La izquierda llega al 8-M con todos sus dogmas feministas desmoronados

Los partidos de izquierda engalanaron este lunes sus redes sociales con el morado feminista, calentando los motores para las manifestaciones del sábado en toda España. Y la ministra de Igualdad afirmó en El País: «Me gustaría terminar esta legislatura con una ley abolicionista». Pero, esta vez, el bosque es demasiado grande como para ocultarlo. El PSOE, Sumar y Podemos llegan a este 8-M, Día Internacional de las Mujeres, muy cuestionados por lo ocurrido en sus propias filas y con fundadas dudas sobre lo que sabían y lo que taparon.

Los socialistas pontificaban sobre abolir la prostitución mientras su entonces secretario de Organización, José Luis Ábalos, se citaba con Jessica a un kilómetro escaso de la sede de Ferraz, en un piso que el ahora imputado le pagaba a cambio de disfrutar de su compañía y sus servicios. En Podemos tenían entre sus fundadores a un presunto acosador, Juan Carlos Monedero, y durante años ocultaron las denuncias de sus víctimas. Y en Sumar el caso de su exportavoz en el Congreso, Íñigo Errejón, acusado de agresión sexual a la actriz Elisa Mouliaá, ha llegado a juicio.

Los tres casos han supuesto un golpe mortal a los dogmas feministas que proclaman las tres formaciones de izquierdas y, sin embargo, cargos públicos y orgánicos del PSOE, Sumar y Podemos estarán este sábado detrás de las pancartas. Como cada año. Como si fuera un año más.

«Con Podemos, con Irene Montero en el Ministerio de Igualdad hubo un avance importantísimo en derechos feministas en este país, trasladando al BOE las demandas del movimiento feminista. Con lo cual por supuesto que estaremos celebrando el 8-M orgullosas y muy contentas», señaló este lunes el portavoz de la formación morada, Pablo Fernández, al ser preguntado sobre lo que hizo y no hizo su partido cuando fue alertado de los comportamientos de Monedero. Entre otras, por la exeurodiputada Lola Sánchez Caldentey, según la cual «esto lo conocía hasta el apuntador», incluidas Irene Montero e Ione Belarra.

La formación no solo mantiene a pies juntillas que actuaron de forma rápida apartando al profesor de todo cargo orgánico -pero sin explicar por qué y manteniéndolo en el chat de dirección-, sino que, además, denuncia una operación política en su contra. «El objetivo ya no es informativo, sino atacar a Podemos», se quejó su portavoz.

Batalla campal entre Podemos y Sumar

De hecho, el caso Monedero ha acabado en una batalla campal entre Podemos y Sumar. Los de Yolanda Díaz están aprovechando para ajustar algunas cuentas con los morados por el caso Errejón; y estos últimos, a su vez, ven la mano negra de la vicepresidenta segunda detrás de las informaciones que apuntan a que Podemos amenazó a Monedero con contarlo todo si no cejaba en su empeño de buscar un acercamiento entre ambas formaciones.

En Sumar, este lunes la secretaria de Feminismos fue preguntada acerca del daño que están haciendo al feminismo y a los partidos de izquierdas los casos de Monedero, Errejón y Ábalos. Y Amanda Andrades se zafó con una respuesta de manual: «Es evidente que cualquier situación de acoso, cualquier actitud o comportamiento machista nos hace daño a todas, nos hace daño también como sociedad. Pero creo que sobre todo lo que nos interpela es a seguir avanzando, a seguir mejorando y a evitar que se produzcan este tipo de situaciones», sostuvo.

Al que fuera su portavoz en el Congreso, Íñigo Errejón, el juez que lleva su caso le llegó a preguntar durante su declaración del pasado 21 de enero: «¿Por qué hay que creer siempre a las mujeres, pero no a Mouliaá?». «Yo militaba en un espacio político que tiene a gala defender que cualquier testimonio, aunque sea anónimo y aunque sea en redes, es plena y directamente válido (...). Yo no puedo ser portavoz de un espacio así y a la vez defender mi inocencia. Entonces yo tengo que dar un paso atrás, y doy un paso atrás», respondió él.

En el caso del PSOE, el silencio sobre las correrías de Ábalos es tan atronador que el PP ha decidido llevar a la comisión de investigación abierta en el Senado a la propia Jessica y, también, a los ministros Óscar Puente y Luis Planas para explicar «su connivencia en el uso de dinero público para pagar favores sexuales», en alusión a la contratación de la «prostituta» de Ábalos -así la denominan los populares- en las empresas públicas Ineco y Tragsatec, en las que no trabajó un solo día.

A las declaraciones de la ministra Redondo en el diario de Prisa replicó la secretaria general del PP, Cuca Gamarra: «Cerraréis legislatura con un exministro en el banquillo por, entre otras cosas, pagar prostitutas con nóminas públicas. Los españoles costeando los vicios del PSOE. Pidan perdón, asuman responsabilidades y no se rían de la gente. Ustedes solo son abolicionistas de la decencia».