Sánchez y su posible dimisión por el caso de Begoña Gómez: ¿por qué cesaron el resto de los presidentes?
Pedro Sánchez asegura en la carta a la ciudadanía que colgó el pasado miércoles en X –antiguo Twitter– que necesita «parar y reflexionar» hasta el próximo lunes 29 de abril para determinar «si debo continuar al frente del Gobierno o renunciar a este alto honor». «Como ya sabrá, y si no le informo, un juzgado de Madrid ha abierto diligencias contra mi mujer, Begoña Gómez, a petición de una organización ultraderechista llamada Manos Limpias, para investigar unos supuestos delitos de tráfico de influencias y de corrupción en los negocios», indica el jefe del Ejecutivo en su misiva.
Así las cosas, es la primera vez en la historia democrática de España que un presidente del Gobierno anuncia que cancela su agenda para decidir si dimite o no; mientras que el resto de los exlíderes de los ejecutivos han cesado por diferentes razones y en distintos contextos.
La dimisión de Adolfo Suárez
El primer presidente del Gobierno tras la Constitución de 1978, Adolfo Suárez, ha sido el único –de momento– que ha dimitido de su cargo. El 29 de enero de 1981 realizó una intervención televisiva en la que dictaminó que «presento irrevocablemente mi dimisión como presidente del Gobierno». «Me voy porque no quiero que por mi causa la democracia sea una vez más, un paréntesis en la historia de España», agregó.
El Duque de Suárez –que fue uno de los protagonistas de la Transición– lideraba un partido, la Unión de Centro Democrático (UCD), que en los primeros años de la década de los 80 vivía numerosos conflictos internos, en gran parte por las variadas corrientes políticas que había en la formación. Años después, en una entrevista en TVE, Suárez aseguró que «cuando tiene uno una determinada responsabilidad política, y no cuenta con el apoyo, por ejemplo, de una parte importante de su grupo parlamentario, y está gobernando en minoría, la primera consideración que debe hacer es si su permanencia en el poder posibilita una moción de censura de la oposición que triunfe».
«Si la única argumentación para permanecer es el deseo mismo de permanecer, creo que lo que se debe hacer es dejar el puesto a otro compañero que pueda aglutinar a aquellos diputados que no estaban dispuestos a seguir prestando su apoyo al presidente del Gobierno, en este caso, Adolfo Suárez. Y más de 40 diputados, de la UCD antigua, manifestaron públicamente que no estaban de acuerdo con la política que seguía el presidente del Gobierno. Por lo tanto, lo más normal en un sistema democrático es dimitir», esgrimió el primer líder del Ejecutivo.
Su sucesor en el cargo fue Leopoldo Calvo-Sotelo, político que también pertenecía a la UCD, y que presidió el Gobierno desde el 26 de febrero de 1981 hasta el 2 de diciembre de 1982. Durante su etapa España se adhirió a la OTAN, y promovió la Ley Orgánica de Armonización del Proceso Autonómico, conocida como LOAPA; que después fue tumbada por el Tribunal Constitucional. Sin embargo, la mayoría absoluta del PSOE en las elecciones de 1982 provocó que abandonara la Moncloa.
González tras 13 años de Felipismo
Felipe González ha sido, hasta la fecha, el presidente del Gobierno más longevo; ya que ostentó el cargo durante 13 años y medio. Sin embargo, el dirigente del PSOE llegó al final de su mandato salpicado –él, su Ejecutivo o su partido–por distintas causas judiciales relacionadas con la corrupción; como, entre otros, el caso Filesa, los GAL, el caso Roldán, o el caso Guerra.
Igualmente, España estaba atravesando la crisis económica de 1993, que provocó que el Gobierno de González tuviera que devaluar la moneda en varias ocasiones, y que se firmaran los Pactos de Toledo. Así, en las elecciones de 1996 –cuando solo habían pasado 3 años de los anteriores comicios– el PP de José María Aznar cosechó 156 diputados mientras que los socialistas, que materializaron la campaña del dóberman, consiguieron 141. González se comprometió a dejar gobernar al partido más votado, por lo que los 'populares' llegaran a la Moncloa gracias al acuerdo del Majestic.
Los 8 años de Aznar
Al igual que los presidentes de Estados Unidos, Aznar solo quiso estar al frente del Ejecutivo durante 8 años, por lo que en las elecciones del 2004 el candidato del PP fue Mariano Rajoy. Durante su última legislatura tuvo que lidiar con una contundente campaña de la izquierda contra él y su Gobierno, especialmente por el desastre del Prestige, el accidente del Yak-42, y las feroces críticas por la Guerra de Irak.
A todas estas crítica se unió el atentado terrorista del 11-M, que se produjo tan solo tres días antes de los comicios. A pesar de que en la tarde del día 13, durante la jornada de reflexión, el entonces ministro del Interior, Ángel Acebes, señaló ante los medios de comunicación «que a primera hora de esta tarde se ha producido por miembros del Cuerpo Nacional de Policía cinco detenciones; tres de ciudadanos de nacionalidad marroquí, dos ciudadanos hindús, y otros dos españoles de origen hindú», desde el progresismo siempre se reprobado a Aznar por la autoría de ETA.
Zapatero, crisis y 15-M
José Luis Rodríguez Zapatero acabó su etapa como jefe del Gobierno intentando solventar tanto con la crisis económica más relevante de los últimos años –aunque la negó en multitud de ocasiones– como con el movimiento de izquierdas 15-M de 2011; conocidos como los indignados. Además, los sindicatos españoles realizaron una huelga general contra el Gobierno en septiembre de 2010 por la reforma laboral y el cambio en el sistema de pensiones que Zapatero se había visto obligado a realizar.
Así las cosas, el segundo presidente del PSOE tras la Constitución de 1978 convocó elecciones para finales de 2011, pero decidió no presentarse, por lo que el candidato socialista fue su ministro Alfredo Pérez Rubalcaba. En esos comicios el PP de Rajoy obtuvo mayoría absoluta, con 186 diputados.
La moción de censura a Rajoy
El 1 de junio de 2018, el PSOE de Pedro Sánchez –que volvió a la secretaría general de su partido después de haber sido expulsado– ganó con tan solo 84 diputados socialistas la moción de censura contra Mariano Rajoy. Este procedimiento parlamentario, precedente del bloque 'Frankenstein', se pretextó en la sentencia de la Gurtel que daba por probada la contabilidad en B del PP; aunque esta parte de la resolución fue posteriormente modificada por el Tribunal Supremo. Por consiguiente Sánchez aterrizó el la Moncloa, hace ya 6 años.
Ahora, el actual jefe de Gobierno se encuentra, según sus propias palabras, reflexionando acerca de si debe dimitir o no «por la campaña de acoso y derribo» que hay contra su persona; una decisión que ha dejado en el limbo a España, y cuyo resultado se conocerá el próximo lunes.