Sánchez pide a los socialistas acción y «cabeza bien alta» ante el desastre de las encuestas

Miren hacia donde miren, los socialistas solo ven nubarrones. Las encuestas se les están clavando como cuchillos en su estado de ánimo. Solo este fin de semana han recibido tres punzadas: los sondeos de El Debate, Antena 3 y ABC, que sitúan a Alberto Núñez Feijóo con una ventaja de entre seis y nueve puntos; y subiendo.

Oficialmente, en el PSOE dicen no creerse las encuestas porque no cuentan cómo calculan el reparto de escaños y hacen estimaciones con pocas entrevistas de media por provincia. Pero, de puertas adentro, la preocupación es palpable: las medidas del Gobierno no están sirviendo para remontar. Es más: ni siquiera para frenar la caída de Sánchez. Y en Unidas Podemos están aún peor, sin llegar al 10 % del porcentaje de voto a pesar del «proceso de escucha» iniciado por Yolanda Díaz.

Los nervios están tan a flor de piel que se nota en la escalada verbal contra los populares. Este lunes el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, ha tachado a los de Feijóo de «cinismo» por su oferta para renovar el CGPJ y se ha preguntado quién le ha escrito al presidente del PP su plan energético, que ha enviado a La Moncloa.

Sánchez toca a rebato

Con ese panorama, Pedro Sánchez ha reunido este lunes a sus diputados, senadores y eurodiputados en el arranque de un curso político marcado por las elecciones municipales y autonómicas de mayo y por la crisis. El presidente del Gobierno ha tocado a rebato para pedir a todos ellos «la máxima implicación, máxima pedagogía para defender la gestión del Gobierno con la cabeza bien alta», ha señalado.

«Somos el Gobierno de la gente», ha insistido, para después instar a sus compañeros a que «trasladen» ese caudal a todas las «calles, tiendas y negocios». «Vamos a defender con honestidad nuestra gestión de gobierno y a luchar con la mayor ambición para que nuestro proyecto esté en todos los ayuntamientos», ha añadido en alusión a los comicios de mayo.

El llamamiento contrasta con la espantada que protagonizó el propio Sánchez el sábado en Toledo, donde iba a dar el segundo mitin de su gira electoral por 30 ciudades. Solo 24 horas antes, el PSOE lo suspendió por «motivos de agenda» del presidente, cuando la agenda pública de éste estuvo vacía todo el día. Una semana antes había protagonizado un mitin accidentado en Sevilla, con pitos, abucheos y la famosa pancarta «que te vote Txapote».

Sánchez ha hecho dos anuncios durante su intervención en el Congreso. Primero ha garantizado que habrá Presupuestos de 2023, a pesar de que conforme se acercan las elecciones es más complicado convencer a los socios parlamentarios. Después ha adelantado que habrá más debates en el Senado con Alberto Núñez Feijóo, «dado el resultado», se ha jactado.

Era una reunión interna de los parlamentarios socialistas, pero el presidente y líder del PSOE ha dedicado tanto o más tiempo a cargar contra el PP que a reivindicar su gestión. Según Sánchez, el PP solo trae «paro, desigualdad, corrupción y desmantelamiento del Estado del Bienestar» y su único proyecto consiste en «derogar todos los avances y todas las conquistas». Ello después de que Feijóo insistiera unas horas antes en una entrevista en la COPE en que derogará la Ley Celaá, la de eutanasia y también la del aborto cuando esté aprobada.

El presidente ha llegado a decir que España es «el país de la UE con mayor credibilidad en materia de política energética» y que todos quieren copiar su modelo. A la inflación le ha dedicado apenas unos segundos de su discurso: «Soy plenamente consciente del impacto de la inflación en la vida de la gente. Hasta fin de año movilizaremos 30.000 millones de euros» para frenar sus efectos, ha concluido.