Sánchez oculta en sus biografías que trabajó en Inmark, la consultora que ha contratado el Gobierno siendo su mujer accionista

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, oculta tanto en su biografía de Moncloa como en la del PSOE que trabajó para la consultora Inmark, que está siendo investigada por el magistrado Juan Carlos Peinado. Su mujer, Begoña Gómez, trabajó en esta compañía hasta que él fue nombrado jefe del Ejecutivo. Sin embargo, a pesar de marcharse, conservó un paquete accionarial de la empresa que mantuvo vigente mientras cuatro ministerios adjudicaban contratos públicos a la consultora. El Debate publica hoy nuevos detalles del paso de Sánchez por la compañía.

Sánchez llevó a cabo labores profesionales para Inmark en 2010. En ese año, la Unión Europea, a través de la Escuela Europea de Administración, adjudicó un contrato de formación de habilidades directivas y coaching por cuatro años a un consorcio empresarial llamado Bick Consortium. Ese conglomerado estuvo formado por Inmark, la francesa Bernard Julhiet Group, la danesa Cok y la alemana Kienbaum. El trabajo del entonces militante raso del PSOE en ese grupo fue confirmado a este periódico por Manuel López, consejero delegado de Inmark. «Fue un empleado durante unos meses en un proyecto que tuvimos de la Comisión Europea», sostiene.

Sin embargo, en su curriculum vitae no hay ni rastro. Presidencia del Gobierno cuenta con una ficha donde se difunde su trayectoria y no se menciona qué hizo en ese año. En el texto se explica que «trabajó como asesor en el Parlamento Europeo y fue miembro del gabinete del Alto Representante de Naciones Unidas en Bosnia Herzegovina». De ahí se menciona que en 2012 se doctoró en Economía por la Universidad Camilo José Cela con la polémica tesis que recibió acusaciones de plagio. Lo mismo ocurre con el CV de Ferraz. En esos años menciona su paso como concejal en el Ayuntamiento de Madrid entre 2004 y 2009 y posteriormente por el Congreso de los Diputados.

No obstante, a pesar de que Sánchez compatibilizó su trabajo para la consultora con el cobro de un sueldo público, no figura que solicitara permiso para poder realizar ambas labores, a lo que estaba obligado. Este periódico revela hoy dos documentos clave: una fotografía del hoy presidente en la etapa en que trabajaba para Inmark y una antigua ficha de la X Legislatura del Congreso donde figura que ha realizado «labores de consultoría internacional en el sector privado» sin especificar más. Ni quién lo dio de alta en la Seguridad social, ni qué labores concretas desarrolló ni cuánto cobró por realizarlas. Su mujer, Begoña Gómez, ya trabajaba para Inmark cuando él comenzó a hacerlo.

A pesar de que la mujer de Sánchez se marchó de la compañía en 2018 estando su marido ya instalado en Moncloa, mantuvo intereses económicos en la consultora a través de un paquete minoritario de acciones. Estas acciones estaban a su nombre mientras la compañía firmaba contratos públicos con los ministerios de Economía, Transportes, Industria y Empleo. En total, 138.000 euros. El CEO de Inmark contó también a El Debate que en realidad le siguen guardando la plaza a Begoña Gómez: «¿Begoña Gómez sigue manteniendo la excedencia que pidió en su día?», preguntó El Debate a Manuel López. «Sí, claro», respondió.

Estas adjudicaciones siendo la mujer de Sánchez accionista están en el punto de mira del juez Peinado, titular del Juzgado de Instrucción número 41 de Madrid, que investiga a Gómez por tráfico de influencias y corrupción en los negocios. De hecho, este tema fue el epicentro de la ampliación de la querella contra ella que interpuso la organización Hazte Oír. Al descubrir que se trataba del tema mollar, la mujer de Sánchez se negó a declarar tuvo que ser citada nuevamente. La última actuación del magistrado ha sido citar como testigo al propio Sánchez, que tendrá que prestar declaración el próximo 29 de julio.