Por derechoLuis Marín Sicilia

¡A las pancartas!

«El caso de Marisu no es que tenga un determinado acento. Su problema es que, en su excesiva locuacidad, es incapaz de construir una frase medianamente aceptable»

Actualizada 04:30

En pocos días, el PSOE de Marisu nos ha mostrado por dónde irá su partido cuando, como ocurre en Andalucía, pase en España a la oposición: pancartas en ristre y a la calle, con todos los subvencionados y liberados sindicales, que para ello su señorito Sánchez les ha triplicado las ayudas gratuitas.

Olvidando que fue con «la PSOE» en la Junta de Andalucía cuando se cerraron hospitales y se recortaron los presupuestos de la sanidad pública andaluza, estos sectarios oportunistas pretenden movilizar a la ciudadanía contra el gobierno de Juanma Moreno, pensando que la memoria es muy frágil y que los andaluces son una manada de borregos que se dejan seducir por cuatro proclamas de paniaguados.

En pocos días, la vicepresidenta responsable del dinero público no ha tenido empacho en encabezar una pancarta frente a la residencia de la presidencia andaluza y, acompañada de la flor y nata de los socialistas sevillanos, protestar reclamando una sanidad pública a la que ellos dejaron herida de muerte. Y su designada portavoz parlamentaria en la cámara andaluza, siguiendo su ejemplo, no se ha cortado un pelo para protestar porque el presidente Moreno, en un acto habitual, inauguraba un centro de salud en Jaén.

El problema para el partido que lidera la multiempleada Montero es que casi cuarenta años de gobernar Andalucía han sido suficientes para saber cómo se las gastan quienes confundieron a Andalucía con un cortijo de su propiedad. Tan de su propiedad que, descubierto el fraude de los ERE y sometido al control judicial, la Junta socialista se retiró del juicio a los 22 altos cargos como parte perjudicada por la pieza principal, acto vergonzoso que impidió que la Fiscalía pudiera pedir las fianzas millonarias correspondientes y que está impidiendo la recuperación de una gran parte del dinero defraudado.

Como se trata de confundir al personal, la médico que no ejerció la medicina, pero que dio carpetazo a unas irregularidades en la contratacion de su departamento, se conduce hoy con el mismo desahogo administrando unos presupuestos híper prorrogados de la anterior legislatura, porque el sanchismo se pasa por donde le place su obligación constitucional de presentar los que corresponden a cada anualidad.

Lo que resulta irrisorio es pretender que a María Jesús Montero se le critica por su acento andaluz, como si fuera la única política andaluza que ha asumido responsabilidades gubernamentales. Andaluces eran también los Clavero Arévalo, Perez Llorca, Soledad Becerril, Felipe González, Alfonso Guerra, Rodríguez de la Borbolla, Julio Anguita, Celia Villalobos, Javier Arenas y tantos otros hasta Juanma Moreno. Cada uno con su peculiar acento andaluz, ni fueron criticados por ello ni hicieron bandera del mismo para tapar sus lagunas. El caso de Marisu no es que tenga un determinado acento. Su problema es que, en su excesiva locuacidad, es incapaz de construir una frase medianamente aceptable. Su problema no es ni la lengua ni el acento. Su problema es la sintaxis. Y por ello es mejor colocarse tras una pancarta.

comentarios

Más de Córdoba - Opinión

tracking