Otra votación de infarto
El PSOE confía en un acuerdo de última hora con Podemos que salve su paquete fiscal y a Montero
Los morados estuvieron callados todo el miércoles y en los usos y costumbre de la mayoría Frankenstein eso suele significar que la negociación progresa adecuadamente. Basta con su abstención
Si hay un portavoz que tenga buena relación con Podemos, ese es Gabriel Rufián, casi el único que siempre ha defendido a Irene Montero y Ione Belarra frente a Yolanda Díaz. Y ayer Rufián no quiso adelantar la posición de Podemos en el Pleno de este jueves, pero sí señaló, diciendo sin decir: «Esperemos que estén en esto también».
Todas las miradas del Gobierno y sus socios parlamentarios están puestas en Belarra y los otros diputados morados, que este jueves tendrán la última palabra sobre el paquete fiscal de María Jesús Montero: el dictamen del proyecto de ley para la creación de un impuesto del 15 % a las multinacionales y las enmiendas que llegan vivas procedentes de la absurda Comisión de Hacienda vivida el lunes, entre las que está la del impuesto a la banca, que aún no se sabe si seguirá ni cómo.
Podemos no soltó prenda ayer en todo el día, y en los usos y costumbre de la mayoría Frankenstein eso suele significar que la negociación progresa adecuadamente. Esa sensación trasladaban este miércoles en el Congreso los socialistas y sus socios, aunque sin querer dar nada por hecho: Podemos es el más imprevisible de todos los partidos que orbitan en torno a Sánchez.
Además, desde fuera de la política entró en una nueva variable en la ecuación: el Club Español de la Energía, en el que están Repsol, Naturgy, Iberdrola, Endesa y Moeve (las cinco mayores energéticas), publicó un comunicado advirtiendo de que sus inversiones en España peligran si se aprueban nuevos impuestos para el sector.
Ese aviso era una clara referencia a la contrapartida que el PSOE pactó el lunes con ERC, Bildu y el BNG a cambio de su apoyo al paquete fiscal: que el Consejo de Ministros apruebe en el futuro un real decreto ley para prorrogar 12 meses el impuesto a las energéticas. Teóricamente, un brindis al sol, porque a las pocas horas Junts ya adelantó que sus siete diputados tumbarían la convalidación en el Congreso de un real decreto ley así.
Si los morados votan a favor o se abstienen, Pedro Sánchez salvará la bola de set y seguirá en el partido, pensando ya en la senda de estabilidad y los Presupuestos Generales de 2025 (los dos próximos objetivos). Pero si votaran en contra, la reforma fiscal del PSOE, que ya quedó descafeinada en la Comisión de Hacienda por la derrota de varias enmiendas, caería.
El PP, Vox y UPN suman 171 noes, así que si los cuatro de Podemos se abstienen (lo que parece la opción más probable) Montero necesita al menos 172 síes. Los 120 votos del PSOE, los 27 de Sumar, los siete de ERC, los siete de Junts, los seis de Bildu, los cinco del PNV y el del BNG suman 173.
Está por ver qué pasa con Coalición Canaria (aunque parece que votará sí) y con el voto de José Luis Ábalos, si es que acaso el exdiputado del PSOE acude a votar: este jueves declarará en la Audiencia Nacional a petición propia el empresario Víctor de Aldama y se especula con que comprometerá aún más al exministro de Transportes, así que puede que se encuentre indispuesto para acudir al Pleno.
Para el Ejecutivo sería una muy mala noticia perder la votación del jueves, después de que el martes el propio presidente restara importancia a los apuros que pasaron el lunes en la Comisión de Hacienda. «Bienvenidos a los gobiernos de minoría parlamentaria. Llevamos seis años así, es la tónica en Europa», afirmó desde Río de Janeiro, en la cumbre del G-20.
Cabe recordar que el impuesto del 15 % a las multinacionales es una directiva europea que, en teoría, había que transponer al ordenamiento jurídico español antes del 31 de diciembre de 2023. El pasado octubre, la Comisión Europea llevó a España ante el Tribunal de Justicia de la UE por la tardanza. Entonces, la vicepresidenta Montero se comprometió a que ese impuesto estuviera en vigor antes del 31 de diciembre de 2024 y a aplicarlo con carácter retroactivo.
Salvo que Podemos anuncie su decisión temprano, que no lo parece, la sesión parlamentaria se prevé larga. Las enmiendas se votarán en torno al mediodía, así que a esa hora debería quedar aclarado qué pasa con el impuesto a la banca; pero el dictamen íntegro no se votará antes de las 16 horas.