Temor ante la desaparición de Ana María: la buscan el FBI y la Policía
La mujer, de 40 años, tiene pasaporte de EE.UU. y despareció hace dos semanas en Madrid
Los contactos entre el FBI y la Jefatura Superior de Madrid se han intensificado en las últimas horas. Hay gran preocupación por el paradero de Ana María Knezevich Henao. Se trata de una mujer de 40 años, de origen colombiano pero con pasaporte de Estados Unidos, que vino a España a vivir el pasado mes de diciembre tras un desengaño amoroso: se había separado de su marido.
Todo fue sobre ruedas hasta el pasado 2 de febrero. Días antes, concretamente el 24 de enero, hizo una videollamada con su familia que comprobó que entonces estaba bien. Entre otras cosas, les dijo que había planificado con ilusión un viaje que iba a hacer a Barcelona el lunes 5 de febrero. No iba sola: la acompañaba una amiga.
Llegó la fecha señalada y Ana María no se presentó en la estación. El AVE salió sin ella. Ahí comenzó la preocupación de su familia. Contactaron con su entorno para tratar de recopilar información y descubrieron que la noche del 2 de febrero, viernes, una amiga «habló» con ella por teléfono a través de mensajes. Ana María le dijo que estaba en su casa y que se encontraba bien. La desaparecida era de responder siempre rápido. Eso cambió al día siguiente, sábado 3 de febrero.
Las alarmas comenzaron a sonar. Empezaron a preguntar a todos los amigos y una conocida de Suecia les dijo que había recibido un mensaje extraño el sábado 3 de febrero. Estaba en inglés y decía: «He conocido a alguien maravilloso. Tiene una casa de verano a dos horas de Madrid. Nos vamos para allá ahora y estaré fuera unos días. Lo malo es que no hay cobertura. Volveré en unos días».
Otra amiga recibió un segundo mensaje, esta vez en castellano: «Conocí a una persona muy chévere. Tiene una casa de recreo a unas dos horas de Madrid. Ahora nos vamos y pasaré unos días allí. Aunque apenas hay señal. Te marco cuando vuelva».
Ana María es bilingüe: su idioma materno es el español y hablaba un inglés fluido. Cuando la familia leyó ambos mensajes supo que ella no los había escrito. Denunciaron en Florida, el FBI intervino, aunque por competencia la investigación corresponde a la Jefatura Superior de la Policía de Madrid.