del contexto económico y social del mismo», como le había pedido el líder de la oposición. Así reza la solicitud enviada por el Ministerio de la Presidencia a la Cámara Alta.

Según la ministra portavoz, el presidente quiere «confrontar modelos» en un debate «sereno, constructivo, propositivo», en palabras de Isabel Rodríguez. «El Gobierno tiene claro cuál es su modelo», ha señalado. «Estamos deseosos de tener en la oposición más alternativas que las nucleares», ha ironizado, en alusión a la propuesta del PP de prorrogar la vida útil de las centrales nucleares.

En La Moncloa consideran que Sánchez tiene todas las de ganar en un debate con Feijóo -que es senador- sobre la política energética. Aun así, desde que el presidente del PP pidió ese cara a cara el pasado sábado, en el Gabinete de la Presidencia han sopesado los pros y los contras. De hecho, el lunes la portavoz del PSOE y ministra de Educación, Pilar Alegría, sostuvo este lunes que Sánchez ya comparece mensualmente en la sesión de control del Senado, y que no hacía falta un pleno monográfico.

¿Qué ha dado a Sánchez el empujón definitivo? El anuncio que este lunes hizo la presidenta de la Comisión Europea. Ursula von der Leyen adelantó una «intervención de emergencia» en el mercado energético, con el objetivo de topar el precio del gas como hacen España y Portugal. Es decir, abriendo la puerta a extender la llamada «excepción ibérica» al resto de la UE.

En el Gobierno consideran que ése es el reconocimiento de un éxito de España y quieren aprovecharlo. Como también, poner en evidencia a Feijóo. Ése y no otro es el propósito de fondo de la comparecencia de Sánchez en el Senado, apenas dos meses después de que se celebrara en el Congreso el debate sobre el estado de la nación (sin participación del líder de la oposición porque no es diputado).

«No hay un modelo (energético) alternativo del PP. Que no nos venga con catastrofismo, sino con soluciones reales», señalan fuentes gubernamentales.

Desde que Feijóo fue elegido líder del PP, solo ha mantenido un cara a cara con el presidente del Gobierno, y con el tiempo muy tasado. Fue en la sesión de control al Gobierno en el Senado del pasado 7 de junio. Entonces, el popular pidió a Sánchez que se olvidara del «efecto Feijóo» y se centrara en el efecto de la inflación; el presidente, por su parte, demandó una «oposición de Estado».

El del próximo martes será, no obstante, el primer gran combate entre el presidente y quien se reivindica como su «única alternativa posible».

Las últimas semanas han estado marcadas por una escalada de insultos y descalificaciones a Feijóo por parte de Sánchez y sus ministros, que en el PP vinculan al temor de los socialistas por el ascenso de su líder en las encuestas. En La Moncloa niegan estar preocupados por los sondeos. Aseguran que el «efecto Feijóo» se ha desinflado y que Sánchez demostrará en su duelo parlamentario que enfrente tiene una oposición sin proyecto.

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