El presidente del TSJA hace un llamamiento para «despolitizar» la justicia

Anoche tuvo lugar el acto institucional de apertura del nuevo año Judicial en la Real Chancillería de Granada, sede del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. Su presidente, Lorenzo del Río, ha censurado el «permanente y abusivo» uso que las fuerzas políticas están haciendo del sistema judicial y de sus resoluciones, y ha pedido a la política española a hacer una «reflexión profunda» sobre este «fenómeno de deslegitimación indiscriminada de uno de los pilares del Estado» que está poniendo en cuestión la separación de poderes.

Del Río ha hecho un llamamiento a «cambiar las cosas» en un contexto en el que la justicia «es lenta, con unos tiempos de respuesta nada razonables en general, y aunque es independiente, el ciudadano la percibe como politizada». Además, ha recalcado que los jueces «necesitan independencia para trabajar» y cumplir la función que le han encomendado los ciudadanos «sin interferencias de ninguna clase».

Otro de los temas que ha tratado el presidente del TSJA ha sido la alegría por la renovación del Consejo General del Poder Judicial, aunque ha advertido de que el daño «ya está hecho, y, desgraciadamente, persiste ese halo de duda sobre una justicia que, siendo independiente, se visualiza socialmente como que hay un reparto político entre los dos partidos mayoritarios para la designación de los vocales» del consejo, a los que se les clasifica ideológicamente como conservadores y progresistas.

El tráfico de droga y los menores

Durante su discurso en el acto de apertura del año judicial, el presidente del alto tribunal andaluz ha recalcado que las mayores preocupaciones de las autoridades judiciales en nuestra comunidad son el tráfico de drogas y los menores. La propia fiscal superior de Andalucía, Ana Tárrago, ha reconocido que el pasado año se abrieron 112 diligencias contra el narcotráfico. El Ministerio Público ha pedido elevar las penas a los delitos logísticos de estas organizaciones, que incluso han dirigido la violencia hacia los propios Cuerpos y Fuerzas de Seguridad como se vio hace meses en Barbate.

Otra de las preocupaciones son los menores, tanto como víctimas como agresores, ya que se ha registrado un elevadísimo repunte de delitos de menores de 14 años especialmente en las provincias de Sevilla y de Málaga. Algunos de los crímenes más graves que se han cometido han sido los casos de asesinatos, homicidios y abusos sexuales.