Gibraltar permanece a la espera de una próxima ronda de negociaciones para ultimar su tratado con la UE

La última ronda de negociaciones celebrada hasta la fecha entre la Unión Europea (UE) y el Reino Unido por el tratado que ha de definir la relación de la colonia de Gibraltar con España y el resto de los Veintisiete tras el Brexit queda ya lejos, habida cuenta de estos encuentros oficiales no se producen desde finales del mes de enero.

En Gibraltar se esperaba que el Acuerdo de Windsor –el nuevo pacto británico-comunitario respecto a Irlanda del Norte– acelerara el proceso de negociación de su tratado. «Las relaciones entre el Reino Unido y la Unión Europea han mejorado considerablemente tras la conclusión del acuerdo marco de Windsor, y este nuevo espíritu puede repercutir positivamente en las negociaciones sobre Gibraltar», afirmaba el viceministro principal de Gibraltar, Joseph García, tras su última visita a Bruselas, hace algo más de dos semanas.

Sin embargo, en el Peñón llevan esperando casi tres meses la siguiente ronda de negociaciones, cuya fecha se desconoce, desde la última, de la que el Gobierno colonial de Gibraltar destacó «el enfoque positivo y constructivo de los equipos presentes» en Londres, donde tuvo lugar, en dicha ocasión, el encuentro. El Ejecutivo llanito estuvo representado por el fiscal general, Michael Llamas, que contó con la asistencia del director de la Casa de Gibraltar en Bruselas, Daniel D'Amato. El ministro principal, Fabián Picardo, y Joseph García asistieron virtualmente a las reuniones.

Hasta el momento se han celebrado 12 rondas de negociaciones entre Bruselas y Londres. En las ocho primeras ya se habían cubierto todos los ámbitos objeto de negociación, según reveló Picardo. Sin embargo, en las cuatro siguientes no se reportaron avances significativos en unas conversaciones caracterizadas por el hermetismo y en las que se discuten asuntos de soberanía, aunque no se abordan desde este punto de vista.

Cuestión de soberanía

El objetivo es crear una «zona prosperidad compartida» en el Peñón y el Campo de Gibraltar. Ello supondría el derribo de la Verja, conforme a lo establecido en el Acuerdo de Nochevieja (2020), esgrimido tanto por la Unión Europea como por el Reino Unido para firmar el tratado de Gibraltar. No obstante, este hecho provocaría que los controles fronterizos se trasladaran hasta el puerto y el aeropuerto del Peñón, donde estos controles los efectuaría la Policía española, con el apoyo durante cuatro años de Frontex, la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas.

Una de las líneas rojas del Gobierno de Fabián Picardo en las negociaciones con la Unión Europea es que ningún agente español realice controles de ningún tipo en el puerto ni en el aeropuerto gibraltareños, ya que esto, en caso afirmativo, conllevaría abordar el tema de la soberanía de Gibraltar. «Nunca vamos a ceder ni un ápice de soberanía británica a cambio de derechos de acceso a la UE para personas, mercancías, vuelos, etcétera. Digo esto claramente y sin ambigüedades. Sin vuelta de hoja. Sin matices ni margen para la duda. Somos claros e inequívocos cuando se trata de soberanía, jurisdicción y control, como con todo lo demás», ha llegado a decir Picardo.

Por otro lado, el Gobierno de Pedro Sánchez ha renunciado a incorporar la cuestión de la soberanía de Gibraltar a las negociaciones en la primera oportunidad de resolver la situación colonial del Peñón –la cual viola la integridad territorial de España– que se presenta desde la Declaración de Bruselas de 1984, que sentó las bases de un nuevo proceso negociador sobre la soberanía de Gibraltar. De esta forma, no reclama un territorio que España reivindica como propio.