La aceraAntonio Cañadillas Muñoz

AVRA me la puerta… Necesito una vivienda

Actualizada 04:30

Esta mañana había quedado con una amiga para tomar café, por lo que me dispuse de ropa de vestir cómoda; mi objetivo era ir andando hasta la otra punta de la ciudad. Y cogí el camino hacia la zona noroeste de Córdoba a paso dosificado, mientras tomaba la acera por la muralla de levante y me dirigía hacía el vial norte.

Habíamos quedado a eso de mediodía; después de escuchar el «Ángelus» en el programa de Carlos Herrera a través de los auriculares de mi receptor, por lo que dado lo cercano de medio día, pegaba más una fresca cerveza que un café. Me siento en la obligación de aclararles que esta historia real no sucedió esta semana, ocurrió hace algo más de un año, pero hace unos días es cuando se han visto los frutos de una buena gestión de Junta de Andalucía-Ayuntamiento, junto al coraje de una madre luchadora, que les vengo a contar.

Mientras tomábamos la cerveza en una terraza de la recuperada avenida de Arroyo del Moro, después de charlar del estado en el que los autónomos y pequeñas y medianas empresas se encontraban y las dificultades y presiones que tenían entonces, -y ahora más-, noto que, mientras consultaba en mi teléfono un mensaje urgente, mi acompañante se levanta de la silla y se dirige hacia una parada de autobuses cercana. Pasados unos minutos, viene de vuelta acompañada de una joven con una presencia extraordinaria. ¡Vamos, que parecía que era actriz y venía de la entrega de los premios Goya!. «Mira Antonio ella es María, y no sé por qué, la he visto en la parada y algo me ha hecho sentir que necesitaba ayuda». Y le contesté que sería el «espíritu de EMAUS que llevaba dentro» del que no paraba de hablarme. Y se sentó con nosotros.

María es una madre con algo menos de 50 años, creyente, -lo que le dio fuerzas para seguir adelante-, con problemas que ninguno de nosotros habríamos podido resistir. Después de dos relaciones de las que tiene dos hijas mayores (de la primera), y uno joven en primero de bachillerato (de la segunda relación), se ha visto obligada a salir de su pueblo natal, en el sur de Andalucía, y pasar por alguna provincia más, hasta aterrizar en nuestra ciudad. En ese momento residía en una vivienda social compartida gracias a la Junta de Andalucía, pero apenas tenía una ayuda económica que no le daba para llegar casi a mitad de mes, con todas las restricciones que nos podamos imaginar. Y para colmo, María había conocido el maltrato muy de cerca, le había azotado de forma que le provocó su huida al vacío, a lo desconocido. El sufrimiento lo llevaba muy adentro, pero las ideas muy claras. Todos los días, antes de venir el día se encomendaba a Dios a través de una plegaria y le pedía ayuda y que le guiara.

Una de las hijas, madre de un pequeño ángel, trabajaba temporalmente en algún que otro bar y la mayor tenía un problema en el que ningún joven debe caer. Me refiero a cierta adicción. El hijo un encanto; casi un hombrecito.

Nos comentó que estaba buscando trabajo porque la situación en la que se encontraba era extrema, «Pero sé que Dios está conmigo ayudándome. Él me da fuerzas», nos decía. Y nos dispusimos a buscar soluciones para cada una de las situaciones que tenía. Eso si, sobrellevando y luchando con las nuestras, que también estaban ahí.

Su primer objetivo era encontrar una vivienda social donde poder acoger también a sus hijas y nieta si hiciera falta, ya que en la que se encontraba solo podía tener a su hijo. Y nos pusimos mano a la obra.

Primero fue Vimcorsa a través del Programa de Permutas de Alquiler con la A.V.R.A., que regula las permutas entre viviendas titularidad de ambas instituciones, de cara a poder dar respuesta a las necesidades de las unidades familiares o de convivencia que habitan en las mismas, bajo el marco legal que establece el Reglamento de Viviendas Protegidas de la Comunidad Autónoma de Andalucía.

Según la misma entidad, el parque municipal de vivienda social de Córdoba asciende a un total de 971 viviendas, de las cuales 155 son alojamientos dotacionales destinados a personas mayores de 65 años. A ello habría que sumar un total de 725 elementos más para distinto uso al de vivienda, como garajes y trasteros. Por lo tanto, VIMCORSA cuenta con un importante patrimonio, fruto de más de 30 años de labor continua y dedicada a la ciudadanía de Córdoba.

Conocíamos por diversos medios, entre ellos su web, que las viviendas en régimen de alquiler y alquiler con opción a compra promovidas por VIMCORSA, se adjudican de conformidad con lo establecido en la normativa de viviendas protegidas, a través del Registro Municipal de Demandantes de Viviendas Protegidas de Córdoba. Por lo tanto, las personas interesadas en acceder a una de estas viviendas deberán inscribirse en dicho Registro. Y eso hizo nuestra protagonista.

Esta empresa municipal trabaja codo con codo con AVRA, la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía, titular de todo el parque residencial de la Junta de Andalucía, compuesto en la actualidad por 74.956 viviendas, de las cuales 49.211 tienen régimen de arrendamiento, mientras que las 25.745 restantes lo son en compraventa con pago aplazado, acceso diferido a la propiedad y régimen de precario.

El parque de viviendas, que ha sido cedido por la Comunidad Autónoma a AVRA a lo largo de las últimas décadas, proporcionando alojamiento a 306.000 personas en los 513 municipios de las ocho provincias andaluzas donde radican esas viviendas.

Hay que aclarar que la envergadura del parque de vivienda protegida que gestiona la agencia, que lo convierten en el mayor de toda España, unido a los perfiles de la población que lo habita, con un elevado nivel de vulnerabilidad y un alto grado de necesidad, obligan a redoblar los esfuerzos en ese terreno, donde el objetivo es conseguir que las viviendas que lo conforman cumplan adecuadamente la función social que les asigna la ley.

Pero volvamos a nuestra historia. Después de pasar un año, María puede cantar victoria, porque sé a ciencia cierta que todos los días, además, da gracias a Dios, ya tiene una vivienda digna, encontró un trabajo excelente como fija, su hija mayor trabaja, el pequeño progresa muy adecuadamente en el instituto y juega al futbol en un equipo, y su hija mayor, recibe atención adecuada en un centro especializado. La pequeña parvulita juega con todos.

Parece una historia sencilla y hasta alguien pudiera pensar que bien podría servir de un guión de película, pero les puedo asegurar que ha sido un largo año, colofón de otros de desesperación y fe, que ponen de manifiesto que cuando se cree, en Dios, en uno mismo y en los demás, el camino se puede hacer más corto y la senda te lleva a conseguir la meta o el final del camino. ¡Bravo María!.

Mientras unos encuentran, hay muchos que siguen esperando las 184,000 viviendas prometidas por Sánchez fr las que tan solo se ha entregado el 5,5 %. Únicamente se han puesto a disposición de las familias 10.206 viviendas en un año y medio, y la gran mayoría proceden de la Sareb, a sabiendas de que España necesita 700.000 casas de alquiler asequible para atajar la crisis de vivienda, según publicaba El Debate en octubre del pasado año. Mientras, el gobierno central soluciona el feminismo y ka defensa de la mujer, poniendo en libertad a los maltratadores y violadores, poniendo en la calle a condenados por el Tribunal Supremo, a través de la amnistía, o intenta recortar a la condena a quienes asesinaron o colaboraron en estas atrocidades,… y mientras, permanecen en ella personas que cogieron unos productos en el supermercado, porque tenían hambre. Esto no hay quien lo entienda.

Menos mal que la historia de hoy demuestra, una vez más, el tender la mano a los demás de las administraciones de nuestra tierra, y la preocupación por las personas del equipo de Juanma Moreno, y el alcalde de la ciudad, dentro de esa acción solidaria para con las personas con un elevado nivel de vulnerabilidad y un alto grado de necesidad, entre otras muchas cosas.

Quizás mañana, u otro día cercano, una joven madre que percibe una pequeña ayuda porque no encontró empleo, se vea también en la necesidad de llamar en la puerta para pedir una vivienda social y tenga que volver a exclamar «AVRA me la puerta, porque necesito una vivienda». Y la puerta volverá a abrirse.

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