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Pedro Sánchez acuso a la «prensa madrileña» de intentar influir en el destino del país

Pedro Sánchez acuso a la «prensa madrileña» de intentar influir en el destino del paísPaula Andrade

Exclusiva

Sánchez fabricó un bulo para acusar en el Parlamento a la prensa de conspirar contra él

Moncloa confiesa por escrito a El Debate que el presidente señaló a la Cope y a la «prensa madrileña» de actuar con los «poderosos» sin tener ninguna prueba ni buscarla, como ya hizo contra Feijóo

«Las fuerzas progresistas y la España progresista tienen en frente un poder que no es menor, que es el poder del dinero, que tiene sus terminales. Usted, como yo, se desayuna leyendo la prensa madrileña, también escuchando a la Conferencia Episcopal hablando a través de la radio o también lógicamente aquí tenemos a las terminales políticas de esos intereses que representan al dinero».

La frase, literal, es de Pedro Sánchez. La pronunció en octubre en sede oficial, el Congreso, en una respuesta al diputado Joan Baldoví, y con ella acusó a la prensa de Madrid, y específicamente a la Cope, de conspirar contra su Gobierno aliado con los poderes económicos, a lo que meses antes había calificado ya de los «poderosos señores del puro».

Todo era mentira, un bulo prefabricado a sabiendas por Pedro Sánchez para estigmatizar la libertad de información más crítica y ahorrarse explicaciones por sus decisiones. Una estrategia que volvió a repetir a finales de noviembre en el Senado, señalando esta vez a El Mundo como instigador de la política de oposición de Alberto Núñez Feijóo.

La fake new de Sánchez queda en evidencia en un documento oficial de la Moncloa, al que ha accedido El Debate, en el que su propio equipo reconoce por escrito la inexistencia de «contenido o documento» alguno que respalde la acusación formal del presidente del Gobierno a los medios de comunicación, pronunciada en el Parlamento y reiterada en público, de un modo u otro, en ya incontables ocasiones.

Pedro Sánchez

En ese documento también se confiesa la incapacidad de Sánchez para enumerar el listado concreto de esos supuestos medios que, financiados por poderes ocultos, trabajan concertados contra su Gobierno.

Era la tercera vez en poco tiempo que, con distintas formulaciones, Sánchez atacó desde la Presidencia, en sede parlamentaria o en televisión, a los presuntos «poderes ocultos» conspiradores. Y todas eran falsas, meras fake news que la propia Moncloa asume al mostrarse incapaz de responder a las preguntas formuladas por este periódico:

1.- Copia de la documentación, cualquiera que sea su formato, en poder del presidente del Gobierno, acreditativa de que los medios de prensa madrileños y la cadena de radio COPE representan los intereses que ha manifestado.

2.- Relación de medios de prensa madrileña, que conforme a la documentación obrante en su poder, representan los intereses del dinero y de los que tiene conocimiento por razón de su cargo.

Sánchez fabrica noticias falsas contra la prensa y contra la oposición, pese a crear un «Ministerio de la Verdad» que solo usa a su antojo

A ambas, y a otras más, la réplica es la misma: Pedro Sánchez carece de prueba alguna para sostener esa grave acusación y, lo que es igual de sorprendente, no ha hecho nada para intentar aclararla, pese a dotarse desde su investidura de una Estrategia Nacional contra la Desinformación que técnicamente le da las herramientas oficiales y legales necesarias para desmontar cualquier campaña de bulos.

«No existe documento o contenido relacionado con la información requerida», confiesa en persona por escrito la Directora del Departamento de Coordinación Técnica y Jurídica de la Presidencia del Gobierno, Judit Alexandra González, que deja en esto a Sánchez abandonado a su suerte.

Y, aún más, reconoce que Sánchez no se ha tomado la molestia de intentar verificar el señalamiento de la «prensa madrileña», de la radio de la Conferencia Episcopal o del diario El Mundo, los dos últimos citados por su nombre.

«El Foro de lucha contra las campañas de desinformación, recogido en la Orden PCM 541/22 de 10 de junio, se ha constituido recientemente conforme a lo establecido en la citada Orden en cuanto a su composición y funciones. Este órgano es un espacio de colaboración público-privada que, en todo caso y por su propia naturaleza, no puede realizar funciones ejecutivas o vinculantes, sino meramente informativas», reconoce una de las principales asesoras de Sánchez en el documento obtenido por El Debate.

El «Ministerio de la Verdad»

Esta cuestión no es baladí. Desde su llegada al poder, el líder socialista ha desatado una auténtica batalla contra la libertad de información que, con la excusa de luchar contra los bulos, le ha dotado de organismos, leyes y departamentos que en su inicio fueron bautizados con el sobrenombre del «Ministerio de la Verdad», en medio de una fuerte controversia.

En concreto, Pedro Sánchez, de quien directamente depende la Seguridad Nacional, ha hecho de la lucha frente a las fake news y campañas de desinformación una de las piezas angulares en su Nueva Estrategia de Seguridad Nacional, aprobada en 2021.

Además, ha aprobado una serie de normas en desarrollo de esta materia, todo lo cual no hace sino llamar la atención sobre el contraste existente entre su fervor normativo en materia de Seguridad Nacional y el poco celo que él personalmente pone cuando sube a la tribuna y lanza, con la atención de todos los medios, bulos que intentan estigmatizar la crítica.

Según consta en el Real Decreto 1150/2021 de 28 de diciembre, por el que se aprueba la nueva estrategia de Seguridad Nacional, «la principal actualización en el mapa de riesgos es la inclusión de las campañas de desinformación», que llega a calificar como de riesgo para la Seguridad Nacional y señalar que estas tienen «la voluntad de generar confusión y socavar la cohesión social; el uso coordinado de distintos medios para la creación y difusión de contenidos dirigidos a audiencias amplias».

El presidente se adueñó de la lucha contra las 'fake news' y la consideró asunto de Seguridad Nacional, pero luego las difunde él mismo

En la Orden PCM/1030/2020, de 30 de octubre, por la que se publica el procedimiento de actuación contra la desinformación aprobado por el Consejo de Seguridad Nacional, tras afirmar que «la Comisión Europea, en su Flash Eurobarometer 464 de abril de 2018: Fake news and disinformation online, expone que el 88 % de los ciudadanos consideran que la desinformación es un problema en España», el Gobierno va más lejos aún y afirma:

«En la lucha contra la desinformación, los ciudadanos consideran que los medios de comunicación, las autoridades públicas y las plataformas de medios sociales son los principales responsables de frenar la divulgación de noticias falsas». Y la difusión deliberada a gran escala y sistemática de desinformación persigue «influir en la sociedad con fines interesados y espurios».

Sánchez lo usó contra Feijóo

En la práctica, el fabricante de noticias falsas es el propio presidente, incapaz luego de demostrar sus propias palabras. Y llueve sobre mojado: en septiembre también utilizó la misma estrategia para descalificar al nuevo jefe de la oposición, el popular Alberto Núñez Feijóo.

«Queda claro, después de conocer estos meses que lleva al frente de su partido, que usted no olvida quién le puso ahí, las grandes empresas energéticas, las grandes corporaciones de este país», dijo literalmente Sánchez del presidente del PP, con la misma intención que contra la prensa e idéntica falta de pruebas, tal y como demostró El Debate.

«No existe ningún procedimiento administrativo en la Secretaría General de la Presidencia del Gobierno que registre, o acredite, las fuentes de información utilizadas en la conformación de los razonamientos que el presidente del Gobierno pueda manifestar en las réplicas de los debates que se realizan en sede parlamentaria», confesó la propia Moncloa a requerimiento de este periódico, confirmando un inquietante fenómeno.

El de ver a todo un presidente creando organismos contra las noticias falsas y fabricándolas a la vez él mismo, para denigrar sin pruebas a sus críticos, sean en el propio Congreso o en ese «Parlamento de papel» que siempre fue considerada la prensa, protegida por el artículo 20 de la Constitución.

«Los medios de comunicación y periodistas que se les ocurre cuestionar la verdad oficial, son señalados y tachados de conservadores y ‘fachas’. Simplemente por decir lo que (…) les da la gana (…). Esto es lo que está ocurriendo en nuestro país». Las palabras son de Feijóo, pronunciadas el sábado 26 de noviembre en un acto público. Y ni los propios colaboradores de Sánchez son ya capaces de negarlo.

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