Emergencia social
La pesadilla de cumplir los dieciocho: «No hay ayuda, nos echan a la calle sin papeles»
A cientos de kilómetros de su tierra, en centros saturados y con escasa atención, este es la realidad que viven buena parte de los menores no acompañados
El drama de la llegada masiva de a llegada de menores extranjeros no acompañados (MENAS) a las Islas Canarias de forma masiva ha colapsado la capacidad de los centros para poder acogerlos y darles una atención óptima. Lanzarote es la que mayor parte de estos menores recibe debido a su proximidad con la costa africana. Este año han llegado casi 6000 menores, aunque finalmente en la isla se da atención a alrededor de 240 repartidos en 9 centros de acogida.
Uno de estos centros es Casa del Mar, situado en Arrecife. El exterior del edificio está corroido y se pueden apreciar algunas cortinas que tapan el interior de las habitaciones en las que se alojan los menores. Ahora apenas viven 15, aunque en su punto álgido han llegado a vivir algo más de 40 menores. Y, es que, este centro cerrará sus puertas en las próximas semanas tras recibir una denuncia por las malas condiciones en las que están viviendo los menores.
«La comida es muy mala y algunas habitaciones no están en buenas condiciones»
Los propios chicos que viven en el centro salen a la calle a tomar el aire, cuentan a El Debate cómo es su día a día dentro de la Casa del Mar. Yassin (nombre ficticio) relata que la comida que sirven en el centro «es muy, muy mala», y enfatiza «los de la Fundación Samu no nos dan buena comida». Además, cuenta que aunque en general las habitaciones no están en mal estado, hay dos que sí que no están en buenas condiciones. Algo que denota el colapso que están viviendo los servicios de la isla para atender en las mejores condiciones a estos chicos.
Yassin trata de buscar una mejor vida aquí en España. Durante el curso va al instituto como el resto de chicos de su edad, aunque echa de menos su tierra y a su familia. Este chico de 15 años, lleva tres años viviendo en España en diferentes centros de acogida a menores «echo de menos a mi madre, hace tres años que no la veo. También a mis hermanos. Mi padre murió», lamenta.
Otra de sus denuncias es el poco caso que les hacen por parte de los cuidadores del centro: «Llega, abre la puerta, y vigila cuando salimos, no hacen más», asegura.
A pesar de ello, Yassin es un joven simpático y risueño. Una de las personas con las que tiene afinidad es con el dueño del bar Casa Polo que se encuentra en la puerta contigua al centro quien relata que no tiene «ningún problema con los chicos, el trato es muy bueno»
«Muchos chicos duermen en casas ocupadas»
Uno de los horizontes más temidos de estos chicos es cumplir los dieciocho. En esa situación están varios de los menores del centro: «Nos echan sin arreglarnos los papeles, sin nada», aseguran que nadie les ayuda. Uno de ellos, se asoma a una de las ventanas del centro y lamenta que cumple dieciocho años dentro de poco: «No me dan papeles, no me arreglan la documentación».
Yassin afirma que ante esta situación muchos de estos jóvenes que son mayores de edad y mandan a la calle, acaban «durmiendo en casas ocupadas».