Fundado en 1910
Jornadas 'Abuelas silenciadas por el feminismo' organizadas por Vox en el Congreso

Jornadas 'Abuelas silenciadas por el feminismo' organizadas por Vox en el CongresoReyes Romero Twitter

El destrozo de las denuncias falsas: abuelas separadas de sus nietos y «silenciadas» por el feminismo radical

Vox reunió este martes en el Congreso a varias mujeres que sufren, junto a sus hijos, las consecuencias de la ley de medidas de protección integral de violencia de género

La Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género entró en vigor en 2005. Cuando Vox llegó al panorama nacional puso sobre la mesa el debate sobre esta norma y planteó su derogación - que hoy sigue reclamando-, entre otras cosas por vulnerar el artículo 14 de la Constitución, que recoge la igualdad de todos los españoles ante la ley, y la presunción de inocencia. Una norma que, en palabras de la diputada Rocío de Meer, «criminaliza al 50 % de la población», es decir, a los hombres por el hecho de serlo. Precisamente en febrero, la Cámara Baja debatió la renovación del Pacto de Estado en materia de violencia de género, que se basa en esta norma, y Vox presentó un voto particular de «rechazo frontal», como defendió la parlamentaria Rocío Aguirre, por considerarlo «un fracaso».

Para muchos hombres los efectos de esta ley provocan una situación desesperante cuando son denunciados falsamente. Algo que también padecen muchas abuelas que, además de ver el sufrimiento de sus hijos, ven cómo se les separa de sus nietos pese a ser inocentes. Atraviesan un verdadero «calvario» durante el tiempo que dura el proceso judicial. Es lo que trasladaron este martes cuatro mujeres que, reunidas por Vox en el Congreso de los Diputados, ofrecieron su testimonio para dar voz a una lacra que tantas veces se olvida o se margina, especialmente por aquellas que se erigen como abanderadas de la defensa de la mujer, y clamar por un cambio en las leyes.

Lo hicieron en las jornadas 'Abuelas silenciadas por el feminismo', apenas unos días antes del 8 de marzo, que el partido de Santiago Abascal organizó de la mano de la asociación Anavid (Asociación Nacional de Ayuda a Víctimas de Violencia Doméstica), una entidad sin ánimo de lucro que ayuda a las personas que sufren violencia con independencia de su sexo y que busca que se promuevan «leyes igualitarias no sexistas». Su vicepresidente, Jesús Muñoz, inauguró esta jornada y también contó su testimonio como persona afectada por esta ley. El 28 de enero de 2008 Jesús dejó de ver a su hijo, y no fue hasta doce años después cuando este fue a buscarle. Y su madre, por intentar ver a su nieto, y pese a que «el auto judicial lo permitía», llegó incluso a recibir una paliza de la expareja de su hijo. Terminó siendo absuelto.

«¿A quién está hoy protegiendo realmente esta ley? ¿Acaso a mí, que me encuentro hoy aquí como mujer, madre y abuela?», preguntó Pilar Hidalgo, una de las protagonistas de estas jornadas. Pilar vino de un pueblo de Jaén para contar el dolor y la «pesadilla» que ha vivido su familia desde que el 28 de mayo de 2023 su hijo fue denunciado por su expareja. La Guardia Civil le detuvo «como a un delincuente». El pueblo, que le conocía bien, salió a la calle para rebelarse contra esta injusticia. «Las denuncias falsas son el arma de las maltratadoras», afirmó. «Mi hijo fue absuelto de todo, menos del juicio de quien cree a otras personas sin indagar en la versión de cada una de las partes», añadió.

Durante todo ese tiempo, Pilar no pudo ver a su nieta, y cuando fue a pedir ayuda al Centro de la Mujer, recibió como respuesta que solo ayudaban a las mujeres maltratadas por hombres o sus parejas, que fuera al juzgado. «¿Qué ley es la que nos ampara a nosotras? Porque cuando denuncian a un hombre, la familia paterna desaparece como si no hubiese existido. Ellas acusan y no pasa nada, ellos son los que tienen que buscar pruebas y demostrar su inocencia», lamentó. Pilar habló en nombre de otras mujeres que han sufrido y sufren, como madres y abuelas: «Nos sentimos desprotegidas ante las situaciones de desamparo con las leyes e instituciones a las que fuimos a pedir ayuda y no nos respondieron». «La violencia no tiene género. La violencia es violencia venga de un hombre o de una mujer», afirmó.

En esa línea se pronunció Carmen Albero, que también es madre y abuela, y además en su caso había sido maltratada por el padre de su hijo. «No negamos la violencia ni la violencia a las mujeres, lo que sí negamos es que se agreda a una mujer por el hecho de serlo», expresó. Carmen, que perdió a su hijo hace algo más de un año, compartió el drama que supone para toda una familia paterna ser estigmatizada tras una denuncia falsa, y el sufrimiento que conlleva que se aleje a los niños de esa familia, y sobre todo de los propios padres «sin ser juzgados, y menos condenados».

Habló de un «maltrato psicológico grave» al que se ven sometidos, y apuntó que, según los boletines anuales del CGPJ, «de los casi tres millones de denuncias» que se han interpuesto desde que se aprobó la ley hasta 2024 cerca del 80 % de los denunciados «fueron declarados inocentes». Carmen, que subrayó la importancia de la relación de los abuelos con sus nietos, pidió cambiar las órdenes de alejamiento que se imponen al padre; que se deje al resto de la familia fuera de los procedimientos; que se respete el régimen de visitas actuando de forma inmediata en caso de que no se cumpla. También animó a que se investigue por qué «cientos de padres se suicidan por no aguantar la presión que sufren señalados, arruinados y sin sus hijos». «Queremos que nuestros hijos desde la denuncia hasta el juicio no vivan con la espada de Damocles» esperando ser detenidos cualquier día, rogó.

Otro testimonio que se pudo escuchar este martes en el Congreso fue el de Inmaculada López, de 71 años, que desde hace años también experimenta esa impotencia por no ser escuchada ni recibir apoyo. No ve a sus nietos desde hace casi cuatro años, porque así lo ha decidido su exnuera. «Somos las víctimas olvidadas y silenciadas por los políticos», señaló. En su caso, como explicó, su hijo ha sido denunciado varias veces por violencia contra la mujer. «Hemos perdido la cuenta. Le llegan notificaciones de sobreseimientos que desconocíamos», detalló. Y, por otro lado, cuestionó la cantidad de dinero que se destina a este tema, recalcando la necesidad de saber verdaderamente a dónde va.

Como un «infierno» describió Cristina Belmonte la situación que vive desde hace años su familia. Cuando su hijo iba a ser padre, estaba en tratamiento de quimioterapia por un cáncer y su mujer le abandonó. No le dejaron estar presente cuando nació, tan solo pudo verle dos semanas poco después. Luego hubo «mentiras y manipulaciones» para impedir seguir viéndole.

Él y su familia pudieron reencontrarse con el niño cuando tenía cuatro meses, solo cuatro horas y vigilados «como delincuentes» por la madre. Igual que cuando tiempo después quiso despedirse de él. No quiso seguir con su tratamiento -«nos diste a entender que para qué», relató Cristina-, y en 2018 murió. Como ella y el resto de la familia querían poder ver a su nieto, consiguieron por vía judicial derecho de visitas, pero pasado un tiempo, la madre del niño solo les dejaba verle en su presencia y comenzó a ponerle en contra de ellos. «Para protegerle le dejé de ver», señaló. De esto hace cuatro años. Contó que su hijo le preguntó una vez que qué había hecho él: «Tu delito es ser hombre», le respondió ahora.

Tras estos testimonios desgarradores, la diputada Rocío de Meer denunció en la clausura de las jornadas que en 2004 se votó una ley «que quitaba la presunción de inocencia» a los hijos de muchas madres como ellas, pero recalcó que «el feminismo se ha topado de frente contra las mujeres reales». «Las mujeres reales vamos a ganar. (...) No odiamos a los hombres. La violencia no tiene sexo, ni está en el ADN de los hombres», afirmó.

16
comentarios
tracking