Sánchez no es especial para Xi Jinping: otro relato de la Moncloa que tiene «truco»

La Moncloa tiene muchas expectativas puestas en la visita oficial que Pedro Sánchez realizará a China este jueves y viernes, y durante la que se reunirá con el presidente del gigante asiático, Xi Jinping. Será una fotografía poderosa, al menos para el Gobierno de España.

El equipo del presidente lleva días pregonando que esta audiencia con Xi Jinping es la prueba fehaciente de la importancia de Sánchez como actor de primer orden en la política internacional. Sin embargo, en realidad el líder del Ejecutivo español no será el único: su entrevista con el mandatario chino se enmarca en una intensa ronda de contactos emprendida por Xi Jinping después de casi tres años de aislamiento por su política de covid cero y que incluye a los líderes de las cuatro principales economías de la UE (España es la cuarta).

De hecho, una semana después de Sánchez, el presidente francés, Emmanuel Macron, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, viajarán juntos a Pekín para reunirse con él. Después será el turno de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. Y también se desplazará hasta allí en fechas próximas el alto representante de la UE, Josep Borrell, según fuentes gubernamentales.

Después habrá más, puesto que Xi Jinping está llenando su agenda internacional. Estaba previsto que este miércoles le visitara el presidente de Brasil, pero Lula da Silva ha tenido que aplazar su viaje por una bronconeumonía. El canciller alemán, Olaf Scholz, viajó en noviembre, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, lo hizo en diciembre.

El origen, en noviembre de 2018

Este viaje oficial lleva fraguándose, en realidad, desde que el presidente de China visitó España en noviembre de 2018. Entonces fue recibido con todos los honores por Felipe VI y Pedro Sánchez, y la que era la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, le entregó las Llaves de Oro de la ciudad.

Según las mismas fuentes, la costumbre es lo que en el argot diplomático se llama una «visita de devolución». Pero estalló la pandemia y China se aisló del mundo, así que el presidente español no pudo viajar a Pekín.

El pasado mes de noviembre, en los márgenes de la Cumbre del G-20 de Bali, ambos mandatarios mantuvieron un breve encuentro y apalabraron que ese viaje aplazado se produjera en 2023, en fechas próximas al Foro Económico de Boao, considerado el Davos chino y que desde este martes se celebra de forma presencial después de tres años de pandemia.

Finalmente, fue el equipo de Xi Jinping el que ofreció al equipo de Sánchez la fecha del viernes 31 de marzo. No obstante, para la Moncloa no es casualidad que el presidente chino haya decidido que Sánchez sea el primer líder europeo en entrevistarse con él después del reciente viaje de Xi Jinping a Moscú para reunirse con Vladimir Putin.

El líder del Ejecutivo ya ha adelantado que hablará con él de los planes de paz para Ucrania, después de que China haya decidido dar un paso al frente. En febrero, el gigante asiático publicó un papel de posición con 12 puntos que empieza con un llamamiento a «respetar la soberanía de todos los países». «El derecho internacional universalmente reconocido, incluyendo los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, debe ser estrictamente observado. La soberanía, la independencia y la integridad territorial de todos los países deben ser efectivamente defendidas», continúa.

En su viaje, Sánchez se reunirá también con el recién elegido primer ministro de China, Li Qiang, y con el presidente del Comité Permanente de la XIV Asamblea Popular Nacional de China, Zhao Leji. Además, participará en el Foro de Boao, se reunirá con una representación de empresarios españoles afincados en China y con directivos de los touroperadores, porque China ha levantado el veto a los viajes de grupo a España hace apenas semanas.