Investigación
Transparencia abronca a Yolanda Díaz por ocultar los gastos de sus viajes «para ensanchar la democracia»
La vicepresidenta no se aplica las normas que impone a los demás en materias económicas tras una semana amenazando con movilizar a la Inspección de Trabajo para lograr la «igualdad»
Yolanda Díaz no sabe inglés, según demostró esta semana al quedarse en silencio casi un minuto tras una pregunta de una periodista británica, pero sí tiene claro cómo deben ser las relaciones laborales: transparentes e igualitarias, según anunció hace tres días en una comparecencia en la que anunció la movilización de la Inspección de Trabajo par lograr ese objetivo en un ámbito en boca de todos: el fútbol femenino, en plena tormenta por el caso Rubiales.
Pues bien, ese mandamiento no se lo aplica a ella misma, hasta el punto de que el Consejo de Transparencia, a instancias de El Debate, la ha abroncado como pocas veces a un dirigente político por ocultar los gastos que le genera al erario en al menos dos viajes internacionales.
Yolanda Díaz no sabía cuánto costó su viaje por Argentina y Uruguay el pasado invierno, porque aún no había echado las cuentas pertinentes. Tampoco aportó la documentación que justificase su viaje, ni la relación del personal del Ministerio de Trabajo que cruzó con ella el Atlántico, por lo que, el Consejo de Transparencia ha actuado, con un histórico tirón de orejas a la vicepresidenta y obligándola a rendir cuentas.
De hecho, el máximo organismo encargado de velar por la transparencia de las administraciones públicas ha sido lapidario, estimando la reclamación interpuesta por El Debate, tras las esquivas respuestas del Ministerio de Trabajo, que aseguró que las visitas programadas se trataban de «encuentros institucionales de alto nivel con las autoridades de ambos países, que servirán para fortalecer las relaciones sociolaborales como vía para ensanchar la democracia».
Sin embargo, estos argumentos no son suficientes para el CTBG pues según consta en la resolución 2023-0646, de 18 de agosto, rubricada por su presidente, José Luis Rodríguez Álvarez, «no consta en efecto ninguna aportación ni pronunciamiento alguno del Ministerio sobre la solicitud de copia de los documentos «acreditativos de la necesidad, conveniencia y beneficio para la ciudadanía española» del viaje, ni de los «documentos resultantes» de su realización».
Díaz se fue a ver a los «colegas» del Grupo Puebla, pasó la factura que ahora oculta y dijo que esos viajes «ensanchan la democracia»
Por ello, considera que «esta omisión conduce inexorablemente a estimar la reclamación en este punto, instando al Ministerio a facilitar la información demandada en caso de existir o comunicar expresamente su inexistencia».
Además, el CTBG ha llegado a la misma conclusión en lo referente a «la solicitud de la relación de las personas del Ministerio (y, en su caso, ajenos a él) que acompañaron a la ministra en el viaje, así como, de existir, los documentos que reflejen la necesidad de tal acompañamiento, extremos sobre los que tampoco existe un pronunciamiento».
Por ello, abronca a la vicepresidenta y le recuerda que «existe una consolidada doctrina de este Consejo en la que se señala que conocer la identidad de las personas que acompañan a altos cargos en viajes oficiales sufragados con fondos públicos guarda una estrecha relación con la finalidad de la Ley de Transparencia por cuanto permite conocer «bajo qué criterios actúan nuestras instituciones» y «cómo se manejan los fondos públicos» dos de los objetivos a los que, según proclama el preámbulo de la LTAIBG, sirve la transparencia que, junto con el acceso a la información pública y las normas de buen gobierno «deben ser los ejes fundamentales de toda acción política».
Obligada a dar explicaciones
De esta forma, Yolanda Díaz está obligada a facilitar la documentación relativa a una gira por Latinoamérica que le permitió consolidarse como líder del nuevo espacio a la izquierda del PSOE, después de la salida de la política de Pablo Iglesias, solo unos meses antes, tras su descalabro electoral en las elecciones madrileñas, informa Alicia Marín.
La primera parada de Díaz fue en Uruguay donde se reunió con la vicepresidenta Beatriz Argimón, además de con su homólogo Pablo Mieres, para después dedicar otro encuentro con sus siempre afines sindicatos, a lo que añadió otra reunión, que tenía más que ver con sus intentos de relanzarse como líder de la izquierda que como ministra de Trabajo, pues se dedicó el 10 de diciembre a entrevistarse con el expresidente Pepe Mujica, uno de los principales referentes para su espacio político.
«Pepe Mujica es un ejemplo para la gente progresista en todo el mundo. Nos enseñó que la buena política es la que mejora la vida de la gente y que el diálogo y la honradez vencen siempre al ruido. He tenido el honor de charlar con él sobre cómo gobernar un país para la mayoría», dijo la ministra en las redes sociales, obviando por cierto la tilde esdrújula en el apellido del exmandatario.
Después puso rumbo a Argentina, donde además de participar en reuniones con los más altos mandatarios del país, tenía previsto participar en acto de apoyo a Cristina Fernández de Kirchner, que no se pudo celebrar después de que la mandataria argentina diera positivo en covid.
El evento estaba organizado por el Grupo Puebla para respaldar a la política argentina, después de ser condenada a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por un delito de corrupción, algo que consideraron una «persecución política y judicial».
Sin embargo, la ministra de Trabajo aún no ha rendido cuentas de sus viajes, ya que, pese a haber sido preguntada por ellos de forma expresa por El Debate, no ha dado las explicaciones pertinentes. Por ello, ahora, el reloj corre en su contra ya que tiene que hacer frente a esta resolución del CTBG y cumplir con la obligación de facilitar la documentación que en su momento escondió.