Tribunal Supremo
La ofensiva de Sánchez sobre el Poder Judicial complica la reactivación de las euroórdenes contra Puigdemont
El magistrado Pablo Llarena tendrá que resolver, a partir de este viernes, la petición con la que la Fiscalía busca reclamar de nuevo la entrega de todos los prófugos del procés
«Será difícil» que el Supremo reactive, de nuevo, las euroórdenes que, el pasado mes de enero, el magistrado instructor de la causa del procés Pablo Llarena dejaba en suspenso para los prófugos –Carles Puigdemont, Toni Comín y Luis Puig– a la espera de que la Justicia europea decidiese sobre la inmunidad de dos de ellos, diputados en la Eurocámara, y la competencia del Alto Tribunal español en el enjuiciamiento de su participación como cabecillas del referéndum inconstitucional del 1-O.
El juez Llarena se enfrenta, a partir de este viernes, a la difícil decisión con la que deberá resolver la petición de la Fiscalía para poner en marcha, un vez más, la reclamación procesal de los huidos de la Justicia española por sendos delitos de desobediencia y malversación. Y, en pleno plazo de investidura, tras las recientes declaraciones del presidente del Gobierno en funciones, y candidato a la reelección, Pedro Sánchez, reconociendo por primera vez ante la prensa internacional la negociación de la amnistía, la euroorden podría servir, únicamente, para acelerar el pacto del 'sí' de los siete diputados de Junts a las aspiraciones del socialista.
Y es que, así las cosas, si se dicta la euroorden y la defensa de Puigdemont, aunque inicialmente no lo hizo, amplía su último recurso posible ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) para instar medidas cautelares que le restauren la inmunidad parlamentaria que el retiró el Tribunal General en junio (TGUE), la Abogacía del Estado podría convencer al primero de los órganos sobre la conveniencia de no resolver hasta comprobar si la amnistía es una solución extrajudicial. Es decir, los letrados públicos podría dirigirse al TJUE para pedir una pequeña demora en la cuestión.
Ante ese escenario, posible, con una euroorden vigente y sin que Puigdemont sepa, todavía, si va a disponer de nuevo de inmunidad o si, por el contrario, antes van a llevarse las euroórdenes a término, estaría más forzado a precipitar un acuerdo a favor de Sánchez y, por lo tanto, de la amnistía. No en vano, hoy por hoy, si el polémico 'borrado' penal del procés no prospera será porque el expresidente catalán rompe la baraja. Así que, la mejor manera de asegurarse que no lo hace para Sánchez es tenerle, sí o sí, dependiente de ella.
Es decir, como ya adelantó El Debate hace unos días, las declaraciones de Sánchez a favor de la amnistía, por primera y única vez, ante una representación europea y cuando «es consciente que existe la posibilidad real de que el Supremo reactive las euroórdenes», buscaron «desautorizar» cualquier iniciativa judicial contra Puigdemont, ante los tribunales comunitarios, apuntan algunos expertos consultados, sin que se resuelva antes el estado de las negociaciones. Además, «no está claro que que sea conveniente decretarlas en pleno plazo para la investidura de un candidato», advierten las mismas fuentes jurídicas.
Ofensiva para 'desjudicializar' el procés
Cabe recordar que desde las 12.00 horas del pasado viernes, hace hoy una semana, las euroórdenes instadas por la Fiscalía del Supremo pueden ser emitidas de inmediato en la situación en la que está en ese momento la causa. Sin embargo, el mismo viernes a las 17.00 horas el presidente en funciones y presidente de turno de la Unión Europea, Pedro Sánchez, admitía, por primera vez, la posibilidad de una amnistía en un foro internacional. Fuera de nuestras fronteras y con la prensa europea como testigo directo de su plan.
La cuestión dejaba, entonces, de ser oficialmente una reclamación exclusiva del prófugo. El único que, hasta entonces, exigía la amnistía como una condición imprescindible para el 'sí' de sus siete diputados en el Congreso a la investidura de Sánchez. A partir de las declaraciones de éste, el Estado español admite que se trata un proyecto del país. El presidente hace el reconocimiento en presencia de varias representaciones de países miembros de la UE y, curiosamente, no volverá a mencionar la palabra amnistía en ninguna otra comparecencia pública posterior.
En todas las ocasiones en las que Sánchez ha sido interpelado, en estas últimas semanas, por su postura respecto al líder de Junts y huido de la justicia, Carles Puigdemont, el todavía presidente del Ejecutivo ha respondido siempre con evasivas; como que «hemos respetado el trabajo y la labor de la Justicia», o que «una crisis política no debería resolverla la Justicia». «Lo que hemos hechos estos años con enorme esfuerzo ha sido tratar de devolver a la política lo que nunca tuvo que irse de la política», ha zanjado.