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Pedro Sánchez y María Jesús Montero en el Pleno de este jueves en el Congreso

Pedro Sánchez y María Jesús Montero en el Pleno de este jueves en el CongresoEFE

Mutismo absoluto del Gobierno mientras Puigdemont se burla de la inoperancia policial

Hubo una aparición fugaz y una desaparición que lo fue aún más del expresidente catalán prófugo de la justicia, pero ningún ministro se pronunció ni sobre su llegada ni sobre su huida sin ser detenido

entre el compromiso de un Pedro Sánchez candidato de traer de vuelta a España a Carles Puigdemont para que rinda cuentas ante la Justicia y el silencio de un Pedro Sánchez presidente solo han pasado cuatro años. Entre medias ha habido dos investiduras, las de Sánchez, y pactos con sus consiguientes cesiones.

Y este jueves, además, hubo una aparición fugaz y una desaparición que lo fue aún más del expresidente catalán, que avanzó entre la multitud escoltado por una comitiva de Junts y pasó por el escenario del Arco del Triunfo para, como prometió, dirigirse a sus simpatizantes. «A pesar del daño que nos han querido hacer, he venido hoy aquí para recordarles que aún estamos aquí. Porque no tenemos derecho a renunciar», expresó Puigdemont.

Ese «aún estamos aquí» llegaba después de días avisando él, su abogado y su formación de que vendría para la investidura de Salvador Illa, pretendiendo que esta no se produjera, en realidad, pero no lo logró. Pese a que todos estaban prevenidos de su llegada, y se había organizado un despliegue policial en torno a la zona del Parlament, nadie le detuvo. El expresidente catalán vino, habló y al parecer se fue. Los Mossos d' Esquadra solo detuvieron a dos agentes por participar en su huida.

Mientras, el Gobierno mantuvo el silencio que ha imperado sobre el tema; los ministros salieron a pronunciarse exclusivamente sobre la investidura de Illa. «Hemos trabajado juntos en las circunstancias más adversas. Sé de tu amor por Catalunya. Conozco tu templanza, sentido común y capacidad de trabajo. Justo lo que necesita Catalunya. Serás un gran President. Catalunya gana, España avanza», escribió Sánchez en su cuenta de X, donde no dejó mensaje alguno para Puigdemont. «Cataluña y el conjunto de España dejan atrás una grave crisis territorial e inician una nueva etapa marcada por la concordia, la colaboración y la búsqueda del interés general», señaló la vicepresidenta, María Jesús Montero.

Solo tenían actividades en su agenda el titular de Justicia, Presidencia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, el miércoles y el jueves, y la portavoz y ministra de Educación y Deporte, Pilar Alegría, el lunes, ambos para asistir a los Juegos Olímpicos de París. Sin embargo, ni uno ni otro han hecho declaraciones al respecto.

Con Junts amenazando con replantear el acuerdo de investidura de Pedro Sánchez si este «miraba a otro lado» con la detención, el Gobierno ha permanecido esta semana callado sobre la inminente vuelta de Puigdemont, y lo ha estado también en su llegada y huida. Ni siquiera el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, de cuyas órdenes dependen la Policía Nacional y la Guardia Civil, pese a las críticas de los sindicatos policiales ante ante el plan «fallido» de los Mossos, incapaces de detener al expresidente prófugo.

El Sindicato Unificado de Policía hablaba directamente de un «fracaso absolutamente monumental» y pedían la tarde de este jueves que fueran los agentes nacionales y la Benemérita quienes lideraran la búsqueda de Puigdemont. Jupol, en la misma línea, criticaba a Interior por cometer «los mismos errores» que en el referéndum del 1-O, y reprochaba que los Mossos le habían «abierto pasillo» y protegido.

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