Doñana busca soluciones tras el secado de su última laguna permanente

La sequía ha provocado que la laguna de Santa Olalla, en el Parque Nacional de Doñana, esté seca. Las 93 hectáreas de superficie acuática de la laguna permanente más grande de Doñana, la última que aguantó con agua todo el mes de agosto, quedaron reducidas a un charco a principios de septiembre.

La situación se torna cada vez más preocupante. El diagnóstico está claro, pues no es la primera vez que la laguna de Santa Olalla se seca, de hecho es la tercera desde que hay registros (1970): una combinación de sequía y alta demanda de agua. Sin embargo, Doñana aún busca soluciones.

Así pues, el Pleno del Parlamento de Andalucía autorizó este jueves, a propuesta del PSOE-A, la creación de un grupo de trabajo para analizar la situación de sequía en la región, así como, a propuesta, en este caso, del PP-A, instar al Gobierno de España a que apruebe, con carácter inmediato, una planificación de ejecución urgente de todas las obras hidráulicas declaradas de interés general del Estado que están pendientes.

Entre ellas se encuentran las necesarias para llevar a cabo el trasvase hídrico de la cuenca de los ríos Tinto, Odiel y Piedras a la del Guadalquivir en la comarca del Condado de Huelva: el desdoble del túnel de San Silvestre, la presa de Pedro Arco, la terminación de la presa de Alcolea, el canal de Trigueros y la ampliación de los bombeos de Bocachanza.

Se da la circunstancia de que el trasvase se produciría de una cuenca —Tinto, Odiel y Piedras— que depende de la Junta de Andalucía a otra que es de competencia nacional, de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), adscrita al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. La transferencia de recursos hídricos ascendería a 19,99 hectómetros cúbicos, conforme a la propia Ley del Trasvase, aprobada en 2018.

Comisión de seguimiento

Por otro lado, el Gobierno andaluz aprobó el martes la constitución extraordinaria de una comisión de seguimiento de la sequía en la región. Este «gabinete de crisis», en palabras del consejero de la Presidencia, Antonio Sanz, se reunió por primera vez este viernes, con más de medio Ejecutivo autonómico alrededor de la mesa, y lo hará cada dos semanas.

La Junta trabaja con el objetivo de aportar 120 hectómetros cúbicos de agua a las cuencas andaluzas mediante dos decretos de sequía por valor de 141 millones de euros. Como resultado de las obras hídricas que se contemplan en dichos decretos, ya se han añadido 33 hm³ y 48 más lo harán «muy pronto», según informó Sanz. El grado de ejecución de las obras se sitúa en el 48 %.

Hay constituido, además, un grupo de trabajo técnico-científico para definir las relaciones entre las aguas superficiales y subterráneas y la ecología de Doñana, y está en marcha un proyecto de mejora de los hábitats del Espacio Natural de Doñana con una inversión de 6,6 millones de euros.