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Santiago Abascal preside la reunión del Comité Ejecutivo Nacional de Vox

Santiago Abascal preside la reunión del Comité Ejecutivo Nacional de VoxVox

Abascal anuncia la ruptura con el PP de sus gobiernos autonómicos y responsabiliza a Feijóo

  • «Es imposible pactar con el que no quiere hacerlo, con el que pretende imponernos unas políticas de fronteras abiertas», señala el líder de Vox

  • Los vicepresidentes de Castilla y León, Aragón, Murcia y la Comunidad Valenciana dimitirán de su cargo

Se confirmó la ruptura. Santiago Abascal anunció este jueves que Vox retirará su apoyo parlamentario a los gobiernos autonómicos de Castilla y León, Murcia, Aragón, Extremadura, Comunidad Valenciana y Baleares (este último lo apoyaban de forma externa), y que a partir de ahora pasarán a la oposición. Y responsabilizó de esta ruptura a Alberto Núñez Feijóo, al que recriminó pactar con el «autócrata corrupto»: «Mientras mantiene y aumenta los acuerdos con el PSOE, se ha dedicado primero a impedir y luego a torpedear todos los acuerdos con Vox. Lo ha conseguido».

Lo hizo oficial tras una reunión del Comité Ejecutivo Nacional del partido que se extendió tres horas, en la sede de Bambú. De hecho, su comparecencia estaba prevista para las 20:00, y no comenzó hasta las 21:30. Abascal arrancó su intervención negando las especulaciones de aquellos que pensaban que Vox se estaba «agarrando» a los cargos: «No tenemos ningún apego a los sillones, sino a nuestros principios».

En concreto, con su salida de los gobiernos deja cuatro vicepresidencias y once consejerías -tres en Castilla y León, dos en Aragón, dos en Murcia, tres en la Comunidad Valenciana y una en Extremadura-. Los líderes territoriales han mostrado estos días respaldo a la decisión de la dirección del partido. El más veterano, puesto que fue el primer gobierno de coalición que se formó, Juan García-Gallardo, 24 horas antes de esta reunión se mostró dispuesto a dejar su cargo si el PP no se oponía al reparto de menas: «Si nos hacen escoger entre el honor y los barcos, escogeremos el honor».

«Hemos cedido, quizá a veces demasiado según algunos, para salvaguardar esos gobiernos que han logrado cosas importantes. (...) Pero es imposible pactar con el que no quiere hacerlo, con el que pretende imponernos unas políticas de fronteras abiertas», señaló Abascal. Y añadió: «Nadie ha votado a Vox, y me atrevo a decir que nadie ha votado al PP, para que continúe la invasión de inmigración ilegal y de menas. Si el señor Feijóo quiere estafar a sus electores y seguir aplicando políticas socialistas y globalistas, allá él. Nosotros no vamos a hacerlo».

El presidente de Vox había sido muy claro por la mañana, cuando en declaraciones señaló que Alberto Núñez Feijóo era quien había decidido unilateralmente romper esos acuerdos. «Hasta aquí hemos llegado», afirmaba en sus redes sociales poco después. El partido llevaba semanas lanzando una advertencia a los populares: los ejecutivos se considerarían rotos si no utilizaban todos los medios legales a su alcance para evitar el reparto de menas.

Nada más conocer que las comunidades del PP aceptaron el reparto de 347 menores, Vox emitió un duro comunicado en el que acusaba directamente a Feijóo de obligar a sus barones a tomar esa decisión y de romper los ejecutivos. Sostuvo. en este sentido, que los líderes territoriales se habían comprometido con ellos a rechazar ese reparto, y sin embargo, el líder del PP les había llamado «uno a uno esta mañana» y les había «obligado a votar a favor de las pretensiones de Sánchez».

En ello volvió a insistir en su comparecencia: «Ayer obligó a sus presidentes a pactar con Sánchez un nuevo reparto de menas ilegales. Lo hizo a sabiendas de que a su socio de gobierno en varias regiones eso no le gustaba, no estaba de acuerdo y le ocasionaba una gran preocupación». Y acusó a Feijóo de obligar a sus barones a «mentir y a confundir a su socio».

Vox venía afirmando que cumpliría su palabra. Su posición es un 'no' rotundo a la inmigración ilegal y a las medidas que suponen un efecto llamada. Y la distribución de menores, a su juicio, lo es, y muy grave. Esta supone, tal como denuncia la formación, «un gravísimo peligro» para la seguridad y «una vulneración del interés superior del menor». Su propuesta pasa por poner en marcha un plan efectivo de repatriación de esos menores para que vuelvan con sus familias a sus países de origen.

Abascal apuntó que la anunciada este jueves es una de las decisiones más importantes que han tomado hasta la fecha en su historia política. En efecto, supone un punto de inflexión para el partido. Hace algo más de dos años entraban por primera vez en un gobierno, el de Castilla y León, y un año después, lo hacían en otros cuatro -y condicionaban uno más, el de Baleares, desde fuera-, tras largas negociaciones. Ahora se lanzan a una nueva etapa en esas regiones donde prometen ejercer una oposición «leal y contundente», con la lucha contra la inmigración ilegal como una de sus banderas irrenunciables.

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