Cuatro etarras reconocen que intentaron asesinar a una periodista de El País y a su marido, de Antena 3
Colocaron una macetero cargado de explosivos en la puerta de su casa, pero falló la conexión detonador - explosivos
Como viene siendo habitual en los juicios que se celebran últimamente contra terroristas de ETA, los cuatro etarras que eran juzgados este lunes por el intento fallido de asesinato a la periodista del periódico El País, Aurora Intxausti, su marido, corresponsal de Antena 3, Juan Palomo, y su hijo de apenas año y medio de edad, han reconocido los hechos.
En la vista celebrada este lunes en la Audiencia Nacional la fiscal ha mantenido su petición de 74 años y cuatro meses de prisión para los entonces miembros del comando Gaua.
No obstante, ha indicado que el límite máximo legal aplicable es de 30 años de prisión para cada uno y de hecho los cuatro acusados se encuentran en libertad tras haber cumplido este periodo en relación con otras causas de ETA en las que fueron condenados.
De esta forma, ninguno de los cuatro etarras regresarán a prisión aunque sean condenados. Ya han cumplido el límite máximo de estancia en la cárcel. De ahí que no tengan ningún reparo en reconocer los hechos. A efectos prácticos no les afecta.
Macetero bomba
El atentado se produjo en noviembre del año 2000 cuando los etarras, Jon Zubiaurre, Imanol Miner y Asier García, integrantes de uno de los comandos del denominado 'Complejo Donosti', por orden del también juzgado Patxi Xabier Macazaga colocaron un macetero cargado de explosivos en la puerta del domicilio de los periodistas. Cuando Palomo abrió la puerta para acudir a su trabajo, escuchó una especie de petardo. Se trataba del detonador que debía haber hecho explotar todo, pero la conexión entre detonador y explosivos falló y eso les salvó la vida a toda la familia.
«Era muchísimo explosivo. Con un kilo de explosivo vuela un coche entero. Allí había casi dos kilos y medio, más el cordón detonante, hubiese aumentado, los daños hubiesen sido tremendos, y más, encima, la metralla», ha explicado el periodista durante el juicio que se ha celebrado en la Audiencia Nacional.
Ante el tribunal, el matrimonio ha relatado lo que supuso para ellos el atentado. «Supuso que toda nuestra familia y nuestros amigos quedaran marcados. Hay amigos que llegaron a perder un hijo por escuchar la noticia en la radio. Supuso cambiar todas nuestras relaciones. Y marcar toda nuestra vida», ha asegurado Palomo.
La alternativa era vivir con 4 escoltas
Tras el ataque, ambos tuvieron que mudarse a Madrid porque, han relatado, la alternativa era hacer vida con cuatro escoltas. «Y no me veía yo en un parque con cuatro personas para columpiar a un niño. No era una vida sana para ningún bebé», ha reconocido Intxausti.
A raíz de su salida del País Vasco, su regreso implicaba que los edificios donde se quedaban a dormir estuvieran rodeados de agentes. «Supuso que mi mujer estuviera durante meses desmayándose varias veces al día. Mi hijo sabía lo que había que hacer para despertarla, con un año y medio. Supuso que diez años después a mi mujer le diera un año de depresión que estuvo de baja durante un año, con una depresión horrible que no se quería levantar de la cama», ha relatado Palomo.
Intxausti ha asegurado que ese episodio no solo les marcó a ellos, sino que «cambió la de todos los periodistas del País Vasco que no estaban a favor de ETA y sus acólitos». «Porque a muchos de ellos les pusieron escolta», ha relatado.