Los motivos que esgrime Vox para distanciarse de Génova
Los acuerdos del PP con el PSOE y Sumar para la creación de las comisiones parlamentarias ha sido la gota que ha colmado el vaso en el partido de Abascal, que critica la ausencia de respuesta de Feijóo para buscar una estrategia conjunta contra Sánchez
Solo dos meses después de que Vox abriese una nueva etapa con el Partido Popular en la sesión de investidura de Alberto Núñez Feijóo, la formación de Santiago Abascal ha decidido cortar relaciones con la dirección nacional de quien es su socio de gobierno en seis regiones y en un centenar de ayuntamientos de toda España después de las elecciones de mayo.
El secretario general de Vox, Ignacio Garriga, afirmaba este lunes que, a juzgar por sus últimos movimientos, el PP daba «por imposible» una acción coordinada para frenar el golpe de Estado de Pedro Sánchez, por lo que a partir de ahora se desvinculaban de Génova 13. Aunque, no obstante, recalcó que los acuerdos autonómicos seguirían en pie y que desde los ejecutivos que comparten, donde sí hay más sintonía, plantearían acciones conjuntas.
Los motivos que han llevado a Vox a anunciar este distanciamiento con el partido de Feijóo a nivel nacional, que sigue a semanas de reproches, son varios:
Primero. El silencio del PP ante su propuesta de buscar una respuesta conjunta frente a los planes de Sánchez a nivel jurídico, institucional y en las calles. Fuentes de Vox subrayan que desde hace dos meses han pedido a los populares tanto en público como en privado reunirse a tal efecto, pero no han respondido a su petición y no han querido reunirse con ellos. «Constatamos que el PP no quiere trabajar de la mano con Vox para parar el golpe», les afeaba Garriga este lunes.
Segundo. Los acuerdos para las comisiones parlamentarias. Este lunes quedaron constituidas las comisiones del Congreso para la nueva legislatura, en total 28, y de cada una, su mesa respectiva, con una presidencia, dos vicepresidencias y dos secretarías. Tras el acuerdo entre el PSOE, el PP y Sumar, las presidencias se repartieron entre los tres partidos –tendrán 16, 12 y 6 respectivamente– , y también salieron beneficiados ERC, Junts y el PNV –con dos, una y una–. Vox quedó fuera de ese reparto. Desde el partido remarcan que no esperaban una oferta, sino una respuesta a esa propuesta para una estrategia coordinada. «No nos preocupamos por los puestos en las mesas de las comisiones, sino por la respuesta al golpe», inciden las fuentes.
El secretario general de su grupo parlamentario, José María Figaredo, recriminó a los de Feijóo ese acuerdo en la Cámara con los socialistas y sus socios, que llega además un día después de una nueva manifestación contra los pactos de Sánchez: «Génova no se cree lo que repiten en sus mítines, lo que dicen en las calles». Abascal se pronunciaba al respecto este fin de semana criticando que PP y PSOE se repartiesen estos cargos «como si no hubiese un golpe». «Es una burla inaceptable a los españoles», afirmó en redes sociales. En la misma línea, la portavoz en el Congreso, Pepa Millán, pedía a los populares «coherencia»: «No vale manifestarse los domingos y luego pactar con Sánchez».
Tercero. El choque en el Senado. En las últimas semanas, y dado que Sánchez tiene una mayoría –aunque por una diferencia de escaños muy pequeña– en el Congreso, Vox ha apelado a la mayoría absoluta del PP en el Senado para hacerle frente y viene presionando a los populares para que lo conviertan en un «dique de contención» o «bastión de resistencia».
Así, llevó a la Cámara Alta una moción para la ilegalización de Junts y ERC, que no contó con el apoyo del PP, y, ahora que está en marcha el proceso para tramitar la ley de amnistía en el Congreso –se debatirá la semana que viene en Pleno–, pide que en el Senado se utilicen todas las herramientas posibles para bloquear su tramitación, y no solo dilatarla como se logra con la reforma del PP.
Vox ha pedido que el letrado mayor se pronuncie sobre la constitucionalidad o no de la norma, así como que se soliciten informes preceptivos, que el PSOE ha logrado eludir al registrar la norma como proposición de ley y no como proyecto de ley. De no admitirse a trámite la amnistía en el Senado, se produciría un conflicto institucional entre ambas cámaras, e intervendría el Tribunal Constitucional. «Tenemos que ir a por todas», afirmó Paloma Gómez, senadora de Vox, en El Toro TV.
La Mesa no votará la petición del PP
El letrado del Gobierno en el Congreso bloquea los informes del CGPJ y el Consejo Fiscal sobre la amnistía
Cuarto. Vuelta a la estrategia del 23-J. Si algo criticaba al PP Santiago Abascal en sus mítines de precampaña y campaña electoral era su ofrecimiento de pactos al PSOE, y que contribuyera, según les reprochaban, a la «demonización» de Vox, ante la utilización por parte de la izquierda del miedo a la «ultraderecha» que habían azuzado los socialistas y sus socios contra los acuerdos del tándem Feijóo-Abascal. Tanto es así que Abascal cerró la campaña en Colón acusando al PP de «blanquear» al Gobierno.
Se lo reprocharon cuando la noche del 23 de julio la suma de los diputados de PP y Vox no llegaba a la mayoría absoluta, en contra de lo que vaticinaban las encuestas. Ahora, lo vuelven a hacer ante los últimos movimientos de su socio autonómico, como su petición de no presentarse a las elecciones gallegas para no perjudicar la mayoría absoluta que le otorgan las encuestas, y su negativa a trabajar conjuntamente, que les hace considerar que los populares están «más preocupados de detener a Vox que de detener al golpe», aseguran.