Sigue el debate de investidura de Pedro Sánchez, en directo

Sánchez ha declarado la guerra política a media España para maquillar su rendición con el separatismo. Se avecina una legislatura terrible de confrontación entre un Gobierno sumiso y un enemigo inventado, el fascismo. Sánchez ha culminado un camino sin retorno.

Como era previsible, la portavoz de Puigdemont desmonta a Sánchez: nada de pasar página. El acuerdo les sitúa más cerca de su objetivo de la independencia

Increíble el grado de sectarismo y violación de las normas del debate por parte de Armengol, permitiendo una intervención de Patxi López y añadiendo ella misma una segunda intervención censurando a Abascal. La comunista Yolanda Díaz comienza su intervención apelando a la democracia, el concepto más opuesto al comunismo

Además de sectaria y torpe, Francina es, sobre todo, un coñazo

Intolerable la actitud de Armengol permitiendo la intervención de Patxi López para dar su apoyo a Sánchez. ¿Por qué no puede defenderse él por sí mismo?

Abascal le recuerda a Sánchez la contradicción de poner escolta a Puigdemont mientras gasea a los manifestantes que protestan contra el Gobierno

Armengol casi está haciendo buena a Batet. Su trucaje del VAR parlamentario al servicio de Sánchez desborda los abusos que habíamos visto a esta hora. Es harto dudoso que ante lo que estamos viviendo el diputado Abascal no esté en su pleno derecho de denunciar que lo que está haciendo Sánchez es «un golpe de Estado contra la Constitución». Si lo hubiese dicho alguien del PSOE en sentido contrario la presidenta del Congreso no habría dicho nada.

El grave sectarismo de Armengol: corta la intervención de Abascal y censura su intervención

Feijóo ha estado ameno e incisivo. Pero creo que debió extenderse más en el meollo de la cuestión: estamos inmersos en un proceso de regresión democrática y de reescritura de la Constitución por la puerta trasera. «El mayor ataque al estado de derecho de nuestra historia», resumió al final Feijóo. Y en efecto, ese es el gran tema, lo que estará en juego en esta legislatura.

Feijóo en respuesta a las carcajadas de Sánchez: «Yo no soy presidente porque no me vendo ni vendo a los españoles»

Cuarenta minutos de intervención de Núñez Feijóo contestado con más de una hora de replica de Sánchez.

Sánchez es sencillamente ridículo y siempre aprovechando la ventaja.

Sánchez está haciendo ahora la réplica a la investidura de Feijóo, que no hizo en su momento porque se escondió detrás de Óscar Puente. La hace ahora porque tiene las reglas a favor. Tiempo ilimitado.

Ver a todo un presidente del Gobierno reírse de esa manera de sus propios chistes resulta desagradable. No ya por la falta de decoro, que también, sino porque todo cuando ha firmado con Junts y ERC le quitaría la sonrisa a cualquiera con las matemáticas de Bachillerato aprobadas.

Terribles las imágenes de las carcajadas de Pedro Sánchez mientras defiende su pacto con los golpistas contra el Estado de derecho

Sorprendente la risa forzada de Sánchez con su propio chiste. Tanta carcajada puede que refleje la tensión acumulada estos días y cómo puede haber afectado a su templanza nerviosa. No ha sido la reacción de un presidente del Gobierno normal. Aunque aquí ya nada es muy normal.

Repite lo ya dicho y se vale de que no tiene límite de tiempo. Acusa a Feijóo de no hablar de ciertos temas como la Economía, pero el programa que se juzga es el de Sánchez y Feijóo solo tiene media hora. No hace otra cosa que ser la oposición de la oposición.

No defiende su programa. Solo trata de desacreditar a la oposición. ¿Alguien está contando el tiempo?

Vergonzosa la segunda intervención de Sánchez. Está «tocado» por la intervención de Feijóo.

Está repitiendo el discurso de «ignorancia o mala fe» punto por punto.

Según Sánchez «Feijóo es un falso moderado». Es decir, debe estar en el punto correcto. Vox le acusa de socialdemócrata y Sánchez de ser el presidente del PP más derechista de la historia. Más que Fraga. Con un par.

El discurso de Sánchez es un compendio de su propio argumentario. La intervención de Feijóo le ha descompuesto y el líder socialista trata de levantar un muro de contención sobre sus pactos con el separatismo.

Con millones de españoles obligados a salir a la calle para defender sus derechos y libertades, va Sánchez y ensalza su supuesto «programa de reencuentro». Estos alardes de neolengua orwelliana a veces arrancan una sonrisa, aunque sea la que provoca el descarnado esperpento.

Hace falta estar desesperado cuando empiezas, como Sánchez, a repetir textualmente el discurso de la mañana con los carriles bici o la comunidad LGTBI. es no tener argumentos.

El lapsus de Sánchez: «Dentro de unas semanas la realidad se habrá disipado». Es el lapsus de quien espera que los españoles olviden y dejen de rebelarse

Sánchez a Feijóo «Nadie ha hecho más que usted por Vox al frente del partido»: Pues lo que ha hecho Feijóo a Vox es hacerle perder 19 escaños. Y encima, a estas alturas, Sánchez hace un elogio de Fraga como demócrata frente a Feijóo. sin palabras.

Cuanto más débil es la posición política de Sánchez, mayor su arrogancia y chulería

Sánchez no responde a lo que le ha dicho Feijóo. Se dedica a hablar de la campaña electoral y de Vox. No responde a ninguna de las críticas argumentadas y con datos que le ha hecho Feijóo.

Lo que faltaba. A falta de argumentos Sánchez saca ahora los atentados del 11-M. Quedan retratados.

Sánchez miente cuando dice que es el PP el que le compara con Orbán. Son sus compañeros del PSE los que le están acusando de encubrirlo

Es difícil dar una paliza mayor que la que ha dado Feijóo a Sánchez. Le ha dejado desencajado.

Sánchez sigue el discurso con el rostro absolutamente desencajado. Y cuando más en ridículo queda, como cuando Feijóo le dice que Vox aceptó que el PP gobernara con un acuerdo con el PSOE, se ríe con una risita histérica.

Feijóo desmonta el argumento de la convivencia: se hace en contra de la mitad de los españoles, sin la participación de las víctimas de los delitos y mientras los independentistas aseguran que no renuncian a la independencia.

Feijóo está arrasando el discurso de Sánchez. La verborrea completamente vacua de Sánchez ha quedado laminada.

El certero resumen de Feijóo sobre esta investidura: nace de un fraude, porque lo traído a la Cámara no se votó en las urnas; es un ejercicio de corrupción: se trata de una decisión contra el interés general a cambio de intereses personales.

Buen repaso de Feijóo de las incongruencias de Sánchez, o dicho más claro, de su cascada de mentiras. La verdad es que tiene donde elegir.

Brillante arranque de Feijóo: «Las circunstancias son las que son y hay que hacer de la necesidad virtud». Escenificado todo. «Mis» circunstancias y «mi» virtud.

«No hay ni un solo resquicio de altura de Estado, de grandeza, por el que tomarse este discurso guerracivilista del séptimo presidente de la democracia. Insultos, trolas, propaganda, sucia baratija dialéctica que augura una legislatura todavía más cainita y polarizada que la anterior. España se asoma a una fase del peor peronismo cuya Evita es un prófugo de la justicia que en breve veremos sentado en el despacho de presidente de la Generalitat. Y estos seis años de ignominia no habrán existido».

«La agresividad de Sánchez en el discurso hace prever un estilo más bronco aún de lo habitual en sus réplicas de esta tarde a PP y Vox»

«Un discurso de baja calidad. Primera parte, unos sopapos al PP, como si fuese el líder de la oposición en vez del presidente que aspira a revalidar el cargo. Después, los habituales aguinaldos peronistas, disparando con pólvora del rey e ignorando en enorme agujero que está abriendo en las arcas públicas. Y como cierre, la defensa imposible de la amnistía, invocado la convivencia cuando hasta un escolar sabe que ha sido adoptada solo por los intereses particulares de inmenso ombligo. La verdad es que no se lo ha currado mucho. Si la flota de fontaneros, gurús y asesores que tiene en la Moncloa solo es capaz de escribir esto... Aunque la verdad es que todo da ya un poco igual, porque en España mandan Puigdemont, Junqueras y Otegui, no su altivo títere».

Nada nuevo en su intervención; ni siquiera se ha molestado en trabajar el discurso. Lo único sorprendente el tono guerracivilista para justificar su pacto con Puigdemont y la amnistía. Ahora veremos cómo son sus propios socios los que van a desmontar sus mentiras sobre las ventajas de la amnistía.

«Reivindica el igualitarismo español después de que su Gobierno aprobara la ley del sólo sí es sí. ¿Eso es lo que ha hecho este Gobierno por la igualdad?»

«Todo el mundo, empezando por él, sabe que no habría habido jamás amnistía si el PSOE no hubiese perdido las elecciones. Ergo todo el bla, bla, bla de la mejora de la convivencia sobra. Ha comprado el voto de Puigdemont con el perdón de todos los delitos y una catarata de dinero (del resto de los españoles) y ahí se acaba la historia; o el relato, que dicen ahora los cursis».

«'Concedemos la amnistía en nombre de España', vuelve a repetir Pedro Sánchez, en su infinita chulería y estilo provocador».

«La principal concesión que hizo el PP en el País Vasco fue colocar de presidente a Patxi López y, como es lógico, todavía no se ha recuperado de aquel monumental error».

«Sánchez acaba de calificar de «venganza» la acción del Estado de derecho»

«Es un discípulo mediocre de Óscar Puente»

«Vamos a enseñar Derecho a jueces y magistrados. Nadie hasta él ha tenido al Poder judicial en pie de guerra. Ni una palabra. Ya llegará el momento aunque ya queda poco tiempo. Parece el club de la comedia

«Una hora de discurso y ni una vez la palabra «amnistía». El problema de España no es ése. El problema es el PP y hasta que Rajoy haya apoyado a Milei»

«Ahora dice que se va a ocupar de la Sanidad en la que no tiene competencias. No paramos de mejorar»

«Una hora de discurso sin citar la amnistía, intentando envolverla con anuncios sobre nuevos gastos del Estado y con descalificaciones a la derecha. 60 minutos después, Sánchez aún no ha mencionado la amnistía, pero ya ha tenido tiempo para atacar a la Iglesia».

«Mientras ensalza la «tolerancia» y pide aparcar «el odio y la crispación», el candidato socialista que más ha crispado España tacha de «reaccionarios» a todos los españoles que no son de izquierdas. Sánchez invoca la democracia al tiempo que él mismo la niega en su base, que no es otra que respetar el derecho del adversario a existir».

«No es un discurso de investidura, sino uno, pésimo y mendaz, de moción de censura a la derecha. ¿Dónde está su programa? ¿Dónde las alianzas y la amnistía?».

«Sánchez, el que pacta con delincuentes y golpistas, en modo provocador: dice que mientras él sea presidente toda la fuerza del Estado se dedicará a defender la democracia».

«Si la «agenda reaccionaria» que denuncia Sánchez consiste en defender la separación de poderes, la libertad de empresa, la independencia judicial, los impuestos razonables, el orden constitucional y la unidad de España, ¿dónde hay que firmar?»

«Enrique de Santiago, conocido demócrata y defensor de las libertades… propias y secretario general del Partido Comunista de España, está sentado en su escaño al que ha decorado con un Kufiya palestino. Es uso parlamentario que no se pueda colgar de los escaños absolutamente nada. Ni una chaqueta. Para ello, hay dispuestos en la famosa M-30 una serie de percheros. Es una forma de evitar cualquier tipo de manifestación con cartelería o símbolos ajenos a la Cámara y, por supuesto, ajenos a la herramienta básica de todo parlamento: la palabra. En fin…»

Inaudito que en un discurso de investidura, y con la «desfeita» que está haciendo en España, Sánchez se ponga a hacer un discurso de oposición al PP. Viene a ser un reconocimiento de que poco puede ofrecer. Por lo demás, él lleva cinco años gobernando. Si hay, como dice, problemas medioambientales y acoso a los homosexuales el problema será ya suyo.

«Desprecia a todo el que no le vota. Tiene todo los componentes de un autócrata, acostumbrado a las adhesiones inquebrantables y a aniquilar al enemigo, aunque sea civilmente».

«Sánchez empieza a descalificar a la derecha, española y de otros países, como ultraderecha y reaccionaria. Va camino de batir su propio récord de uso de la palabra ultraderecha. Dice que lo suyo es el progresismo frente a la ultraderecha y los reaccionarios».

«Que en este momento de nuestra historia venga un candidato a reivindicar la democracia, que debe de creer que encarna él, demuestra hasta dónde hemos caído. Y ahora lo más grave que le ocurre a España es la «ultraderecha». Como programa de Gobierno en la investidura del candidato es revelador de cara a esta legislatura».

«¿La paz en Oriente Medio es una prioridad del nuevo Gobierno? El primer compromiso de esta legislatura. Reconocer el Estado Palestino. Eso de reconocer nuevos estados parece claro que está entre sus prioridades. No sólo en Palestina».

«Sánchez repite las palabras Constitución o constitucional al menos diez veces en sus 2 primeros minutos de discurso: espera que su sola repetición convierta en constitucional su pacto inconstitucional»

«Sánchez arranca hablando de la manifestaciones y envolviéndose sin rubor en las banderas de la democracia y la Constitución. Acto seguido, turra climática y feminista. Qué pasen pronto estas dos jornadas de trámite, porque todo está ya hecho. El debate auténtico nos aguarda en el futuro: ¿Sobrevivirá una legislatura montado a lomos del tigre o reventará en un par de años la coalición antiespañola?»

«Empieza con menciones sin pausa a la Constitución antes de acabar con ella. Reivindica a la víctima que va a provocar él mismo. Su primera preocupación es la emergencia climática, que debe ser lo que más preocupa a los españoles en este día».

«Aunque Sánchez intentará esconder el elefante de la amnistía, ese elefante estará delante de la tribuna que va a ocupar en unos minutos. Y cómo ha dicho la corrupta Laura Borràs su poder durará lo que dure su palabra. Y todos sabemos lo que dura. También es muy importante el discurso de Feijóo porque hoy tiene que revalidar el capital político que consiguió en su investidura y demostrar que representa a todos los españoles de todos los colores que están preocupados por su país que de nuevo estará en manos de un hombre sin escrúpulos, de un autócrata, dispuesto a todo por el poder».

«¿Cuál es el pulso de la calle en España? Feijóo y Abascal entran por el frente del Parlamento. Sánchez lo ha hecho por la puerta trasera para no escuchar las voces de protesta. Mañana será presidente, pero contra más de la mitad de los españoles y tras haber perdido las elecciones».

«La manipulación sobre «la mayoría» que usará hoy la izquierda y que divulgan los periodistas de TVE: un presentador de la cadena pública afirma que «Feijóo esperaba ganar las elecciones de julio, pero no ganó»».

«Algún dato útil para comparar el blindaje del Congreso. Según datos de Onda Madrid, en la jura de la Princesa de Asturias hubo 1.000 policías menos y en la última investidura de Rajoy, en tiempos del «Rodea el congreso» hubo 600 policías menos. Por lo que pueda significar».