
Juan Luis Aguirre Lete, con su madre, tras la salida de prisión
Aguirre Lete, el siniestro jefe de la logística etarra y carcelero de Ortega Lara
Esta semana ha salido de prisión uno de los más sanguinarios terroristas de ETA
Juan Luis Aguirre Lete, alias 'Insuntza', salió el pasado miércoles de la prisión de Martutene después de cumplir 28 años de los 118 años de prisión a los que ha sido condenado. Ya puede disfrutar por las calles de su Astigarraga natal de la libertad que ordenó secuestrar al funcionario de prisiones, José Antonio Ortega Lara.
Por aquel entonces era uno de los jefes militares de ETA junto con Javier Arizcuren Ruiz 'Kantauri'. En concreto, el encargado de surtir de material a los comandos, el que entregaba los explosivos, pero también el dinero. En estas lides sustituyó a otro de los históricos, Julián Achurra Egurola 'Pototo'. Este ordenó el secuestro del funcionario de prisiones y Aguirre Lete remató la orden cuando 'Pototo' fue detenido.
No le tembló el pulso para aconsejar al comando que tenía a Ortega Lara que si tuvieran que dejarlo morir de hambre, que lo dejaran, en caso de que el Gobierno no cediera a sus pretensiones de acercar a los presos etarras.
Pero tampoco le tembló el pulso para ordenar a comienzos de 1996 el asesinato del histórico dirigente del PSOE, Fernando Múgica. Y muestra de su sangre fría es que fue él quien dio órdenes a uno de los terroristas más sanguinarios, más individualistas y más rebeldes de la organización, Javier García Gaztelu 'Txapote'.Aguirre Lete había ganado galones para hacerse cargo de la dirección de los comandos terroristas, de lo que ellos llaman el aparato militar. Y lo hizo como integrante de uno de los comandos más mitificados por la propia organización terrorista ETA, el comando Madrid.
Allí asesinó al general de División del Ejército del Aire, Dionisio Herrero, en la calle Hermosilla. En compañía del resto del comando esperó pacientemente en un coche que habían robado unas horas antes y cuando el general entró en su vehículo para ir a trabajar, no tuvo ningún problema en descender del coche y acribillar a balazos al general y a su conductor, el soldado Alberto Pasamontes quien, afortunadamente pudo salvar la vida de milagro.
No más lejos de Zaragoza
Tras su extradición a España, tras ser detenido en Francia cuando Ortega Lara todavía estaba secuestrado, algo debió decir a los policías para que Interior lo considerara entre los etarras 'críticos' y, por lo tanto, ingresara en la cercana cárcel de Zuera, en Zaragoza. De hecho, cuando salió de la cárcel el pasado martes, no exhibió como suelen hacer otros, la banderola de acercamiento de los presos. Solo mostró una ikurriña.
Pero no nos engañemos, Juan Luis Aguirre Lete no ha colaborado en ningún momento para esclarecer los atentados que de sobra conoce en función del escalafón que ocupó entre los asesinos y tampoco ha pronunciado una palabra de arrepentimiento. De hecho, ni tan siquiera optó al tercer grado que con tanta facilidad concede ahora el Gobierno vasco.
Es más, Aguirre Lete se encuentra en libertad cuando todavía tiene pendiente una causa más, la de haber ordenado el asesinato del teniente de alcalde de San Sebastián y presidente del PP de Guipúzcoa, Gregorio Ordóñez.