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El presidente del centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), José Félix Tezanos,

El presidente del centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), José Félix Tezanos,Europa Press

Las razones técnicas que destapan los engaños de Tezanos

Breve análisis de la estimación del voto en el barómetro del CIS de marzo de 2025 y
su comparativa con reestimaciones alternativas

Como es habitual en los casi 7 últimos años, cada barómetro de voto publicado por el CIS tras el cambio de gobierno que llevó al poder al PSOE, nombrando presidente de esta entidad a José Félix Tezanos, viene envuelto en la polémica.

La polémica se basa no solo en los cambios en la mayor frecuencia de publicación de estos barómetros, ahora mensual, o el crecimiento en el volumen de encuestas y su gasto asociado, sino también en el sentido de muchas de las preguntas y temas introducidos o en la variación de preguntas que llevaban décadas haciéndose que han roto series temporales históricas.

Pero sobre todo, la polémica viene por las estimaciones de voto que ofrece el CIS desde el comienzo de esta nueva etapa liderada por el Sr. Tezanos. Estimaciones que prácticamente nunca han coincidido en lo esencial con las numerosas encuestas publicadas por institutos y medios de comunicación privados, apreciándose en el CIS un sesgo evidente a favor del PSOE y los partidos de izquierda, en detrimento de los partidos de centro derecha. Estos sesgos se han mantenido tras la comparativa de múltiples comicios celebrados, donde el CIS en sus estudios pre electorales no solo ha errado significativamente en este sentido, sino a veces también en el partido o incluso el bloque ideológico ganador de las elecciones.

Este último barómetro de marzo de 2025 no es ninguna excepción. La estimación que ofrece se aleja mucho del consenso y los promedios que aportan todos los institutos o empresas privadas, que suelen publicar en medios de comunicación también privados, más allá de la línea editorial de cada uno, que no hacen variar en lo sustancial sus resultados y tendencias comunes.

Aparte de las motivaciones ideológicas o de otro motivo que pudiera tener el propio CIS o sus responsables, de lo que desde hace años se ha escrito y hablado ya mucho, ¿por qué se producen esas desviaciones en las estimaciones de voto entre el CIS y el resto de institutos demoscópicos?

A nivel técnico, y desde mi punto de vista, el principal motivo de la desviación de la estimación se debe al incorrecto uso de la variable «recuerdo de voto» por parte del CIS.

Antes me gustaría recalcar que, como se especifica en las fichas técnicas de cada barómetro, el CIS hace ponderaciones para sus análisis, como debe ser, y es una doble ponderación basada en datos INE. A nivel nacional pondera por diferentes variables (sexo, edad, región, educación y hábitat), lo que no solo es acertado, sino absolutamente imprescindible, en una nueva variable que llama PESO. Yo añadiría la variable situación laboral, pero ello no alteraría apenas el resultado final. Y a nivel autonómico, también pondera con otra variable llamada PESOCCAA, por si se quieren hacer análisis específicos en cada Comunidad Autónoma. Con las muestras tan grandes que hace el CIS, estas ponderaciones son muy convenientes y suelen funcionar muy bien a nivel sociodemográfico. Y hemos de suponer que los datos tomados como referencia del INE son perfectamente válidos y actuales.

Pero como decía antes, el problema viene a la hora de realizar la estimación de voto, porque parece que o no se pondera por recuerdo de voto o no se hace de una forma que considero correcta, más allá de saber que el CIS utiliza su propio método de estimación, como ellos mismos se esfuerzan por publicitar en cada publicación.

Como vemos en la siguiente tabla, las diferencias en el último barómetro entre el recuerdo de voto de la muestra (lo que recuerdan haber votado en las últimas generales los encuestados) y la realidad de lo que votaron los censados españoles en julio de 2023, es más que evidente:

Tabla elaborada por Target Point

Tabla elaborada por Target Point

Como siempre, apreciamos una clara desviación según los partidos: el PSOE está sobrerrepresentado en +4,2 puntos, es decir, en este barómetro, los socialistas que recuerdan haber votado al PSOE son muchos más que los que lo votaron realmente en las últimas elecciones; también están sobrerrepresentados Sumar (+0,9 %), Vox (+0,4 %), otros partidos (+0,9 %), que hemos agrupado por utilidad y comodidad analítica, el voto en nulo (+0,9 %) y el voto en blanco (+1,4 %). En cambio, vemos cómo el PP está infrarrepresentado en -2 puntos respecto a la realidad; también lo está la abstención (-14,4 %), los que recuerdan no haber votado, pero en este caso es habitual en todos los sondeos de voto que se realizan, y no es tan decisivo para calcular la estimación final.

Este patrón de descompensación en el recuerdo de voto lo vemos siempre en los barómetros del CIS, favoreciendo al PSOE y los partidos de izquierda, y en cambio, perjudicando al PP o incluso a veces a Vox.

Y es evidente que para hacer una buena estimación de voto, hay que tener en cuenta siempre la variable recuerdo de voto, pero ponderándola igualmente para corregir esos sesgos de peso.

O bien el CIS no la considera al no ponderar la estimación por esta variable, o si lo hace en su método de análisis (llamado Alaminos-Tezanos, ver ficha técnica o web del CIS) éste es muy diferente al que hacemos la mayoría de analistas demoscópicos en este país.

Sin tener los microdatos de este presente barómetro disponibles, porque solo lo están aproximadamente un mes más tarde de la recogida de la muestra y la publicación del estudio, lo que nos permitiría afinar mucho más en el análisis y las ponderaciones, basta con una simpe corrección de la variable recuerdo de voto para calcular de nuevo la estimación de voto.

En este caso, he realizado dos reestimaciones de voto, una basada en la intención directa de voto (IDV) y otra en la intención directa de voto + simpatía (IDV+S), siendo los resultados los siguientes:

Tabla elaborada por Target Point

Tabla elaborada por Target Point

Como es de esperar tras la corrección o ponderación parcial (solo con los datos finales agregados y en bruto) del recuerdo de voto original que ofrece el CIS, las estimaciones alternativas ofrecen resultados sustancialmente diferentes, al menos para los principales partidos.

Vemos que, en las dos reestimaciones ofrecidas, el PP mejoraría claramente sus resultados, también en parte Vox, y el PSOE empeoraría su estimación, así como el grupo de otros partidos, quedando Sumar y Podemos más o menos igual.

Estos datos coinciden de forma muy similar con cálculos parecidos y reestimaciones que otros analistas de prestigio han publicado en sus redes sociales desde ayer cuando se publicó el barómetro. Todos coincidimos en los esencial, es decir, en el orden de los partidos y los bloques, con victoria del PP y el centro derecha, aunque lógicamente tengamos algunas variaciones porcentuales, fruto de cada método de análisis (la famosa «cocina»), pero que respeta y corrobora, siempre con matices, lo que he procurado demostrar.

Otro tema que no voy a tratar aquí es el cálculo de los escaños resultantes de estos porcentajes de estimación de voto, escaños, por cierto, que el CIS nunca ofrece en sus barómetros mensuales.

Vuelvo a reiterar que, con el fichero de microdatos con toda la muestra, en este caso más de 4.000 encuestas, podríamos ajustar mucho más los resultados finales, porque cada analista puede hacer su propio tratamiento de los datos, ponderando por sus coeficientes y métodos particulares las variables sociodemográficas, pero sobre todo también ponderando todo el fichero por la variable recuerdo de voto, que tanto he mencionado aquí.

Para terminar, que cada uno saque sus propias conclusiones, más allá de la evidencia científica de la que algunos siempre hablan, de los datos recopilados en un momento determinado, que por supuesto, siempre son susceptibles de variar en próximos estudios.

No tengo duda que el CIS seguirá con sus estimaciones «al margen» de los expertos demoscópicos, al menos de los que publicamos en medios privados y que nos jugamos nuestro prestigio y nuestros clientes, porque está demostrado que en el CIS no tiene consecuencias lo que publiquen, por mucha repercusión mediática que tenga y busque. Quizá ese sea el objetivo final cuando «se tira con pólvora del rey».

¿Dónde queda el prestigio del CIS? ¿se podrá recuperar? Cuando se usan fondos públicos en la reiteración de unos análisis con resultados cuando menos cuestionables, ¿cómo llamamos a eso?

Lo que está claro es que se ha erosionado el prestigio de una institución como lo era el CIS, pero también el de profesionales y técnicos que trabajan dentro de la propia institución, y el de profesionales que fuera, en la vida real, procuramos dar respuestas a los desafíos de conocimiento de nuestra sociedad, a través de nuestros estudios y las demandas de nuestros clientes. Los sociólogos honestos trabajamos duro para hacer buenos y certeros análisis, asumimos nuestros aciertos y, por supuesto, también los errores que podamos cometer, pero siempre con compromiso de enmienda y mejora. Los sociólogos no nos resignamos a esta falta de rigor, ética y decencia en la que nos han embarcado, y además con nuestro propio dinero.

  • José Miguel Silva es director de Análisis y Socio-Fundador de Target Point
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