Cádiz
Estos son los detalles que hacen único al faro más alto de España
Para llegar hasta la cima de la linterna hay que subir 344 escalones
Con una altitud de 69 metros, este faro gaditano es considerado también uno de los más altos de Europa y cuenta con unas características que hacen de la infraestructura una edificación especial.
El faro está situado en Chipiona, una localidad gaditana de costa de unos 19.000 habitantes y que en verano multiplica su población hasta alcanzar los 200.000, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). La pintoresca localidad, conocida por su gastronomía y playas, recoge en su paseo marítimo una construcción responsable de guiar a los marineros.
Una peculiaridad de este levantamiento es que está realizado a base de piedra ostionera, una roca sedimentaria muy porosa formada por restos de conchas marinas, procedente de Chipiona y Rota, losas de Tarifa y sedimentos traídos desde Sierra Carbonera, que limita con San Roque y La Línea de la Concepción.
El inicio de la edificación del faro tuvo lugar el 30 de abril de 1.863, cuando se puso la primera piedra que daría lugar a la estructura. Sin embargo, no fue hasta el 28 de noviembre de cuatro años más tarde cuando se produjo su iluminación, subrayando que en aquellos años su lámpara estaba alimentada por aceite de oliva. En la actualidad cuenta con una luz de halogenuros metálicos propulsada por 1.000 vatios de potencia.
Un dato, que la mayoría de personas no conoce, es que el control del faro se lleva a cabo desde Sevilla. Esta cuestión encuentra su explicación en la aprobación de la Ley de Puertos del Estado y de la Marina Mercante en 1993, que atribuyó a la Autoridad Portuaria la responsabilidad de conducir la primera señal marítima del canal del Guadalquivir.
Es relevante destacar que, además de ser una guía para los trabajadores de la mar, supone una fiel orientación para los aviones debido a su luz, que ilumina de una manera vertical y horizontal. Por ende, este posee una condición de faro aeromarítimo.
La estructura del faro presenta un fuste hueco que consta de una escalera de caracol, evocando el diseño de las antiguas columnas conmemorativas de la Roma clásica. En su interior, se distribuyen tres viviendas destinadas a los fareros, organizadas alrededor de un patio central que incluye un aljibe.
Durante toda la trayectoria del faro, ha dejado de estar activo en dos ocasiones. Por un lado, en 1898, mientras sucedía la Guerra de Cuba. Por otra parte, estuvo sin emitir luz tres años desde 1936 por la Guerra Civil.
Hoy en día, la construcción, que emite una potente luz cada 10 segundos capaz de alcanzar 25 millas náuticas, puede ser visitada. La actividad tiene un precio general de 5 euros y para niños menores de siete años es gratis. Esta se realiza bajo reserva en la oficina de turismo de Chipiona.