El Ejido, el bastión de Vox que amenaza la alcaldía del PP

El fenómeno de Vox nació en Andalucía, a finales de 2018. Hasta entonces, y desde su fundación, en diciembre de 2013, era un partido desconocido para la gran mayoría de los españoles, no en vano sus primeros resultados electorales fueron pésimos, siendo el mejor el que obtuvo la primera vez que hubo papeletas de Vox, en las elecciones al Parlamento Europeo de 2014, con el 1,57 % de los votos emitidos en España, a las puertas de lograr un escaño.

Cinco años después de su creación, tras registrar su peor resultado en unos comicios, las elecciones generales de 2016 (0,2 %), y precisamente en diciembre, Vox conseguía el 10,97 % de los votos en las históricas autonómicas andaluzas del 2 de diciembre de 2018 y 12 diputados en el Parlamento de Andalucía. Fue el quinto partido preferido por los andaluces, en general; el tercero, por los almerienses, en particular, sólo por detrás del PP y el PSOE-A, y el primero, más concretamente, por los vecinos de El Ejido, que se erigía, así, en el bastión del partido de Santiago Abascal.

Esta consecuencia electoral en el municipio ejidense no respondía solamente al hartazgo provocado por casi cuarenta años de corruptelas socialistas, como en toda Andalucía, sino también a los problemas específicos de la zona. En su programa, «100 medidas para la España Viva», Vox abogaba por la «deportación de los inmigrantes ilegales a sus países de origen» (número 14) y «acabar con el efecto llamada: cualquier inmigrante que haya entrado ilegalmente en España estará incapacitado, de por vida, a legalizar su situación y por lo tanto a recibir cualquier tipo de ayuda de la Administración» (17), entre otras propuestas en relación con la inmigración.

Vox, contra la inmigración ilegal

Las promesas y el propio discurso de Vox, en defensa de la seguridad de las fronteras, calaron en un municipio con un 30 % de población extranjera, donde gobierna la derecha desde 1991 y que se sitúa en la frontera sur no sólo de España, sino de Europa, y sufre los efectos de la llegada masiva y descontrolada de inmigración ilegal a las costas de Almería, principal destino de las rutas del Mediterráneo.

«El Ejido es un pueblo muy rico, una tierra maravillosa donde vivir, y entiendo que quieran venir, pero tienen que respetar las normas, entrar de forma legal», afirma Rosa María Martín, portavoz de Vox en el Ayuntamiento de El Ejido, en exclusiva para El Debate. En cuanto a la inmigración que tanto ha hecho crecer al municipio, reconoce que «la solicitud de mano de obra hizo un efecto llamada», y la convivencia entre nativos y foráneos suele ser, por lo general, positiva. 

Sin embargo, la inmigración ilegal se ha convertido en un problema para los ejidenses, y «hay un dedo acusador que señala directamente a los políticos», dice Martín. «La culpa no la tienen los inmigrantes, sino las políticas de inmigración, que se han gestionado mal, porque los políticos no han sabido manejar el crecimiento tan grande que ha tenido El Ejido», asegura.

Los contratos en origen serían una solución para todo el que quiera trabajar en El Ejido, según Rosa María Martín. «Esta tierra, además de ser rica para nosotros, lo es para las personas que buscan un futuro mejor», asevera la portavoz del partido de Santiago Abascal en el Consistorio ejidense. Repara en que «cuando eres ilegal, no puedes trabajar, ya que no tienes documentación, y si tienes que sobrevivir en una tierra que no es la tuya, delinques, robas, vives en chabolas…».

Por de pronto, «en El Ejido hace falta seguridad», apunta Martín. Por ello, pide más efectivos policiales, cámaras de seguridad «en ciertos puntos», que «se trabaje mucho con la inmigración» y que «se ayude muchísimo a los agricultores, que tienen problemas para encontrar mano de obra legal». Cree que «para solucionar un problema debes aceptar que lo tienes o se está creando, para desde raíz y desde el origen poder arreglarlo», y sostiene que «los políticos que gobiernan y han gobernado en El Ejido han mirado a otro lado».

La confirmación de Vox

El año 2019 fue el de la confirmación de Vox. 2019 fue año electoral. A las elecciones municipales y europeas ya previstas de antemano para el 26 de mayo se les unían las generales, que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, convocaba para el 28 de abril. Y con el precedente de las andaluzas, Vox obtenía 24 escaños, con más de dos millones y medio de votos, 9.272 de ellos en El Ejido, donde volvía a ser la fuerza más apoyada, con el 30,02 % de los sufragios emitidos en el municipio. La repetición electoral del 10 de noviembre, en la cual el partido de Santiago Abascal mejoró su resultado, con 52 escaños en la Cámara Baja y un millón de votos más, ratificó la condición de bastión de Vox de El Ejido: 10.495 votos, el 36,32 %.

La corrupción salpica al PP

No obstante, Vox no logró dar el sorpaso al PP en las elecciones municipales, a pesar del descrédito generado en las filas populares por tantos años de presunta corrupción y juicio de la operación Poniente. La Fiscalía Anticorrupción ha acusado al exalcalde Juan Enciso, entre otros, del desfalco de 71,5 millones de euros en El Ejido entre 2002 y 2009. El juicio está visto para sentencia desde el pasado 13 de julio.

«Era la primera vez que presentábamos lista, y tuvimos una campaña en la cual nos hicieron muchísimos pasquines, se intentó sabotear la campaña a toda costa», aduce Rosa María Martín, al mando del grupo municipal de Vox tras la dimisión y renuncia del acta de concejal de su entonces alcaldable, Juan José Bonilla, el pasado mes de julio. Tampoco ayudan las crisis internas en la formación, que posteriormente se han extendido al ámbito autonómico con la marcha de la diputada almeriense Luz Belinda Rodríguez al grupo de los no adscritos.

Esto también condicionó el voto en las europeas, en las que hubo más participación (55,26 %) que en 2014 (30,5 %), e incluso el PSOE superó asimismo a Vox en El Ejido.

La división de la derecha

Con todo, como dice Martín, «el pueblo votó a la derecha». Así pues, el PP y Vox, con 9 y 7 concejales, respectivamente, decidieron gobernar en coalición. «Consideramos que era lo mejor para el pueblo y llegamos a un pacto», cuenta la portavoz del partido de Abascal en El Ejido. Pero no había entendimiento. «En el trabajo del día a día no llegábamos a acuerdos, porque querían callar nuestra voz, no nos dejaban trabajar. Entonces, consideramos que lo mejor para el pueblo era y es estar en oposición, donde nadie nos quite la voz y podamos reclamar todo lo que el pueblo necesita», asegura.

Ahora el PP gobierna con el respaldo del PSOE, «una muestra clara de que no le mueve el bienestar del pueblo, sino ocupar el sillón, y de que le da igual tener que gratificar ciertas peticiones que tiene el PSOE que no favorecen en nada a la política que necesita El Ejido», afirma Rosa María Martín, que disputará el próximo año la alcaldía a Francisco Góngora, regidor popular desde 2015. «Vamos a luchar por que sea un pueblo seguro» y por «sacar mucho más partido al turismo», asevera Martín.

Vox rompió relaciones con el PP en El Ejido hace casi un año, en febrero de 2021, como Pablo Casado había hecho con Santiago Abascal en octubre de 2020, en el debate de la moción de censura contra Pedro Sánchez. Los socialistas presumieron de «cordón sanitario a la extrema derecha», y la división de la derecha quedó patente también en el bastión de Vox.