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La líder de Podemos, Ione Belarra, este miércoles en el Congreso

La líder de Podemos, Ione Belarra, este miércoles en el CongresoEFE

El vodevil de la izquierda

La competición entre Podemos y Sumar aprisiona al PSOE: «Hay una gran ansiedad»

Los morados han arrastrado a Yolanda Díaz a su terreno. Los socialistas no terminan de creerse las amenazas de los de Ione Belarra, pero por si acaso hacen números para calibrar su capacidad de daño

Con los independentistas ensimismados en los prolegómenos de sus respectivos congresos —el de Junts es este fin de semana, el de ERC a finales de noviembre—, Podemos y Sumar han ocupado su lugar y son estos días quienes quitan el sueño a los socialistas. O se lo intentan quitar, al menos. Porque desde junio de 2018 hay una escena que se repite: cuando Pedro Sánchez despierta de alguna pesadilla provocada por sus socios, estos siguen ahí, junto a él.

La mayoría de investidura vive momentos de turbulencias, con Yolanda Díaz e Ione Belarra tirando a la vez a Pedro Sánchez de la misma manga: la izquierda. «Hay una gran ansiedad por ser protagonista en ese espacio político», señalan desde el ala socialista del Gobierno, tratando de encontrar justificación a los últimos acontecimientos.

Pedro Sánchez y las vicepresidentas Montero y Díaz bromean en sus escaños

Pedro Sánchez y las vicepresidentas Montero y Díaz bromean en sus escañosEugenia Morago/ PSOE

Algunos tan increíbles como que, el martes, Sumar se aliara con el PP en contra del PSOE y facilitara la tramitación de una iniciativa de los populares sobre el control parlamentario previo del envío de armas al extranjero. Una maniobra que ayer María Jesús Montero tildó de «incomprensible». Además, por la espalda. Porque, según la versión de la vicepresidenta primera, su socio los engañó haciéndoles creer que no había tal acuerdo con el PP.

«O a setas, o a Rolex», les trasladó el portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, con el argumento de que no se puede estar al mismo tiempo en el Gobierno y en la oposición. El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, directamente se burló de la vicepresidenta segunda: «Ojalá algún día Sumar entre en el Gobierno y pueda cambiar las cosas».

Iglesias y el hacha de guerra

Con Podemos la relación ha alcanzado cotas máximas de tensión desde que, el domingo, Pablo Iglesias levantó el hacha de guerra pidiendo a la izquierda que se una para «doblarle el brazo a Pedro Sánchez». Desde el martes, la formación morada está inmersa en una consulta a sus bases para que opinen si deben condicionar su apoyo a los Presupuestos a que el PSOE adquiera dos compromisos: la ruptura de relaciones diplomáticas y de todo tipo con Israel y la bajada del precio de los alquileres por ley.

Este miércoles, la vicepresidenta Montero y la ministra Isabel Rodríguez no se mordieron la lengua ante los ataques de Podemos durante la sesión parlamentaria. «Donde ustedes están, está la izquierda, y donde ustedes no están, está la derecha, sin matices», recriminó la número dos del Ejecutivo a Belarra. «Cuidao señora Belarra, cuidao (sic). Porque muchas de las posiciones que ustedes adoptan lo que hacen es hacerle el juego a la derecha».

La líder de Podemos atacó a la responsable de Vivienda por tener tres pisos en propiedad. A lo que esta respondió, furiosa: «Yo le diré que con mis tres propiedades que ha mencionado no tengo ni para pagar la mitad del chalet de Galapagar. Lo siento, no me llega», en alusión a la casa de Iglesias e Irene Montero. También le recriminó que cuando los morados estaban en el Gobierno ella les trató «con el respeto que me merecen».

Sumar no va a poner en peligro el Gobierno del que forma parte, su único flotador al que aferrarse mientras ve cómo se desintegra orgánicamente y en las encuestas. Pero, ¿y Podemos?, ¿puede hacer peligrar los Presupuestos Generales de 2025, si es que el Ejecutivo consigue llegar hasta ese río (antes tiene que lograr apoyos para la senda de estabilidad)? «Yo no contemplaría un escenario en el que todos los grupos estuvieron por apoyar los Presupuestos y ellos no los apoyaran. Otra cosa es que hagan valer sus votos. Piensan que puede que no haya Presupuestos, y por eso actúan así», reflexiona un miembro del Gobierno.

En cualquier caso, los cuatro votos de Podemos no son imprescindibles, aunque al menos sí su abstención. Los Presupuestos anuales (los años que los hay) se aprueban a través de una ley ordinaria. Es decir, con más síes que noes en el Congreso. La particularidad es que, para que pasen el examen, el Pleno debe aprobar todas las secciones, correspondientes a cada ministerio: si cae una, caen todas. La del Ministerio de Defensa suele dar problemas en la izquierda. Ya lo hacían con la guerra de Ucrania y con la de Israel, mucho más.

El PP, Vox y UPN suman un bloque del «no» de 171 escaños. Si Podemos se abstuviera, el Gobierno necesitaría un listón de 172 votos. Pero si Podemos votara «no», serían 175, lo que solo dejaría al Ejecutivo margen para un empate a 175, como mucho. Algo insuficiente. Y ello suponiendo que amarrara el resto de los votos. Incluido el de José Luis Ábalos, que va camino de su imputación por el Tribunal Supremo, está muy enfadado y no piensa renunciar a su escaño. Y también el de Coalición Canaria, que últimamente no está muy contenta con el Ejecutivo por su incapacidad para desatascar la reforma de la ley de extranjería y establecer cupos obligatorios de menores extranjeros no acompañados en las comunidades.

De hecho, adelantándose a los acontecimientos, Montero se reunió este mismo miércoles con el presidente de Canarias, Fernando Clavijo, y se comprometió a transferir a las islas al menos 100 millones de euros para afrontar la crisis migratoria. El Gobierno está en la tesis de que con dinero lo puede arreglar casi todo.

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