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Andalucía

Los grandes inversores fijan su mirada en las fincas rústicas de Andalucía

Los nacionales adquieren propiedades para su ocio y disfrute, mientras que los extranjeros lo hacen en búsqueda de una rentabilidad económica

Las fincas rústicas en Andalucía están despertando gran interés en los inversores nacionales e internacionales, que apuestan por el campo andaluz por sus condiciones climatológicas, su tradición agraria y su potencial de revalorización.

Andalucía fue la segunda región de España en la que se adquirieron más fincas rústicas en 2023. En total, se compraron 22.162 propiedades, un 18,1 % más en comparación con 2020, según los datos de la Estadística de Transmisiones de Derechos de la Propiedad (ETDP) del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Granada (4.697 adquisiciones), Jaén (3.870), Málaga (2.909) y Almería (2.846) fueron las provincias que lideraron las compraventas en la comunidad, según el INE.

Regino Coca, fundador y director general de Cocampo, plataforma digital de compraventa y arrendamiento de fincas rústicas, ha afirmado que «Andalucía es una zona única dentro de Europa y un paraíso para los amantes del campo. Sus condiciones climatológicas, su riquísima diversidad y su tradición agraria son muy valorados por todos los inversores».

Los inversores extranjeros priorizan las zonas con un ecosistema empresarial y económico que favorezca al campo, como Andalucía, lo que explica esta demanda internacional, que es consciente del potencial agrario de la región, según el directivo de Cocampo.

En el campo andaluz hay una variedad de fincas, desde agrícolas, ganaderas y cinegéticas hasta de recreo y las dedicadas al turismo rural. Esta diversidad de oportunidades es lo que atrae la atención tanto de inversores nacionales como internacionales.

«Hace años eran más comunes los compradores locales, pero ha habido una tendencia creciente del inversor internacional, que ha ido aumentando en diferentes etapas. Primero predominaron más los europeos y, recientemente, ha habido más inversión por parte de latinoamericanos», explica Coca.

Sin embargo, los expertos señalan que inversores nacionales e internacionales tienen intereses distintos. Unos adquieren propiedades para su ocio y disfrute, mientras que los otros lo hacen en búsqueda de una rentabilidad económica.

Intereses distintos

Según las operaciones de Cocampo, en Andalucía occidental hay una mayor demanda por las fincas de recreo grandes, con bonitas dehesas y buenas casas, y en la zona oriental cada vez hay una tendencia mayor hacia las fincas de explotación económica, con un claro foco agrícola.

Las fincas de recreo son demandadas, sobre todo, por extranjeros procedentes de Bélgica, Inglaterra, Alemania y Holanda. A menudo, empiezan comprando fincas pequeñas y, después de residir en el país durante años, realizan inversiones más grandes.

También hay extranjeros jubilados que, atraídos por el clima y las playas, buscan establecerse en Andalucía, en provincias como Cádiz, Sevilla o Huelva. Este público busca un cortijo típico andaluz y considera el terreno algo secundario.

Por otro lado, hay una demanda creciente de fincas productivas, ya que la producción agraria está impulsando la inversión en agricultura, con un gran interés por el olivar de riego superintensivo. Las fincas ganaderas son más locales, con una preferencia de los ganaderos, de entre todos los sectores, por el vacuno, debido a su estabilidad.

Los potenciales compradores consideran varios elementos que van a influir también en su precio, como son las comunicaciones, los accesos y la cercanía a una gran ciudad, y también valoran la conexión a Internet y la cobertura, sobre todo en el caso de los que, pese a vivir en Andalucía, tienen su negocio en otro lugar y necesitan estar conectados.

Las fincas agrícolas de secano van desde los 12.000 hasta los 15.000 euros por hectárea. Si además tienen caserío u otros elementos, su valor aumenta. La demanda de riego en la actualidad es alta, lo que influye en su precio.

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