¿Qué pretende el presidente?
El nuevo jefe de Gabinete de Sánchez despierta recelos en la Moncloa y el PSOE
Los pata negra del partido temen que el presidente vuelva a las andadas de los tiempos de Iván Redondo, el spin doctor que pasó del estrellato a estrellarse y se enemistó con casi todos
El ascenso de Diego Rubio a jefe de Gabinete de Pedro Sánchez ha despertado todo tipo de recelos en la Moncloa y Ferraz, por lo inesperado del movimiento y porque es un académico sin filiación ni voto de obediencia al PSOE.
Los pata negra del partido temen que el presidente vuelva a las andadas de los tiempos de Iván Redondo, el spin doctor que pasó del estrellato a estrellarse; de urdir la moción de censura que llevó a Sánchez a la Presidencia en 2018 a acabar destituido como jefe de Gabinete en julio de 2021, contra todo pronóstico y tras haberse enemistado con prácticamente todo el PSOE.
A Redondo se le llegó a llamar «el ministro 23» y el presidente no solo le dio casi plenos poderes en la Moncloa, sino también en el partido. Incluso lo incorporó como coordinador al comité electoral del PSOE en diversas campañas, lo que levantó ampollas en la formación. Su cese fue recibido con euforia indisimulada en las filas socialistas.
Lo curioso es que Rubio llegó a la Moncloa en 2020 precisamente de la mano de Redondo, como contó el miércoles El Debate. Ambos se conocieron cuando Redondo trabajaba para José Antonio Monago, quien fuera presidente extremeño del PP. Su misión era hacerse cargo de la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia de País, una entidad de nueva creación con la misión de imaginar y proyectar la España del año 2050.
Redondo se fue, pero Rubio se quedó trabajando como una hormiguita, con un perfil infinitamente más discreto que el de su padrino. Al inicio de la presente legislatura, Sánchez le ascendió a la Secretaría General de Políticas Públicas, Asuntos Europeos y Prospectiva Estratégica, poniendo a su cargo tres departamentos: el de Políticas Públicas, el de Asuntos Europeos y la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia.
Entonces ya los más avezados empezaron a ver que su influencia sobre el presidente iba más allá que la de un simple analista con luces largas y buena oratoria. Aunque nadie imaginó que su carrera meteórica en la Moncloa le llevaría a la Jefatura del Gabinete, adelantando así por la izquierda al veterano Antonio Hernando. Éste ha sido el adjunto de Óscar López hasta ahora y, por lo tanto, habría sido el relevo natural.
Las malas lenguas insinúan que la cercanía entre Rubio y Begoña Gómez ha sido un factor determinante, después de meses de mucha tensión intramuros de la Moncloa por la instrucción del juez Juan Carlos Peinado. En julio, este periódico desveló una llamada entre Óscar López y el empresario Carlos Barrabés registrada el 1 de abril de 2024, en la que el entonces jefe de Gabinete de Sánchez pidió «sacar de la ecuación» a Begoña Gómez para evitar que le afectara el escándalo.
La conversación entre López y Barrabés se produjo en la noche del lunes 1 de abril de 2024.Lo único contrastable es que Rubio y la mujer del presidente coincidieron hace años en el Instituto de Empresa, de la que él es miembro de la Escuela de Política, Economía y Asuntos Globales.
La expectación en el PSOE es máxima, a la espera de que la nueva mano derecha de Sánchez haga los primeros movimientos. Nadie cuenta con que entre como un elefante en una cacharrería, no es un «Redondo II», pero hará cambios para imprimir su sello.
El Gabinete de la Presidencia es un gobierno en miniatura, el primer núcleo de poder. Codo con codo con López y Hernando ha venido trabajando otro notable del PSOE, gran conocedor de la fontanería del partido: Paco Salazar, secretario general de Planificación Política del Gabinete. La suya fue una historia de ida y vuelta: fue el número dos de Iván Redondo, así que cuando el gurú cayó en desgracia, él también. Aunque lo nombraron presidente del Hipódromo de la Zarzuela, como compensación. En el verano de 2022, el presidente lo recuperó. Y hasta hoy.
Al frente de la Secretaría General de Asuntos Exteriores del Gabinete, que ahora también dependerá de Rubio, está la diplomática Emma Aparici, que lleva en el Gabinete de Sánchez desde el principio. Y para quien el nuevo jefe deberá buscar sustituto, sí o sí, es para él mismo, en la Secretaría General de Políticas Públicas, Asuntos Europeos y Prospectiva Estratégica.
El PSOE vive una pequeña revolución en el inicio de este curso, después de que Sánchez decidiera adelantar por sorpresa el Congreso Federal del partido al próximo noviembre. Con la idea de hacer una puesta a punto en los territorios que, dejando a un lado los eufemismos, servirá para hacer limpieza interna y controlar la sucesión de barones como Javier Lambán, Concha Andreu, Francina Armengol y Ángel Víctor Torres. A ello se unen ahora los cambios en la Moncloa, que no serán los últimos: en otoño se marchará a Bruselas la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Energética, Teresa Ribera. Se especula con que Sánchez pueda aprovechar esa salida para hacer más cambios en el Gobierno.