Sánchez, vete ya
Vete ya, por favor. No nos hagas más daño. No nos dividas más. No perturbes nuestro ánimo. Por favor, déjanos en paz.
Ya está bien. Te cargaste a un partido de inequívoca estructura democrática para convertirlo en una tribu de adhesiones, y ahora quieres resucitar una nueva versión del movimiento nacional sin más caudillo que tu persona.
No tenias bastante con ocupar todas las instituciones sino que también quieres controlar todos los medios. Te quieres montar una nueva televisión para que tus amigos ensalcen tu trayectoria y, mientras, se hagan ricos tus aduladores.
Llevas siete años prometiendo viviendas sociales y te dejas caer por Sevilla, acompañado de un montón de segundones, para presidir la entrega de mas de doscientas viviendas de alquiler asequible, construidas por el Ayuntamiento sevillano y la Junta andaluza, y tienes la cara dura de hacer una proclama sobre tu política de vivienda que es un auténtico desastre.
Has orillado a los socialistas que creyeron en su país, para poner en su lugar a una colección de borregos al servicio de tu persona.
No toleras que nadie frene tus ambiciones y tu falta de escrúpulos y, para fulminar a quien no se doblega y se juega su dinero, envías emisarios a Paris para proponer compras ventajistas de paquetes accionariales contra la dignidad de quien mantiene a la prensa independiente.
Pretendes simular que con la muerte de Franco vino la libertad y no paras de acreditar que tu auténtica voluntad es la de comportarse como un autócrata, enemigo de un régimen de libertades.
No soportas que nadie moleste a tus amigos y familiares mientras se enriquecen, y utilizas a fiscales, abogados del Estado, letrados de las Cortes y a toda la ralea de medios afines para contrarrestar, acallar y cancelar la acción de la Justicia.
Quieres pasar por estadista en Europa y trampeas sin pudor para no cumplir con los compromisos de la Unión, mientras por tu inoperancia y la de tu equipo de aficionados se pierden miles de ayudas de fondos europeos.
No tienes reparo en utilizar todo tipo de juego sucio contra tus adversarios políticos y has convertido la televisión pública en un cortijo para solaz de tus productoras amigas y persecución de quienes te disgustan.
Te cargaste el prestigio del CIS con tu lacayo Tezanos, esclavizaste a la Fiscalía General, acabaste con la neutralidad del Tribunal Constitucional, invadiste Telefónica, a cuyo presidente tus esbirros cesaron en la Moncloa, y ahora quieres acabar con la independencia del único medio de la izquierda democrática con prestigio internacional.
Invades empresas privadas, con gran perjuicio de sus pequeños accionistas, para entregarlas a una lucha descarnada por el poder, a mayor gloria de tu ambición.
Trabaja a tu servicio, con maniobras ocultas en contactos con dictadores y golpistas, el presidente que inició la polarización de la vida política española y dejó a la economía nacional al borde de la intervención.
Has hecho todo lo contrario de lo que prometiste, estás endeudando al país a costa del futuro de las jóvenes generaciones, eres enemigo de los que creen en España y te has entregado a quienes abominan de ella, a cambio de sus votos.
No tuviste bastante con demorar medidas contra el covid para no perjudicar al feminismo de masas, ni con engañarnos con expertos inexistentes, ni con cerrar ilegalmente el parlamento y decretar un irregular estado de alarma, sino que pones en marcha un documental podrido de fango maloliente para dañar a tu adversario.
Provocas enfrentamientos entre comunidades, en distintas áreas, para dar satisfacción a quienes cobran del Estado español, cuyos votos has comprado, y se niegan a hablar en público si el acto lo preside la bandera de España.
Eres incapaz de comportarte como un hombre de Estado. Gobiernas por decreto, ni negocias ni informas sobre la política exterior, comprometes al país sin someterte al control parlamentario y tu política de Defensa es tan tramposa como tu propia trayectoria.
Tachaste de indecente a tu antecesor y tu trayectoria como gobernante es un tobogán de indecencias, dando la razón a Rubalcaba cuando profetizó que la mayor desgracia para su partido y para España sería tu acceso a la presidencia de nuestra nación. Por ello, y tal como entre los aficionados al fútbol gritan a sus malos dirigentes, no nos hagas más daño, Sánchez. Y vete ya, por favor. Seguro que sin ti, los españoles volveremos a compartir inquietudes y proyectos.