Con el agua al cuello
La trama corrupta arrasa el PSOE a su paso: Sánchez, Ábalos, Armengol, dos ministros y Cerdán
En el Gobierno, en el PSOE, en Canarias y en Baleares nadie sabía nada, aseguran los socialistas, que se dicen avergonzados por el «caso Koldo». El PP apunta al presidente como responsable
El «caso Koldo» ha caído como una bomba en el PSOE. Una con una enorme onda expansiva, cuyos efectos se dejaron ver este jueves en el Congreso. La detención del que fuera mano derecha de José Luis Ábalos ha alcanzado al propio exministro de Transportes, a la presidenta del Congreso, Francina Armengol; al ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres; al de Interior, Fernando Grande-Marlaska; y al secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán. Y, por encima de todos, al propio Pedro Sánchez, puesto que el presidente del Gobierno nunca aclaró los motivos por los que destituyó fulminantemente a Ábalos en el verano de 2021, como ministro y como número tres del PSOE. Pensar que sabía algo son «maledicencias», se defendió el miércoles el propio Sánchez desde Rabat.
En el Gobierno, en el PSOE, en Canarias y en Baleares nadie sabía nada, dicen los socialistas. «Vamos a dejar que la justicia haga su trabajo y esta dirección siempre actúa con la corrupción cortando por lo sano. Estamos sorprendidos por la noticia», señaló Cerdán en los pasillos de la Cámara Baja a primera hora de la mañana. «Si hubiéramos descubierto algo lo habríamos llevado a la Justicia. El PSOE y esta dirección siempre hemos tenido una cosa bien clara, que la corrupción no la aceptamos. Vinimos a este Gobierno de España quitando un Gobierno corrupto. Y el Gobierno del PSOE y el PSOE es un partido limpio», añadió.
Sánchez llegó al Ejecutivo ondeando la bandera de la tolerancia cero contra la corrupción, mediante una moción de censura que precisamente defendió en la tribuna Ábalos. Por ello, y por el hecho de que la trama se aprovechara de la mayor pandemia conocida por la humanidad en un siglo, el escándalo está sacudiendo con fuerza a La Moncloa y Ferraz. «Vergüenza» fue la palabra más repetida entre los ministros socialistas; desde la portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría, a la titular de Defensa, Margarita Robles.
Esa «vergüenza» se coló en el debate parlamentario de la ley de paridad. El diputado del PP Jaime de los Santos exigió a Sánchez y a Ábalos que expliquen lo que sabían de los negocios turbios de a quien el presidente definió hace años como «un militante ejemplar». Le replicó desde el atril la ministra de Igualdad, Ana Redondo, visiblemente incómoda. «Es muy contradictorio que el grupo popular hable aquí de corrupción cuando pesan sobre el PP la Gurtel, Lezo, Púnica, Arial, Kitchen, Bárcenas… y una sentencia del Tribunal Supremo que ratifica 20 años de financiación corrupta del PP. Que traigan aquí la corrupción es muy osado. Si quieren continuar por ese camino ustedes mismos, porque no tienen ninguna credibilidad», señaló.
A pocos kilómetros de allí, en la Asamblea de Madrid, Isabel Díaz Ayuso ajustaba cuentas con los socialistas, que intentaron acabar con ella precisamente por los contratos firmados por su hermano en pandemia. «Todo lo que está saliendo a cualquier gobierno honrado le haría caer inmediatamente al instante. Pero este Gobierno va de limpio de koldo y paja», ironizó la presidenta madrileña. «De portero de prostíbulo a asesor de un ministro, lo normal», continuó.
El ahora ministro de Política Territorial, que era presidente de Canarias durante la pandemia, se lavó las manos delante de los medios. «Que la Justicia haga su trabajo y que llegue hasta las últimas consecuencias. Y si finalmente hay alguien que se haya lucrado de manera irregular o alguien sabía que alguien se estaba lucrando de manera irregular, que caiga todo el peso de la ley sobre esas personas», afirmó Torres.
Su sucesor en el Ejecutivo insular, Fernando Clavijo (de Coalición Canaria), ha encargado una investigación interna a la Consejería de Sanidad. El de Canarias es uno de los dos gobiernos regionales del PSOE que adjudicaron contratos de emergencia (sin concurso) a la compañía Soluciones de Gestión y Apoyo a las Empresas SL, por valor de 6,87 millones de euros.
El extraño movimiento de Armengol
El otro es el de Baleares, dirigido entonces por la ahora presidenta del Congreso y que en 2020 compró mascarillas a esa empresa por valor de 3,7 millones de euros. Lo extraño es que, en julio de 2023, cuando el Gobierno de Armengol ya estaba en funciones y la popular Marga Prohens iba a tomar el relevo, el Servicio Balear de Salud saliente exigió la devolución de 2,6 millones de euros que se habían pagado de más. No lo hizo antes, de ahí que el PP balear haya pedido explicaciones.
Lo conocido hasta ahora es tan corrosivo para el PSOE -y eso que el caso está bajo secreto de sumario- que Sumar se ha apresurado a poner distancia. «Es grave cualquier forma de corrupción, pero más doloroso es que alguien se lucre cuando nuestro país estaba asolado por una pandemia y la gente estaba muriendo», sostuvo la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz.
Ábalos estuvo este jueves en el Congreso. Abandonó el hemiciclo de los primeros tras la votación e hizo unas breves declaraciones a la prensa, en la línea de lo que ya había dicho el día antes: que no sabía nada y que su cese nada tuvo que ver con los tejemanejes de su hombre para todo. Alberto Núñez Feijóo pidió a Ábalos que entregue su acta de diputado y, a Sánchez, que no «se esconda» ante la «gravísima investigación» puesta en marcha por la Fiscalía Anticorrupción, tras una denuncia del PP de Madrid. «El PSOE actual es el que rebajó las penas por malversación, el que eliminó el delito de sedición, el que quiere amnistiar la corrupción y el que no da ni media explicación sobre personajes como Tito Berni, Koldo y sus negocios turbios», recordó el líder de los populares.