Bolaños hace malabares lingüísticos para eludir explicar por qué el PSOE no pronuncia la palabra «amnistía»

Como si fuese una palabra maldita, sistemáticamente los dirigentes socialistas evitan pronunciar las ocho letras que componen la palabra «amnistía». Hasta ahora, al único al que se le ha escapado ha sido a Óscar Puente, la semana pasada. El silencio sobre este sustantivo común parece responder a que detrás esconda algo no solamente atípico, sino también inconstitucional, como defienden numerosos juristas.

El ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática en funciones, Félix Bolaños, ha tenido este miércoles una oportunidad de oro para explicar el porqué de este mutismo, pero ha optado por volver a divagaciones plagadas de eufemismos y circunloquios.

Bolaños ha evitado responder esta mañana a una pregunta explícita y directa sobre los motivos del Gobierno para no citar la palabra tabú del momento entre los dirigentes socialistas. Aquella que se refiere a la condición que han exigido los independentistas catalanes para votar a favor de la investidura de Pedro Sánchez. Bolaños se ha limitado a defender que todas las partes tienen que poner de su parte «para cerrar heridas».

En declaraciones a los periodistas desde el Museo Lázaro Galdeano de Madrid, Bolaños ha defendido esta «generosidad», a la que apelaba este martes el jefe del Ejecutivo en funciones para que «todas las fuerzas políticas pongan de su parte».

«Generosidad es que todas las fuerzas políticas pongan de su parte, que todas sean conscientes que tenemos que avanzar y que nuestro país tiene que ser mejor los próximos cuatro años. Generosidad es que todos seamos conscientes de que tenemos que poner de nuestra parte para cerrar heridas, para abrir una nueva etapa», ha proclamado Bolaños.

Eso sí, Bolaños ha evitado responder a la pregunta de por qué el Gobierno en funciones elude la palabra amnistía, insistiendo en esta generosidad en Cataluña y defendiendo el «diálogo» y el trabajo para encontrar acuerdos, ya no solo para la investidura, sino también para conseguir cuatro años de Gobierno.

Díaz y Sánchez ultiman su pacto

Asimismo, Bolaños también se ha pronunciado sobre la reunión entre Pedro Sánchez y la vicepresidenta segunda en funciones y líder de Sumar, Yolanda Díaz, en el marco de este encargo para conseguir Gobierno, defendiendo esta coalición para el futuro Ejecutivo.

Y ante el aviso de Sumar por las posiciones alejadas en la negociación en distintas materias, Bolaños ha dicho respetar «todas las posiciones públicas de partida de todos los grupos políticos», aunque ha reclamado ser «conscientes» de la «importancia» de lo que está entre manos.

«Y esas posiciones de partida lo que vamos a hacer, por supuesto, es trabajar duro para conseguir acuerdos, para conseguir puntos de equilibrio que permitan conseguir la investidura y después la estabilidad en la legislatura», ha sentenciado.

Vox, «machista y no democrático»

Con todo, Bolaños, al igual que hiciera Sánchez, ha defendido el diálogo con todas las fuerzas políticas con representación en el Congreso de los Diputados, a excepción de Vox, que ha calificado como partido «machista y que no es democrático».

Lo ha dicho al ser preguntado por si las reuniones en el Congreso evitan una posible foto con líderes independentistas como Oriol Junqueras o Carles Puigdemont, algo que Bolaños ha insistido en que las negociaciones se dan con los grupos parlamentarios.