Sánchez fletó el Falcon y pagó más de 32.000 euros a Iberia por un segundo avión para llevar a Canarias a cinco ministros

Hoy a África con Begoña Gómez. Y ayer a Canarias con dos aviones cargados de ministros y de invitados cuya identidad Pedro Sánchez se ha negado a revelar desde el pasado marzo, pese a tener instrucciones legales que le obligan ya en firme a hacerlo, algo que se espera cumpla de manera inminente para no ponerse en situación de «rebeldía» ante la ley, como ya ha hecho en otras ocasiones similares.

El «vicio» viajero de Sánchez, que le ha llevado a movilizar el Falcon en incontables ocasiones desde 2018, incluye esta vez un idílico destino, las Islas Canarias, con una justificación dolorosa: la erupción del volcán de La Palma y los estragos que generó la lava en la población local, objeto de la celebración el pasado mes de marzo de la XXVI Conferencia de Presidentes Autonómicos que bien pudo ser una excusa para disfrutar del entorno natural a tenor de los datos que hoy revela El Debate.

Con ese pretexto, según ha confirmado este periódico, Sánchez organizó una expedición costosísima que necesitó de la utilización de hasta dos aeronaves distintas: el Falcon para él y un grupo de personas sin identificar de momento y, además, otro avión de Iberia con 2 vicepresidentas del Gobierno y 3 ministros a bordo, lo que supuso un coste superior a 32.000 euros según consta en un documento que obra en exclusiva en poder de El Debate, firmado el pasado 21 de septiembre por la Directora de Coordinación Técnica y Jurídica de la Presidencia del Gobierno, Judit Alexandra González Pedraz.

Pero según ha podido confirmar este diario, los trucos del presidente para esconder la composición exacta de la comitiva que le acompañó a La Palma el pasado mes de mayo han llegado a su fin: el Consejo de Transparencia le ha obligado formalmente a explicar quiénes, con nombre, apellidos y cargo, se sirvieron del presupuesto y los recursos públicos para visitar el paraíso canario.

Y le obliga, además, con un reproche contundente a la estrategia utilizada por La Moncloa para negarse hasta ahora a dar esa información: que hacerlo pondría en peligro la integridad física de Sánchez, tal y como reveló El Debate el pasado mes mayo.

«Dar a conocer el número y la identidad de las personas que conforman el dispositivo de cada desplazamiento implicaría desvelar pautas de actuación y datos específicos sobre planes de protección de autoridades cuyo conocimiento podría perjudicar la efectividad de los dispositivos de seguridad presentes y futuros y, en consecuencia, poner en peligro la vida del Presidente del Gobierno y de las personas que acompañan su actividad», intentó argüir Moncloa, según consta en un documento oficial del pasado 24 de abril, en poder de este periódico, y que lleva el sello de la Secretaría General de Presidencia.

La respuesta no puede ser ahora más elocuente: «Dado que de la información que ha de facilitar la Administración en estos casos queda excluida la relativa a la tripulación y el personal de seguridad, no se alcanza a comprender en qué medida y grado conocer la identidad de ministros, autoridades, altos cargos, asesores o cualquier otro personal de apoyo, distintos de aquellos, puede perjudicar la efectividad de los dispositivos de seguridad o poner en peligro la vida del presidente del Gobierno o de sus acompañantes», según recoge la Resolución del Consejo de Transparencia número 326/2021, de fecha 3 de octubre de 2022 y firmada por José Luis Rodríguez Álvarez, Presidente del Consejo de Transparencia, instada por El Debate.

Sánchez usó el Falcon para él y sus invitados sin identificar y otro costoso avión para cinco ministros

El varapalo ridiculiza la coartada de Sánchez para, apelando a la Ley de Secretos Oficiales impulsada por Franco en 1968, esconder sus viajes constantes, el uso de Falcon para asuntos privados o incluso la utilización del Palacio de las Marismillas para disfrutar de vacaciones en compañía de sus amistades.

Un gran gasto en aviones

Con este fallo, Sánchez tiene ahora la obligación de dar todos los detalles de sus compañeros de aventura, de los que solo se sabe ya el gasto que comportaron en el estricto desplazamiento en otro avión alquilado a tal efecto.

Y es que, en la documentación obtenida por este periódico, se demuestra que el presidente tuvo que fletar una aeronave extra, además del Falcon habitual para él mismo. Y que no salió barata.

En concreto, se reconoce a El Debate desde la propia Presidencia, en un escrito fechado el 21 de septiembre de 2022 y firmado por la Directora del Departamento de Coordinación Técnica y Jurídica de la Presidencia del Gobierno, que Moncloa contrató un vuelo de la primera aerolínea española para trasladar a La Palma a «la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, la ministra de Hacienda y Función Pública y el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones».

Además, en cuanto al coste del mismo, aquel transporte acarreó unos gastos de «un total de 32.172 €, de los cuales 14.995 € derivan del coste del servicio de transporte en avión de Madrid a La Palma realizado por la compañía Iberia y 17.177 € del coste del servicio de transporte en la isla de La Palma para el traslado tanto de autoridades como del personal implicado en el desarrollo de la Conferencia de Presidentes».

Lo curioso es que en el Falcon había espacio sobrado para los cinco ministros, desplazados sin embargo al avión «alquilado» a Iberia, lo que atestigua claramente la existencia de una comitiva mucho más numerosa que, sin embargo, el Gobierno se ha negado hasta ahora a desvelar. ¿Quiénes más fueron a La Palma aprovechando el viaje oficial del presidente? Esa es la gran pregunta y ahora Sánchez está obligado a responderla en cuestión de horas.