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María Soledad Iparraguirre, en el juicio por su colaboración en un atentado de 1994 en Getxo.
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María Soledad Iparraguirre, en el juicio por su colaboración en un atentado de 1994 en GetxoEuropa Press

Tribunales

La sanguinaria etarra Amboto, de nuevo a juicio tras anular el Supremo su absolución

El pasado mes de julio, el Supremo corrigió a la Audiencia Nacional por el «grave error» de haber omitido la valoración de una prueba

La Audiencia Nacional celebra este lunes el juicio a la exdirigente etarra Soledad Iparraguirre, Anboto, que el Tribunal Supremo ordenó repetir con otros magistrados tras anular la sentencia por la que fue absuelta de un atentado frustrado con coche bomba en 1985 frente al polideportivo Mendizorroza, en Vitoria.

El pasado mes de julio, el Supremo corrigió a la Audiencia Nacional por el «grave error» de haber omitido la valoración de una prueba de las huellas de la acusada halladas en dicho vehículo «con una argumentación no racional».

La sección segunda de lo Penal de la Audiencia Nacional absolvió en marzo de 2021 a Anboto por este atentado, al dudar el tribunal que la juzgó del informe policial que confirmó en 2019 la existencia de huellas de la acusada en el coche bomba empleado en esta acción.

En su recurso, la Fiscalía reprochó a la Audiencia Nacional que hubiese descartado valorar esa prueba con el argumento de que sería contradictoria con otro informe del mismo tipo realizado cuando se produjo el atentado y en el que se recogía que no había huellas identificables en el vehículo.

Argumentación equivocada

Para el Supremo la argumentación de la sentencia anulada «es manifiestamente equivocada», ya que parte de una premisa «falaz», puesto que el primer informe no niega que existiesen huellas de la acusada, sino que las huellas se archivaron como anónimas.

La sentencia absolutoria fue suscrita por los magistrados José Antonio Mora (presidente y ponente) y José Ricardo de Prada, y contó con el voto particular discrepante de Fernando Andreu, que consideró que había prueba «concluyente» para considerar «plenamente probado» que Iparraguirre intervino en ese atentado.

Los tres magistrados tendrán ahora que ser sustituidos por otros compañeros de la Sala de lo Penal en este nuevo juicio en el que Anboto se vuelve a enfrentar a una petición del fiscal de 488 años de cárcel (23 años por cada veinte delitos de asesinato frustrado, otros 23 por delito de atentado a agentes de la autoridad, y 5 años por estragos).

Comando Araba

Cuando se perpetró este atentado la exdirigente de ETA integraba el comando Araba junto a los ya condenados por estos hechos Francisco Arizcuren, Kantauri, José Ignacio Gaztañaga, Carlos Torrecilla y el exertzaina Santos Berganza.

Kantauri fue el encargado de colocar el artefacto explosivo en uno de los vehículos que previamente habían preparado los etarras, y Anboto fue quien, según el fiscal, lo dejó aparcado en las inmediaciones del polideportivo con el temporizador conectado.

Los terroristas colocaron el coche-bomba enfrente de las taquillas del polideportivo vitoriano, pero la Policía, que había tenido noticia de los dos vehículos que los etarras acababan de robar para realizar la acción, localizaron el coche antes de que estallara y desactivaron el artefacto.

Esta es la segunda causa en la que Anboto resultó absuelta desde su entrega a España en 2019. La primera absolución partió también de la sección segunda y con De Prada de ponente. La Sala consideró que su participación en el atentado contra el cuartel de la Policía Nacional de Buenavista en Oviedo en 1997 era «cosa juzgada» por haber sido condenada ya como dirigente de ETA en el país galo.

  1. No obstante, desde su entrega suma ya centenares de años de cárcel por las numerosas condenas que también ha recibido (algunas de ellas en conformidad con la Fiscalía).

Además, a finales de julio fue imputada junto a su pareja, el también exdirigente de ETA Mikel Antza, como presunta responsable del secuestro y asesinato del concejal del PP en Ermua Miguel Ángel Blanco en 1997.

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