Casas cueva Abuelo Ventura, en Guadix.

Estas singulares y antiguas viviendas han sido parte integrante del paisaje granadino desde el siglo XV.Turgranada.es

Granada  Las ventajas de vivir en invierno dentro de una casa cueva con temperaturas constantes de entre 18 y 20 grados

Esta provincia andaluza cuenta con más de medio centenar de alojamientos ubicados en las entrañas de la tierra

cada vez es más común entre los turistas elegir un tipo de alojamiento fuera de lo común, en el que no hayan estado nunca. En Andalucía, muchos visitantes eligen la opción de alojarse en una cueva, el refugio natural del hombre por antonomasia. En concreto, la provincia de Granada cuenta con más de medio centenar de este tipo de alojamientos ubicados en las entrañas de la tierra. La mayoría de ellos se encuentran repartidos por el noreste de la provincia, entre las comarcas de Guadix, Baza y Huéscar.

Las casas cueva son alojamientos encajados en las laderas de montañas, que nos permiten conectar con la forma de vida de nuestros ancestros más lejanos. Una de las principales ventajas que tiene alojarte en una de ellas es que mantienen una temperatura constante durante todo el año, que oscila entre los 18 y 20 grados, gracias a su aislamiento natural. Esto hace que las personas que viven en ellas ahorren energía, al no necesitar instalar un aire acondicionado para el verano o calefacción en el invierno.

Otro de los puntos positivos que tienen las casas cueva es el silencio que hay en ellas. Por eso, estas viviendas son la opción más elegida por los turistas que no quieren escuchar ningún ruido, relajarse y eliminar su estrés. Además, por su tipo de construcción, este tipo de alojamientos están óptimamente protegidos contra las tormentas, los terremotos y los incendios.

A estas ventajas habría que añadirle su precio que, en muchas ocasiones, es más económico que una habitación de hotel. Por ejemplo, una cueva con un dormitorio, cocina, baño y salón, se ofrece en estos pueblos del norte de Granada a 66 euros por noche.

Su historia se remonta al siglo XV

La historia de estos domicilios tan peculiares excavados en las montañas del noreste de la provincia de Granada se remontan al siglo XV. Las primeras cuevas habitables datan de finales de este siglo, ya que, tras la Reconquista cristiana, los moriscos que habitaban esa zona decidieron esconderse y refugiarse en cavernas excavadas en las montañas, sin levantar sospechas frente a los cristianos. Una de las características más reconocibles de las casas cueva que construyeron los árabes en esa época es el arco de medio punto, que permitió que el peso del techo recayera directamente sobre los muros.

Estas viviendas también se convirtieron en un refugio seguro durante la Guerra Civil española. Muchas familias las utilizaron como cobijo contra los bombardeos o las persecuciones por motivos políticos o religiosos. Tras el conflicto, los domicilios se restauraron gradualmente y volvieron a su confortable estado.

Actualmente, estas moradas siguen siendo una construcción muy extendida en distintas zonas de Andalucía, como Almería o Cádiz, y se han convertido en una popular atracción turística. Eso sí, en el norte de la provincia de Granada todavía se conservan más de 5.000 casas cueva habitadas.

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