Koldo medió entre Aldama y el comandante de la Guardia Civil imputado para «infiltrar» la trama «criminal» en Interior

La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha puesto de relevancia, en un nuevo informe de 87 páginas entregado al titular del Juzgado de Instrucción número 2 de la Audiencia Nacional, el juez Ismael Moreno, al que ha tenido acceso en primicia El Debate, cómo la trama presuntamente corrupta que lideraba el empresario y ex presidente del Zamora CF, Víctor de Aldama, se conformó con las características de una «organización criminal» con fines económicos.

La estructura, que inicialmente habría contado con la colaboración del Ministerio de Transportes, gracias a los contactos de Aldama con Koldo García, el asesor y hombre de confianza del entonces ministro de Transportes José Luis Ábalos, extendió su red de contactos en Interior, gracias a la «intermediación» de Koldo. De hecho, fue éste quien señaló al ex director de la Benemérita Leonardo Marcos como la persona que le advirtió sobre la operación de la UCO que pesaba sobre la trama.

De hecho, el informe de la UCO que ya ha sido incorporado al procedimiento recoge un «conjunto robusto de elementos que evidencian el poder de Aldama para lograr la infiltración de la presunta organización criminal dentro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, valiéndose de la colaboración activa de Rubén».

Y es que según las pesquisas, fue el propio Koldo quien, en 2019, puso en contacto al socio principal de la empresa Soluciones de Gestión con el comandante de la Guardia Civil, de nombre Rubén, detenido en la Operación Delorme –que da origen a las diligencias judiciales en curso– con el que Koldo «mantenía una relación previa». Un detalle que, de acuerdo con el documento policial, «refleja una continuidad temporal que trasciende a la mera gestión de los contratos sanitarios que dieron origen» a las irregularidades que se están rastreando.

A lo largo de las más de ochenta páginas, se pone de relieve, además, «de manera inequívoca (...) el rol central que desempeñaba Aldama en el entramado corrupto. Aldama personifica el nexo corruptor que conecta, de manera premeditada y con intenciones claramente espurias, la administración estatal», en este caso el Ministerio de Transportes de manera inicial, «con las estructuras societarias que operan bajo su control y dirección». Unas empresas que, de acuerdo con las conclusiones de la UCO «no sólo le proporcionan beneficios económicos directos derivados de la penetración» en el Departamento bajo la responsabilidad de Ábalos, sino que «también son utilizadas como vehículos para efectuar pagos ilícitos, o dádivas, en aras de asegurar la complicidad de ciertos trabajadores públicos».

Así las cosas, y de acuerdo con el modus operandi tradicional de las organizaciones criminales, la presunta trama diseñada por Aldama, en su condición de «líder de la misma» se articulaba a través de una «compleja estructura financiera y societaria de alcance tanto nacional como internacional» que experimentó diversas «mutaciones», a lo largo del tiempo, para asegurar el éxito de sus fines.

Bajo sus «directrices» se encontraban «subordinados» el resto de los socios que fueron detenidos junto a él «Tapia, Serrano y César» con los que se comunicaba de manera frecuente –a través de un grupo de Whatsapp titulado «los cuatro mosqueteros»– para encargarles la «ejecución de múltiples tareas, siendo la más relevante» a efectos de la investigación, «la gestión localización y entrega de sumas de dinero en efectivo» al comandante Rubén.

Al hilo de tales circunstancias, los agentes de la UCO asignados al caso señalan cómo, Rubén «habría recibido una contraprestación económica cuya finalidad primordial era asegurar la protección y continuidad de la presunta organización criminal, mediante dos ejes fundamentales: por una parte, garantizaba la seguridad interna u orgánica de sus miembros, lo cual comprometía tanto la salvaguarda de sus comunicaciones como su seguridad personal; y, por otra parte, facilitaba la seguridad externa, que consistía en proteger los actos de corrupción propios de la operativa delictiva esgrimida por la supuesta organización».

O, lo que es lo mismo, los dispositivos incautados al guardia civil Rubén con el que Koldo mantenía una relación y contacto, previos a su captación por parte de la organización encabezada por Aldama, han puesto en evidencia las actividades desarrolladas por dicho comandante para la trama: recepción de pagos en efectivo «provenientes directamente de la presunta organización criminal», entre los años 2021 y 2023; la «facilitación de una línea de comunicaciones segura para sus miembros»; y, la «adopción de medidas de seguridad, ejecutadas en favor» de la misma.