Final de la escapada
El Gobierno tiene 48 horas para lograr la abstención de Podemos o su reforma fiscal morirá en la orilla
Si los cuatro diputados de la formación morada votan en contra en el Pleno del jueves, los esfuerzos del Ejecutivo prometiendo una cosa y la contraria a sus socios habrán sido en balde
Si no una bola de partido, el PSOE salvó este lunes una bola de set en la Comisión de Hacienda del Congreso. Pero aún le queda otra en el Pleno de este jueves, donde se someterá a votación, nuevamente, el dictamen del proyecto de ley de creación de un impuesto del 15 % a las multinacionales con las enmiendas incorporadas en la Comisión (subida de dos puntos del IRPF a las rentas de capital por encima de 300.000 euros, vapeadores y cambios técnicos para evitar el fraude en el IVA de los hidrocarburos, entre otros) y las enmiendas que llegan vivas al Pleno procedentes de la Comisión. A través de esta última vía habrá que ver cómo queda el impuesto a la banca.
Una legislatura insostenible
El Gobierno salva su paquete fiscal en una sesión agónica y esperpéntica que muestra su extrema debilidad
Podemos amenaza con tumbar la reforma fiscal aprobada en la madrugada de este martes in extremis porque el partido de Ione Belarra no entró en el acuerdo firmado a última hora entre el PSOE, ERC, Bildu y el BNG. Acuerdo por el que los socialistas se comprometen a prorrogar el impuesto a las energéticas 12 meses, pero vía real decreto ley del Consejo de Ministros (que en todo caso tendría que ser convalidado a los 30 días por mayoría simple en el Congreso).
La portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, no quiso ni pudo explicar en su comparecencia de los martes en la Moncloa cómo es compatible pactar una prórroga del impuesto a las energéticas la misma noche que se vota su supresión. Preguntada al respecto en varias ocasiones, Alegría se limitó a alabar el mérito del Ejecutivo por «poner de acuerdo a distintos grupos que piensan distinto, y más en política fiscal». «Hay que mirar con ojos de normalidad la realidad parlamentaria que tenemos», añadió.
La portavoz también recordó que la negociación no ha terminado, sino que sigue en marcha con vistas al Pleno del jueves y a esa amenaza de Podemos. Ahora bien, ¿es viable el órdago de los cuatro diputados morados? Viable es, tanto como para poner muy nerviosos a los socialistas. «Ayer por la noche el Gobierno pactó al mismo tiempo prorrogar el gravamen a las energéticas con ERC y Bildu y eliminarlo con Junts, a través de un comunicado de Hacienda. Podemos no acepta tomaduras de pelo. Nuestros votos estarán si el impuesto se mantiene», insistió Belarra este martes. E Irene Montero escribió:
La líder morada se refería a un comunicado que el Ministerio de Hacienda envió a la prensa inmediatamente después de la votación de la Comisión de Hacienda, cuando el dictamen del proyecto de ley había sido aprobado y, por tanto, ERC, Bildu y el BNG ya no podían dar marcha atrás. En él, Hacienda aclaraba que el Gobierno mantiene su compromiso con Junts para no gravar a las empresas energéticas que mantengan su compromiso de inversión para la descarbonización.
Como la reforma fiscal lleva el cauce de una ley ordinaria, al Ejecutivo le basta mayoría simple para salvar la votación del jueves. Pero ojo, porque eso significa más síes que noes, y el Gobierno tiene enfrente muchos noes: el PP, Vox y UPN votarán en contra, como hicieron el lunes en la Comisión, así que ya son 171 noes.
En el peor de los escenarios para los socialistas, si los cuatro de Podemos votaran en contra, la cifra de noes ascendería a 175, lo que abocaría al Gobierno a un empate (la Cámara tiene 350 escaños); y ello suponiendo que tuviera el resto de votos de la Cámara. Incluidos el de José Luis Ábalos y el de Coalición Canaria, además de los 120 votos del PSOE, los 27 de Sumar, los siete de ERC, los siete de Junts, los seis de Bildu, los cinco del PNV y el del BNG.
En ese caso, el Reglamento de la Cámara Baja estipula que la votación ha de repetirse dos veces más. Si el empate persistiera, el paquete fiscal del Gobierno -ya muy descafeinado en la Comisión de Hacienda- no sería aprobado.
Hacienda no trabaja con la hipótesis de que Podemos vote en contra, sino con que como mucho se abstenga. O eso quiere creer Montero. Las abstenciones no computan en la aprobación de una ley ordinaria, así que los socialistas podrían sacarla adelante con 172 votos. Que, en cualquier caso, no son pocos.