La reunión de Aragonès con Bildu se celebró en la sala del Senado que lleva el nombre de un asesinado por ETA
El presidente catalán prefirió reunirse con la condenada por enaltecimiento de ETA, Mertxe Aizpurua, que escuchar a los demás presidentes autonómicos
El Senado cuenta con siete salas de reuniones que pueden ser cedidas para encuentros «de índole parlamentaria, institucional e internacional», según reza el reglamento de la Cámara Alta.
El presidente del Gobierno catalán, Pere Aragonès, aprovechó este jueves su paso por el Senado para debatir sobre la amnistía para reunirse con sus correligionarios del País Vasco, Bildu.
Tras lanzar sus proclamas en la cámara territorial, el presidente catalán ni tan siquiera tuvo el detalle de quedarse a escuchar lo que querían decir el resto de presidentes autonómicos, prefirió reunirse con los representantes de Bildu tanto en el Congreso de los Diputados como en el propio Senado, los mismos que encabezaron la misión negociadora que la semana pasada se reunió con el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez.
Dentro de esta delegación abertzale, como portavoz de Bildu en el Congreso se encuentra la que fuera condenada por enaltecimiento del terrorismo de ETA, Mertxe Aizpurua.
Catalanes y vascos no tuvieron mejor idea que hacerlo en la sala que lleva el nombre de Manuel Broseta, un exsenador y catedrático asesinado en 1992 por la organización terrorista ETA, la misma que Aizpurua enalteció en los años 80.
Se trataba de una «reunión de trabajo para analizar la situación política y departir sobre las perspectivas de futuro», según Bildu. «Hemos compartido los retos de las izquierdas independentistas en un momento histórico para el reconocimiento de nuestras naciones», aseguraba el portavoz de Bildu en el Senado, Gorka Elejabarrieta.
Podían haberse reunido en la 'sala Clara Campoamor', o en la 'sala Comunidades Autónomas'. Incluso en la que lleva el nombre del periodista Luis Carandell, la misma profesión que durante años ejerció Aizpurua. Sin embargo, prefirieron encontrarse en la sala dedicada a una víctima del terrorismo de ETA.