Hemiciclos alternativos
Así quedaría el Hemiciclo con circunscripción única, autonómica y los modelos electorales de Italia y EE.UU.
La gobernabilidad de España pasa en buena parte por partidos que buscan su desintegración, dada la sobrerrepresentación que obtienen gracias al sistema electoral español. ¿Qué ocurriría si aplicásemos otros modelos?
Una vez realizado el recuento del voto CERA, y sin que el escrutinio general definitivo haya movido un ápice el reparto de escaños en el Congreso de los Diputados, ninguno de los dos principales partidos, Partido Popular y PSOE, pueden estar contentos. En el caso del primero, porque la suma con Vox no le da para hacerse con la Presidencia del Gobierno. En el del segundo, porque dependen de un frágil equilibrio fruto del apoyo de partidos minoritarios que, para más inri, además son separatistas o nacionalistas y no pondrán un precio bajo a su soporte en el Hemiciclo.
El sistema electoral español está determinado por tres variables: el número de escaños que se eligen, su reparto por circunscripciones y la Ley D´Hondt. Con estos tres elementos las urnas han arrojado un resultado en las elecciones generales del pasado 23 de julio de 137 escaños para el PP, 121 para el PSOE, 33 para Vox, 31 para Sumar, siete para ERC y para Junts, seis para Bildu, cinco para el PNV y uno para BNG, Coalición Canaria y UPN. Ante este escenario cabe preguntarse, ¿qué pasaría si aplicásemos otros modos de reparto a la hora de determinar el poder de los distintos partidos políticos en la Cámara Baja?
Cálculos para la investidura
Elige el voto de cada partido para conformar posibles mayorías
Circunscripción única
En nuestro sistema electoral hay 52 circunscripciones, que se corresponden con las 50 provincias españolas, más las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. ¿Qué pasaría entonces si en vez de 52 hubiese una y todos los votos valiesen lo mismo? Pues, a diferencia de lo que comúnmente se cree, los beneficiados no serían los dos primeros partidos, sino sobre todo los segundos: Vox y Sumar.
Si aplicásemos este sistema, los de Santiago Abascal y los de Yolanda Díaz se harían con 45 representantes cada uno, por lo que ambos saldrían beneficiados respecto al modelo actual. Los grandes perjudicados serían el PSOE, que perdería cinco asientos, y el PP, que se quedaría sin 16. Por su parte, los nacionalistas se verían perjudicados en todos los casos salvo el del BNG, que doblaría su actual escaño.
ERC perdería un diputado, Junts, dos, Bildu, otro, el PNV, ídem, y Coalición Canarias se quedaría igual. La Unión del Pueblo Navarro, por su parte, perdería el escaño que tiene ahora mismo.
Circunscripción autonómica
¿Y qué pasaría sin en lugar de las circunscripciones provinciales éstas se determinasen con base en las 17 comunidades autónomas? En este caso, el PSOE se quedaría igual y el gran perjudicado sería el PP, que perdería 13 asientos. Vox y Sumar serían, de nuevo, los grandes beneficiados de este cambio, al ampliar sus asientos de 33a 41, en el caso del primero, y de 31 a 37, en el del segundo.
La situación de los nacionalistas dependería de cada caso. ERC se quedaría igual, pero Junts perdería dos. En el País Vasco, Bildu perdería uno, pero el PNV se quedaría exactamente como ahora. El BNG obtendría dos diputados en lugar de uno, lo mismo que Coalición Canaria. Para UPN, todo seguiría igual.
El sistema italiano
Si el sistema electoral español parece complejo, el italiano lo es aun más. En el país transalpino, un tercio de los asientos se elige por voto uninominal, un sistema en el que gana el partido que obtiene más votos que el siguiente –aunque sea uno– y los otros dos tercios de manera proporcional, como en nuestro país. Dentro de este reparto proporcional, hay una limitación del 3 % de representatividad que marca el umbral para entrar en la Cámara, lo que dejaría fuera a varios partidos minoritarios.
Si aplicásemos esta fórmula en España, el gran vencedor de las elecciones habría sido el PP, que pasaría de los 137 escaños actuales a tener 168. El PSOE, a su vez, perdería diez representantes. Vox se quedaría igual y Sumar ganaría dos escaños. Respecto a los partidos minoritarios, los únicos que obtendrían representación serían los dos partidos nacionalistas vascos, aunque ambos perderían buena parte de su poder: el PNV perdería dos asientos, hasta los tres, y Bildu, cuatro, quedándose en dos.
El modelo estadounidense
En Estados Unidos el sistema electoral es muy diferente del español. Allí los ciudadanos no deciden directamente con su voto quién será el presidente, sino que designan a los electores de cada Estado, que son quienes votarán por uno de los candidatos. Se trata de los también llamados compromisarios, un total de 538, quienes votan en los 50 estados que componen el país, más el Distrito de Columbia (Washington D.C.).
Con este modelo, extrapolando el papel de los estados a las provincias, el PP se llevaría de calle las elecciones, casi duplicando sus asientos, de los 137 actuales hasta los 250. Al PSOE le pasaría justo lo contrario, quedándose su cuota reducida a solamente 86. Vox y Sumar perderían todo, al igual que ERC, Junts, el BNG, Coalición Canaria y UPN. Sin embargo, Bildu lograría el mismo número de asientos y el PNV ganaría tres.
Por último, los partidos separatistas catalanes no obtendrían representación, pues fue el PSOE quien ganó en todas las provincias de Cataluña.