Margarita Robles, la única ministra que mantiene su agenda en un Gobierno cerrado por vacaciones

Los festivos que corresponden a las celebraciones navideñas del paso del año 2022 al 2023 han coincidido en días que ya, de por sí, no son laborables, por que este año los trabajadores apenas los han notado en sus jornadas laborables. El pasado 25 de diciembre fue domingo, por lo que en este caso el festivo sí se pasó al lunes siguiente. En cambio, el 31 de diciembre y 1 de enero coincidieron en sábado y domingo. Hay que esperar a este seis de enero, viernes, para volver a notar la presencia de un festivo en la jornada laboral.

El trascurso de estas mismas jornadas entre las personas que conforman el Gobierno de España –presidente y ministros– se ha vivido de forma muy diferente. Desde el último Congreso de Ministros, celebrado el pasado día 27 de diciembre, y presidido por Pedro Sánchez, a la actividad de los principales representantes políticos de los españoles ha descendido de forma drástica, tal y como puede comprobarse en la propia agenda oficial, que el Gobierno hace pública día a día en esta Web.

La única excepción es Margarita Robles. La ministra de Defensa y fiscal ha continuado con su agenda de trabajo, que la lleva a organizar y presidir reuniones con las distintas instituciones que conforman los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Así, Robles el pasado día 3 ha estado con la Jefatura del Sistema de Vigilancia y Control Aeroespacial (JSVICA), en la Base Aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid), y ayer, día 5, ha visitado la Brigada 'Guadarrama XII', en la Base Militar 'El Goloso', en Madrid. Este viernes, la ministra asistió a la tradicional celebración de la Pascua Militar, que estuvo presidida por los Reyes. En este acto, Robles estuvo acompañada por Pedro Sánchez y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, siendo el desfile un acto puramente institucional.

TV, radio y podcast

En cambio, y por contraposición, resulta especialmente llamativo el parón laboral del resto de ministros, que se vuelve especialmente intenso a partir del uno de enero. Alguna entrevista en un programa de radio o televisión, o para algún podcast –así, Irene Montero en Lo normal, de la Cadena SER–; eso es todo. Otro tanto puede decirse de las esporádicas irrupciones mediáticas de Isabel Rodríguez, Raquel Sánchez y María Jesús Montero.

Pedro Sánchez ha paralizado toda actividad política reseñable. Su último acto de agenda ha sido su visita el pasado 28 de diciembre a la Base Miguel de Cervantes, en Marjayoun (Líbano), para dirige unas palabras al contingente español que forma parte de la Misión de la Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano (UNIFIL). No se le ha vuelto a ver hasta el día 4 de enero, cuando ha acudido para visitar durante unos minutos la capilla ardiente por el ex secretario general de la Unión General de Trabajadores (UGT) Nicolás Redondo, en la sede del sindicato en Madrid.

Otro acto de obligado protocolario, no de agenda política en cuanto tal, ha sido la presencia de Félix Bolaños en la capilla ardiente y la Misa exequial por el Papa Emérito Benedicto XVI, en la Basílica de San Pedro de la Ciudad del Vaticano, en Roma.

La ministra con mayor actividad ha sido Yolanda Díaz que ha viajado hasta Brasil tres días, del 31 de diciembre al 2 de enero, para asistir a la toma de posesión de Lula da Silva como nuevo presidente del Brasil. Un viaje que no ha estado exento de polémica. Felipe VI, en calidad de Jefe del Estado, es la autoridad española cuya presencia era requerida en tal acto, al que acudió acompañado, tal y como marca el protocolo, por José Luis Albares, el ministro 'de jornada' a tal efecto. El viaje de Yolanda Díaz ha sido totalmente voluntario, innecesario desde el punto de vista gubernativo español. En todo caso, ha sido costeado por el erario público.