Málaga
Tres piscinas naturales en el interior de Málaga para refrescarse lejos de la playa
El Charco de la Escribana, la Charca de las Nutrias y el Charco del Canalón son sólo tres opciones de las múltiples que ofrece la provincia, rica en enclaves naturales de estas características
Con las temperaturas disparadas, rondando los 40 grados en muchos puntos de la provincia malagueña, cualquier recurso para aliviar el calor es bienvenido, más allá del clásico aire acondicionado funcionando a pleno rendimiento. Y, aunque la playa sigue siendo la opción mayoritaria para todos aquellos que pasan el verano en la Costa del Sol, lo cierto es que en muchos puntos del interior de Málaga se puede disfrutar de refrescantes chapuzones de agua dulce en enclaves naturales que cortan la respiración y que suponen una opción diferente para romper con la rutina de la arena y la sombrilla.
El Charco de la Escribana, en plena Serranía de Ronda, se encuentra ubicado entre los pueblos de Genalguacil y Benarrabá. Alimentada por el caudal del río Genal, esta piscina natural de aguas cristalinas es perfecta para todos los públicos y está rodeada de una densa arboleda, lo que le proporciona un entorno fresco y con abundantes sombras.
El acceso es sencillo, está asfaltado y dispone de bastante espacio para aparcar, además de zonas de juegos infantiles y mesas para que los visitantes descansen y pasen el día en los alrededores. Los diferentes senderos que se extienden a lo largo del río hacen de este entorno un lugar único en el que refrescarse, pasear y disfrutar de una jornada veraniega lejos del sofocante calor y en plena naturaleza.
En la Charca de las Nutrias, el sol incide casi todo el día, pero es el lugar perfecto para darse un baño tras recorrer el río Castor, en la sierra de Los Bermejales, muy cerca de la localidad de Estepona. Esta piscina natural tiene cierta profundidad, sobre todo en las zonas centrales, por lo que los más temerarios se aventuran a saltar desde una de las paredes laterales, lo que supone un gran riesgo, no sólo por la altura de la caída, sino por la dificultad de acceder al punto desde el que se salta.
Su acceso es bastante cómodo, los visitantes suelen llegar hasta este enclave siguiendo el curso del río y un pequeño camino de tierra cortado al tráfico. Lo más llamativo de esta charca son las paredes de mármol, que han sido talladas por el efecto del agua dándole un aspecto muy particular. Recibe su nombre debido a la abundancia de estos pequeños mamíferos en sus alrededores.
El Charco del Canalón se halla en pleno Parque Nacional de la Sierra de las Nieves, junto al municipio de Istán. Recibe sus aguas del río Verde, característico por el verdín que recubre sus rocas y que provoca continuos resbalones entre los bañistas. Esta piscina natural tiene diferentes pozas con distintas profundidades; la principal, alargada, estrecha y profunda, no es recomendable para los más pequeños, pero tiene una preciosa cascada que hace que parezca aún más refrescante.
La poza situada un poco más abajo tiene menor profundidad, no le afecta la fuerza de la cascada y dispone de zonas dentro del agua en las que agarrarse, por lo que es apta para todo tipo de bañistas, aunque el acceso implica recorrer a pie un par de kilómetros antes de poder darse un merecido chapuzón.