Todos los ataques y desplantes del Gobierno de Sánchez a Milei desde que llegó al poder
El Ejecutivo puso ayer el grito en el cielo por las palabras del dirigente argentino criticando al presidente socialista y llamando a su mujer «corrupta»
Cuando Javier Milei ganó las elecciones en noviembre de 2023, el presidente del Gobierno español guardó silencio. No le dirigió ningún mensaje por su victoria. Desde el Ejecutivo solo se emitió un breve comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores en el que deseaba «éxito» a Argentina en su nueva etapa, sin referencia alguna al mandatario electo. Y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, escribió, por su parte, tras el triunfo de Milei que era «un día triste para el bloque democrático».
Poco más de un mes después, Pedro Sánchez tampoco asistió en su toma de posesión, ni tampoco sus ministros. En aquel acto en representación de España estuvo el Rey Felipe VI, y acudió, invitado personalmente por Milei, Santiago Abascal, líder de Vox, con quien mantiene colaboración y amistad desde hace tiempo.
Durante estos escasos meses de gobierno, la relación entre ambos mandatarios, Sánchez y Milei, ha sido inexistente. Pese a que el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, se afanó este domingo en asegurar que al presidente argentino en su visita a España «se le ha tratado con todo el respeto y la deferencia debida», lo cierto es que las críticas a Milei por parte del Gobierno español han sido recurrentes.
El Ejecutivo del PSOE ha venido insistiendo en alertar contra él, igual que contra Vox, especialmente en los últimos días, cuando se acercaba la fecha en la que iba a participar en la convención del partido de Abascal con otros líderes conservadores, en cuyas ediciones anteriores ya estuvo presente. Pero también se han escuchado acusaciones personales contra Milei.
Solo hace unas semanas, el ministro de Transportes, Óscar Puente, le acusaba de «ingerir sustancias». Ante la tensión diplomática que generaron sus declaraciones, con el comunicado del Gobierno argentino denunciando las «calumnias» lanzadas contra el mandatario, y aunque se reafirmó en sus palabras, finalmente terminó disculpándose de aquella manera, señalando que se había «sobreactuado muchísimo» con este asunto.
Este mes de mayo, Sánchez habló en un mitin de campaña de las catalanas del «desafío que sufre la democracia española», señalando que no se circunscribe a España. Y entre otras menciones, se refirió a la llegada de Milei a la presidencia de Argentina, diciendo que «lo único que ha traído ha sido precariedad, confrontación y ruptura de la convivencia». Dos semanas después, el dirigente socialista definió la convención de Vox como una «internacional ultraderechista» y señaló que Milei era uno de sus «principales líderes».
«En España se está reuniendo la internacional ultraderechista, porque esta corriente de fondo que estamos viendo, de negación de la ciencia, de negación de los derechos de las mujeres, de equiparar la justicia social con una aberración, según ha dicho el presidente de Argentina aquí en Madrid como uno de los líderes principales de la internacional ultraderechista, es algo que está ocurriendo no lejos de aquí, en nuestras sociedades», expresó Sánchez.
Además de Puente y de Sánchez, los ataques han venido también por parte de otras dos ministras y vicepresidentas del Gobierno. Yolanda Díaz aseveró este viernes que España es un país «hastiado» por lo que llamó «la política del odio». Y expresó: «Milei y otros Gobiernos del odio vuelven con los recortes y con el autoritarismo. La política del odio no quiere acabar con la pobreza, (...) lo que quiere es acabar con los pobres».
Teresa Ribera, que en un mitin en Barcelona, hablaba de que había vuelto «al imaginario de las calles el imaginario del fascismo» y de que se estaba «atacando frontalmente los pilares de la construcción europea», expresó: «Alguien ha visto hoy que uno de los protagonistas de lo que mañana se reunirá en Madrid decía algo así como 'la justicia social es una aberración'. Hay quien viene del otro lado del Atlántico a decirlo, pero hay quien aquí no se atreve a decirlo pero piensa y hace lo mismo, así que mucho cuidado».
Ahora el Gobierno ha puesto el grito en el cielo por las palabras del dirigente argentino sobre Sánchez y su mujer, a la que llamó «corrupta», en el evento de Vox en Vistalegre. El ministro Albares sostuvo este domingo que sus palabras «sobrepasan cualquier tipo de diferencia política e ideológica» y quiso hacer de esta una polémica europea con la llamada a Josep Borrell, el alto representante de la UE, para comunicárselo.
«Inaceptables palabras de Milei. Frente al odio y los insultos de la derecha populista, el Gobierno se mantendrá firme en sus convicciones y no tolerará estas injurias», afirmó la número dos del Gobierno, María Jesús Montero. Ribera habló de «insultos y mentiras». Y también se pronunció el ministro Félix Bolaños: «La Internacional Ultra en Madrid demuestra que la ultraderecha es igual en todo el mundo: bulos, odio y recortes. Un peligro para la democracia. Sus terminales en España son Vox y el PP más extremista. Por eso fueron a la toma de posesión de Milei y no condenarán sus insultos».