
El productor de la película «Tierra de nadie», Álvaro Ariza
Cádiz
Álvaro Ariza, productor de 'Tierra de nadie': «En Cádiz, el problema del narcotráfico supera a la ficción»
Este barbateño presenta una película que retrata la difícil convivencia entre delincuentes, fuerzas del orden y vecinos
Álvaro Ariza dice que es «más barbateño que la almadraba». Aunque lleva fuera de la localidad desde los 18 años —ahora tienen 33—, su infancia son recuerdos de este enclave costero y del videoclub de su madre. Allí, creció viendo películas, DVDs que todavía conserva. Pero la piratería acabó con los negocios como el de su familia, igual que el declive de la pesca laminó Barbate y empujó a mucha gente a buscar dinero sucio.
Ariza conoce bien la situación del narcotráfico en su pueblo y en la provincia de Cádiz. «De pequeño me encantaban las historia del mundo pesquero —explica a El Debate—. Mi abuelo era marinero, íbamos en su barco a ver a la Virgen del Carmen. Cuando llega el acuerdo de Marruecos con Europa, la pesca decae, los barcos quedan parados, cierran las empresas y los marineros ya no faenan. Eso fue al final de los 80 y coincidió con el auge del narcotráfico».
Por entonces, el narco era considerado una lacra, «un golpe al turismo y un peligro ir a la playa porque había motos y alijos a pena luz del día». Mientras la situación se deterioraba en las costas gaditanas, la carrera de Ariza despegaba en Madrid. En 2018 fundó la productora Esto también pasará. Han sacado a la luz varias series y películas, entre ellas, La infiltrada, que ganó el Goya a mejor película en la última gala.
Ahora, Ariza produce Tierra de nadie, que se estrena este día 28. Un filme con Luis Zahera, Karra Elejalde y Jesús Carroza rodado y ambientado en Cádiz que retrata «una bella historia de amistad en un mundo violento y peligroso», el del narco y sus 'enemigos', la Guardia Civil y la Justicia. Ariza comenzó a trabajar en este proyecto hace cinco años, a partir de una conversación que escuchó accidentalmente.
Fotograma de «Tierra de nadie»
«Yo digo que la realidad supera a la ficción en este caso. Con Fernando Navarro, estuvimos documentándonos años y parecía que la realidad nos estaba haciendo spoiler a la ficción», señala. En este tiempo, la situación ha ido a peor. «La gente nos decía que esto era un polvorín que estaba a punto de explotar, que tarde o temprano iban a ocurrir cosas», recuerda, y de hecho, ocurrió el asesinato de los dos guardias civil atropellados por una narcolancha, hace un año.
«Ya antes había mafias en Cádiz, pero sobre todo en la Costa del Sol. Ahora están aquí también y oponen resistencia. Antes era más un juego del ratón y el gato con la Guardia Civil, pero ahora hay peligro de verdad para las fuerzas del orden», asegura. Ariza quiso que la ciudad de Cádiz fuese el «cuarto protagonista» de la cinta. Retratarla y sacarla en pantalla, sin ceder al «glamour» del narco porque «mis códigos y valores no me lo permiten».
La educación como solución
El barbateño cree que Cádiz está «un poco anclada en el pasado» y es necesario despertarla y dinamizarla, también a través del cine. Respecto al problema del narcotráfico, opina que «es desde la educación donde hay que agarrarlo, que la gente no vea esto como una salida». Él mismo, en la gira de estreno de la película, está visitando colegios y teniendo conversaciones públicas con fiscales para dar a conocer esta cuestión y hacer pedagogía.
Tierra de nadie se estrenó en el Festival de Málaga. Estando allí, Ariza recibió un paquete: era, por fin, su Goya por La infiltrada. «Es una sensación maravillosa -explica-. Estoy muy contento con el premio porque es una película que respira realidad y eso es una responsabilidad». También su nueva cinta retrata desde la ficción un asunto candente que afecta a muchas personas en la provincia de Cádiz.