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09 de septiembre de 2024

El ex diputado de Vox, Víctor González, en el Congreso.

El ex diputado de Vox, Víctor González, en el Congreso.Alberto Ortega / Europa Press

Víctor González, exdiputado de Vox retenido y amenazado en Venezuela: «El papel del Gobierno español está siendo vergonzante»

Tras pasar siete horas en manos de representantes del Gobierno de Maduro, reitera que hay que apoyar a la oposición, y que el Ejecutivo de Sánchez va por un camino contrario que nos traerá problemas

Víctor González ha sido diputado de Vox hasta el pasado mes de agosto y ha ocupado diversos puestos de responsabilidad en el partido; entre otros, ha dirigido el área económica y ha formado parte del Comité Ejecutivo Nacional.

González es un economista brillante, que ha pasado y ejercido tareas de relevancia en empresas como UBS, BBVA y Ebro Foods, entre otras. Tiene 48 años y una familia muy numerosa: nada menos que nueve hijos. Y también en otros terrenos es muy valiente, como lo ha demostrado su reciente aventura en Venezuela.

El ex diputado de Vox viajó al país porque se lo pidieron María Corina Machado y los otros líderes de la oposición, con quienes mantiene relación desde hace muchos años: «Necesitaban gente de ámbito internacional que diera visibilidad a las elecciones y comprobara cómo se estaba desarrollando el proceso. He sido observador en Ecuador, Colombia, Chile, Bolivia, Honduras... Me echaron de Bolivia. Me prohibieron entrar en Nicaragua y en Cuba. Pero necesitan que fuera gente. Pregunté en Vox y en la Fundación Disenso si iban a ir. Me dijeron que no. Me saqué el billete y me fui», explica.

Me patearon, me dejaron en paños menores, me dijeron puto español vete fuera y me tuvieron siete horas retenido

Su idea era estar allí hasta las elecciones del domingo y volver con rapidez, pues el martes tenía que volar a Estados Unidos. Finalmente volvió antes de tiempo. No pudo estar en las elecciones. Le devolvieron a España en un avión tras vivir una experiencia muy desagradable.

González llegó a Venezuela el viernes 26 de julio en el mismo vuelo que la delegación del PP, entre los que estaban Cayetana Álvarez de Toledo y Esteban González Pons. «Lo que hicieron tuvo mucho mérito, pero al llegar se bajaron del avión y se hicieron un selfie. Dieron sus diez pasaportes de golpe y dijeron que eran del Partido Popular. Yo no dije nada y, tras dar el pasaporte, me fui al hotel para mantener un encuentro con jóvenes de entre 18 y 23 años encarcelados y torturados por Maduro», indica.

González fue con la agenda hecha y planificada por la oposición, y al día siguiente empezaron a precipitarse los acontecimientos. «Tenían que haberme recogido en una cafetería a las 9.30 junto con otra persona que me acompañaba, pero allí no había nadie. Les llamé y me dijeron que fuera al lobby del hotel. Al volver ya estaba la policía del régimen. Me pidieron el pasaporte y preguntaron a quien me acompañaba si venía a lo mismo que yo. Dijo que no y le dejaron marchar. Me dijeron que subiera a la habitación del hotel e hiciera las maletas. Eran tres policías, dos mujeres y un hombre, acompañados de cuatro hombres de paisano», relata.

Le urgían a que hiciera las maletas con celeridad y le impidieron hacer el checkout. No pudo reclamar que le reembolsaran el importe de las noches no consumidas. «Luego me llevaron al aeropuerto escoltado por dos coches. Había catorce personas esperándome. Se ocuparon de mí los del SEBIN (Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional). Me bajaron por unas escaleras a los sótanos del aeropuerto, me introdujeron en una celda y me dejaron en paños menores. Siempre me decían que no estaba detenido ni retenido. Me pidieron las claves del móvil y les dije que no se las daba. Taparon la cámara de vigilancia, la ventana de la celda desde la que alguien observaba y me dijeron que me iban a reventar. Les di las claves», explica.

Cuando estaba con cuatro tíos, me habían desnudado, amenazado, habían tapado la cámara y la ventana, me decían que más me valía colaborar… Temía que me partieran la cara o se les fuera la mano y llegaran a algo más

«Me patearon, me dijeron puto español vete fuera y me tuvieron siete horas retenido. Luego me devolvieron el móvil hackeado y el pasaporte y me subieron al avión el domingo por la mañana. No pude quedarme en las elecciones», añade.

«Me repetían «más le vale colaborar». La celda estaba sucia. Había manchas de sangre en el suelo. Entraban y salían y me preguntaban lo mismo varias veces. Me decían que «vaya falta de respeto a Venezuela, que no volviera».

«Cuando estaba con cuatro tíos, me habían desnudado, amenazado, habían tapado la cámara y la ventana, me decían que más me valía colaborar… Temía que me partieran la cara o se les fuera la mano y llegaran a algo más. Había uno que estaba muy nervioso, probablemente por alcohol o por drogas». Por lo que comentaban, González concluyó que «en el SEBIN piensan que Maduro es apoyado mayoritariamente por el pueblo, y que desde fuera se le quiere echar» sin justificación.

Después de las siete horas de suplicio, González fue por fin subido al avión de vuelta a España y el domingo por la mañana aterrizo en Madrid, el día de las elecciones: «Me subieron al vuelo porque afortunadamente el pasaporte español sigue pesando. Me salvó que antes de ser detenido envié a muchísima gente por WhatsApp lo que estaba ocurriendo. Eso les da mucho miedo: la repercusión mediática; que llegue fuera, que llegue a los medios. Me ocurrió lo mismo en Bolivia. Eso les descontrola». El cónsul general de España estuvo pendiente y el primer cónsul en Venezuela intentó verle en el aeropuerto, pero no le dejaron.

De vuelta a España, Víctor González ya ha puesto en marcha su denuncia contra quienes le tuvieron retenido. Les acusa de privación injustificada de libertad y de incumplimiento de acuerdos internacionales. El bufete español Cremades le ha pedido sumarla a su denuncia contra Maduro por crímenes de lesa humanidad.

Mientras tanto, González se pregunta «qué tiene Venezuela para que el PSOE y Zapatero le sigan apoyando. Hay informes durísimos contra ellos, con asesinatos a sangre fría incluidos». «Con las elecciones, los venezolanos han hecho todo lo que tenían que hacer, y ahora es muy importante que les apoyemos. Los líderes de la oposición se están jugando su vida, sus familias, sus patrimonios y hay que apoyarles. Tenemos que ver cómo podemos ayudarles», añade. Frente a ello, afirma que «la figura del Gobierno de España está siendo vergonzante, y la de Zapatero no ayuda nada. Biden ya ha reconocido la victoria de Edmundo González, y Trump ve el mundo en dos bloques: el mundo libre y el resto (Rusia, China, Irán y Corea del Norte). Si seguimos así, más aún si Trump gana las elecciones, lo que nos ocurrió con los aranceles de la aceituna negra se va a quedar en una mera anécdota».

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