En la desertificación interviene la actuación del ser humano esquilmando el agua del terreno
Andalucía, la huella de una desertificación que se ha triplicado en España
El fenómeno avanza a mayor ritmo en esta comunidad, sobre todo en zonas muy vinculadas a la agricultura de regadío
Las zonas degradadas por el avance de la desertificación se han triplicado en España, pero en Andalucía ese nivel ha sido superior.
Es la principal conclusión que se extrae del estudio que se presentará el próximo verano por la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA), correspondiente a la década 2010-2020.
En análisis de la década inmediatamente anterior calculó en un 1 % el espacio nacional convertido en zona degradada activa, que es aquella donde hay ausencia de la vegetación que le correspondería por condiciones climatológicas–, mientras que en la década posterior el informe lo eleva al 3 o incluso al 5 %. Ese cálculo se elevará en el caso de Andalucía.
La desertización hace referencia a un territorio que se convierte en desierto por causas naturales, mientras en la desertificación interviene la actuación del ser humano esquilmando su agua.
Almería y Granada
«El Cabo de Gata, en Almería, es árido, con pocas precipitaciones, y no puedes esperar una vegetación frondosa, pero si la existente resulta insuficiente o el suelo no da el rendimiento apropiado, estaría degradado», explica a EFE el científico titular de la EZZA Gabriel del Barrio.
Los lugares con procesos de desertificación activos se encuentran muy vinculados a la agricultura de regadío, según este investigador. Así se observa en la expansión del almendral en el norte de Almería y sureste de Granada, «árboles cultivados que aparecen en sitios ridículos, y el resultado han sido cárcavas al estar incluso regados a costa de deforestar la vegetación natural».
«Este grado de intensificación muchas veces no lo resiste el terreno, debido a que no siempre los regadíos están cuidadosamente monitorizados, son operaciones agrarias para generar dinero a corto plazo», añade el científico.
La inundación de Doñana, muy reducida
De acuerdo con el análisis de las imágenes del satélite Sentinel-2 L1C, correspondientes al 16 de marzo de 2024, se observa un estado de inundación de la marisma «bastante escaso».
