Alfonso Guerra manda un mensaje al 'nuevo' PSOE: «Y ahora me llaman facha. ¿Pero de qué habláis?»
El exvicepresidente del Gobierno ha cargado contra los políticos que «pretenden gobernar España pero que no pueden utilizar su nombre»
El que fuera vicepresidente del Gobierno de España con Felipe González, Alfonso Guerra, ha dejado un mensaje a los dirigentes del PSOE que ahora lo llaman «viejo» o «facha» por lo que opina de la amnistía al independentismo y su brazo armado (los CDR y Tsunami).
«Decidí complicarme la vida metiéndome en la clandestinidad unos 20 años luchando para que ese régimen pudiese caer y sustituirlo por la democracia. Y vienen gente a decir que yo soy viejo, facha, no se qué... ¿Pero de qué habláis? ¿Sabéis de que estáis hablando? No saben de qué hablan. Son gente que lo ha tenido fácil», ha reflexionado en un coloquio organizado por la Fundación Sargadelos en Ribadeo (provincia de Lugo).
La ley de amnistía se ha llevado parte de su intervención, asegurando que no es el tema jurídico y legal lo que más le inquieta. «Me preocupa más si lo merecen, si es justo, los que dicen todos los días que lo van a repetir, los que dieron un golpe de estado, una sedición, una rebelión», ha dicho. «Y, sobre todo, el hecho de que la redacten los propios delincuentes. Eso no tiene precedentes».
En esa línea, Alfonso Guerra ha negado que una mayoría en el Congreso legitime la amnistía o cualquier otro tipo de resolución: «Solo una mentalidad totalitaria puede sostener que lo que establece la mayoría sea prevalente sobre la ley».
Para Guerra siempre ha habido ataques a la Constitución, pero lo que no recuerda haber visto es una reacción tan «tibia» de «algunos políticos, algunas autoridades y algunos opinantes en los medios de comunicación». En esa línea, Guerra ha criticado a esa nueva generación de políticos que pretende gobernar España «pero que no pueden utilizar su nombre» porque actúan abiertamente contra ella.
En esa misma intervención, Guerra se ha mostrado partidario de introducir cambios en la Constitución siempre que respeten el espíritu de la Transición: «Si los cambios se hacen con la idea de destrozar el texto, como algunos quieren, entonces no soy partidario».